Volvió Carmelo Padrón a ofrecer una rueda de prensa en la sede del Partido Socialista, pocos días después de que se haya convertido en firme la sentencia que lo absuelve de cualquier tipo de cargo en relación con el caso Guillén, una de las mayores vergüenzas de la justicia en Canarias. Fue una rueda de prensa contundente, sólida, con muchos datos y con acusaciones muy concretas para personas más concretas todavía. Pocos de los periodistas presentes (muchos se incorporaron a la profesión cuando el caso ya andaba en los tribunales) entendieron la ecuación expuesta por Padrón acerca de la identidad de los culpables de su suplicio de trece años y pico de persecución en la que la vida política contaminó torticeramente un proceso judicial que al final resultó puro humo.