La reacción soriana ante la crisis de la UD a estas alturas de la película puede tener muchas interpretaciones, pero sobre todas ellas prima una realidad incuestionable: o se hace algo, o de nada sirven las fotografías. Son reacciones que tardaremos un tiempo en comprender por ser más complicadas que otras a las que nos tiene mucho más acostumbrados el líder natural de la derecha. Por ejemplo, la que tuvo el viernes a la salida de la reunión del consejo rector del polígono de Arinaga. Una periodista, corresponsal de La Provincia en la comarca, osó hacerle una pregunta, y el presidente del Cabildo por poco se la come cruda. Que si no sabía quién le hacía la pregunta, que si lo normal es decir quién es y a qué medio representa... todo ello, claro, dicho en el tono fino y amable que caracteriza al personaje en cuestión. Por cierto, que ya es norma en las ruedas de prensa del Cabildo que los periodistas se tengan que presentar antes de hacer la pregunta, como si estuviéramos en la sala de prensa de la Nasa.