Guatemala La Antigua, la joya colonial española recuperada de entre los escombros
La suerte de La Antigua quedó sellada entre el 29 de julio y el 7 de septiembre de 1773. Varios temblores de tierra dejaron buena parte de la ciudad reducida a escombros. Esa fue la gota que colmó el vaso. En 1717 y 1751 la población ya había sufrido daños considerables en otra retahíla de temblores y erupciones que se conocieron como terremotos de San Miguel y San Casimiro (respectivamente). Los eventos del 73 fueron bautizados de manera muy cristiana como Terremotos de Santa Marta. Y ahí se acabó la santa paciencia de los vecinos y vecinas que decidieron trasladar la capital unos 25 kilómetros para tratar de vivir tranquilos. La vieja capital quedó prácticamente abandonada y sus ruinas se convirtieron en un símbolo de tiempos mejores. Los siglos convirtieron los palacios y conventos en refugios para animales o, paradójicamente, viviendas de familias de muy escasos recursos.
La Antigua Ciudad de Guatemala, fundada a mediados del siglo XVI, fue una de las más brillantes poblaciones coloniales españolas en Centro América. Sede de Capitanía con jurisdicción sobre la práctica totalidad de lo que hoy son el estado de Chiapas, Guatemala, Belice, Nicaragua, El Salvador y Honduras. Importante centro cultural que vio nacer la tercera universidad de los territorios de España en esta parte del mundo y activo enclave comercial que atrajo, por igual, a busca fortunas, bribones y curas. La ciudad se llenó de palacios, iglesias monumentales, escuelas, plazas y tabernas… La cercanía del Volcán de Agua, cuya silueta domina el paisaje desde cualquier punto de la ciudad
En 1979, la UNESCO tuvo a bien incluir a la ciudad en el catálogo del Patrimonio Mundial de la Humanidad por la importancia histórica y artística de sus monumentos pese “a estar muchos en estado de ruina”. Fue el inicio de un lento renacer en el que La Antigua ha ido recobrando parte de su pasado esplendor de a poquito en una ardua tarea de restauración que aún continúa: así como una Pompeya americana que va dejando al descubierto sus obras de arte a base de esfuerzo. Hoy, La Antigua es, junto a los yacimientos mayas, uno de los mayores atractivos de Guatemala. Una ciudad en la que aún pueden verse los efectos de los cataclismos que la azotaron, pero que ha visto renacer muchos de sus viejos edificios coloniales. Una ciudad que, aunque nunca llegó a morir del todo, ahora vuelve a tener una vida vibrante; una de las joyas de América que hay que visitar sí o sí.
COMO LLEGAR.- Moverse por Guatemala es uno de los más grandes quebraderos de cabeza para los viajeros independientes. El país es uno de los más inseguros de la región y requiere de mucha precaución y sentido común para evitar problemas. Lo mejor es evitar la actual Ciudad de Guatemala y viajar directamente a La Antigua desde el aeropuerto. Un transporte privado ronda los 35 dólares: GuateGo es una empresa seria y no vas a tener problemas –también sirve para visitar otras ciudades del país-. Los taxis hacen el recorrido por unos 30 dólares (Urban Taxi –y su variante Urban Pink para mujeres-y VIT son opciones seguras) y también hay minibuses que conectan los dos puntos por unos 10 dólares (compartidos). La opción más barata son los conocidos como Chicken Bus (antiguos autobuses escolares norteamericanos) en los que se desplaza la población local. Estos transportes salen desde la Estación de Buses Occidente (Calle 41, Zona 8 Ciudad de Guatemala) y el precio ronda los 10 céntimos de euro. El lugar es bastante inseguro. Para subir hasta el Mirador de Santo Domingo del Cerro, hay dos opciones: el taxi (hay que regatear para fijar 10 dólares) o el tuk tuk (5 dólares).
Ciudad conventual, palaciega, universitaria y culta. Como en todas las ciudades españolas, el principal epicentro patrimonial de La Antigua se aglutina en torno a la Plaza Mayor, donde se concentraban los símbolos del poder político y el poder religioso. La Catedral de Santiago se restauró en parte durante el siglo XIX, pero sus bóvedas aún muestran trozos importantes de cielo. Es el mejor lugar para iniciar la visita, ya que muestra la combinación perfecta de esplendor y destrucción que nos ayuda a entender la ciudad. A dos pasos del templo matriz están el imponente Palacio de los Capitanes Generales (que se ha reconvertido en centro de interpretación de la historia de la ciudad) y la sede del Ayuntamiento. La plaza Mayor (Parque Mayor lo llaman) es un conjunto monumental imponente que alterna grandes edificios porticados, la propia catedral y casonas coloniales recuperadas de las ruinas. El Museo de Arte Colonial Museo de Arte Colonial (Oriente, 5) ocupa la antigua sede de la Universidad y es otra de las muestras del virtuosismo arquitectónico que alcanzó la vieja capital. El edificio es impresionante y atesora una colección de obras de arte que ponen de manifiesto la riqueza de la ciudad española.
La Plaza Mayor es el centro artístico más interesante de la ciudad desde el punto de vista artístico, histórico y arquitectónico; pero aún así, la imagen más representativa se encuentra en la 5ª Avenida Norte. El Arco de Santa Catalina une el antiguo convento del mismo nombre ( hoy convertido en un hotel ) con un antiguo palacio colonial. A ras de suelo, el arco enmarca la cercana cúpula barroca de la Iglesia de La Merced, otra de las grandes joyas de la trama urbana que hay que visitar sí o sí por fuera y por dentro. En su claustro, residido por la Fuente de los Pescados, te será difícil pensar que el lugar, tras el abandono de la ciudad, sirvió de cuadra y almacén antes de ser restaurado. En las inmediaciones de La Merced se encuentran algunas de las calles más bonitas de la ciudad. Las casas se fueron levantando en los solares colmados de ruinas y La Antigua revivió: abundan las tiendas, los hoteles de todas las categorías y los restaurantes. Pero, afortunadamente, se respetaron las líneas básicas de la arquitectura colonial. Los colores chillones completan el cuadro.
Lo mejor de La Antigua es que todo está a mano. Basta media hora de caminata tranquila para ir de un extremo a otro. Esto se presta al callejeo de fortuna (la ciudad es segura y desde hace algunos años hay una fuerte presencia policial) e irse encontrando de a poco con los principales monumentos y museos: Santa Clara; San Francisco El Grande o el espectacular Santo Domingo Santo Domingo , reconvertido en hotel y centro museístico. A dos pasos de este último está el Museo del Vidrio Museo del Vidrio (Oriente 28), interesante por su colección de arte precolombino. Otro punto interesante que bien merece una visita es el Mercado de Artesanías (Poniente sn) y el cercano Cementerio de San Lázaro y sus tumbas blancas.
SUBIR AL VOLCÁN DE AGUA Y AL PACAYA - Una cadena de grandes volcanes custodian a las ‘dos Guatemalas’; el más cercano a La Antigua es el Volcán de Agua, que amenaza de manera constante a la ciudad desde su atalaya de 3760 metros de altitud. El volcán está tranquilo; nada que ver con alguno de sus vecinos. Subir hasta los dos cráteres de este cono perfecto demanda unas cuatro horas de caminata. El lugar tradicional para iniciar la ascensión es el pueblo de Santa María de Jesús. Para amantes de las emociones fuertes queda la ascensión al Volcán Pacaya, uno de los más activos de la región lo que permite ver a pocos metros auténticos ríos de lava. Las excursiones para subir el Pacaya se contratan en varias agencias de La Antigua. La ida demanda unas tres horas y bajar unas dos.
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