El fiscal pide 23 años para una mujer por traer a Canarias nigerianas en patera para prostituirlas

EFE

Las Palmas de Gran Canaria —

La Fiscalía de Canarias solicitará 23 años de cárcel para un mujer nigeriana residente en Gran Canaria a la que describe como la cabecilla de una red que traía chicas jóvenes de ese país a España en patera, para luego obligarlas a ejercer la prostitución, bajo todo tipo de amenazas.

La sección primera de la Audiencia de Las Palmas juzgará el miércoles por esos hechos a Marie Kapinga M.M., que se enfrenta a cargos por delitos de favorecimiento de la inmigración ilegal, prostitución coactiva y trata de seres humanos.

Otros tres ciudadanos nigerianos, en situación irregular en España, se sentarán con ella el banquillo en este juicio como presuntos colaboradores de esa organización: Prince J.W., Smasma W. y Angela M., para los que se piden penas de cuatro años de cárcel.

La Fiscalía de Canarias relata en su escrito de cargos que colaboradores de esta organización buscaban en Nigeria a chicas a las que engañaban con la promesa de una vida mejor en España y el compromiso de conseguirles un trabajo en el país.

La acusación pública cuenta como testigos en ese juicio con dos mujeres nigerianas que llegaron en patera en 2009 y 2011 a las costas de Cádiz y Granada en los viajes organizados por esta red de supuestos proxenetas, en ambos casos acompañadas de un hijo menor.

Las dos mujeres acabaron en Madrid, ciudad en la que la organización que las había traído a España les proporcionó pasaportes falsos y un pasaje a Gran Canaria, donde quedaban bajo las órdenes de Marie Kapinga M.M. para saldar la deuda contraída por el viaje (18.000 euros en un caso y 30.000, en el otro).

El fiscal relata que, una vez en la isla, las mujeres y sus hijos pequeños quedaban alojados en el domicilio de la procesada en Vecindario y eran obligadas a prostituirse todas las noches, hasta las 6.00 de la mañana, en las inmediaciones de uno de los centros de ocio nocturno de la localidad turística de Playa del Inglés.

Además de recibir toda clase de amenazas y malos tratos para que siguieran prostituyéndose para el grupo que las había sacado de Nigeria, las mujeres veían cómo la deuda contraída por el viaje apenas menguaba, porque también tenían que abonar “gastos”.

Según el fiscal, Marie Kapinga M.M. y sus colaboradores cobraban a estas chicas cerca de 700 euros al mes por conceptos como alquiler, agua y luz, comida o incluso por el cuidado de sus niños.

La acusación pública pide además que los cuatro acusados indemnicen solidariamente con 30.000 euros a cada una de las testigos que comparecerán en el juicio para relatar cómo fueron explotadas.

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