El alcalde Cardona ya ha reaccionado ante su citación a declarar como imputado por el caso del Canódromo, y lo ha hecho abrazando con empeño la pose que hizo famoso al ex presidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps: por fin puedo hablar para defenderme, que llevo dos años sin poder hacerlo. No es verdad. Durante este tiempo, Cardona ha podido hablar, y de hecho ha hablado todo lo que ha querido en todas partes menos en los juzgados, donde hasta la fecha no se había vertido contra él la menor acusación. El segundo concejal de Urbanismo que tuvo Soria en el Ayuntamiento ha sostenido siempre que aquel convenio con Inprocansa fue impecable y que todo se ciñó a las valoraciones técnicas y al interés general, el mismo que este miércoles le llevó a ser elogiado en su rueda de prensa por un periodista por haber acabado con las ratas y el mal aspecto que hasta entonces tenía aquel solar abandonado de Schamann. Una visión respetable y sobre todo inédita. Fiel a su estilo, para muchos desconocido hasta la fecha, el alcalde acabó lanzando una amenaza a los vecinos que denunciaron esta trama de presunta corrupción: sufrirán “las medidas oportunas” hasta que le repongan su honor. Quizás debería esperar a que sea la Justicia la que dictamine su inocencia, no vaya a ser que tengamos que esperar largo tiempo el advenimiento de ese supuesto honor.