Camboya básica: lo que no puede faltar en tu viaje al país de los mil templos

Los imponentes perfiles de Angkor Wat al atardecer. Steve Cornish

Viajar Ahora

Camboya se abre al mundo. El país de la mítica ciudad de Angkor se ha convertido en una de las escalas recurrentes de los viajes por el sudeste asiático. Hasta hace poco, los viajeros incluían un salto a la que llaman la Machu Picchu de Asia desde Tailandia, Malasia o Vietnam y poco más; pero en los últimos años el país se ha convertido en una auténtica meca para mochileros que buscan un lugar con mística pero no tan trillado por el turismo de masas como la vecina Tailandia. Un lugar marcado por un pasado cercano terrible y turbulento. Una sangrienta dictadura militar, los coletazos de la Guerra del Vietnam, una contienda civil muy cruenta y una orgía de sangre provocada por el gobierno maoísta de los Jmeres Rojos han dejado una huella dolorosa y profunda en el país. Para ilustrar el tema valga el dato de que Camboya es el país con más minas antipersona diseminadas por el territorio del mundo.

Pero también es un verdadero paraíso para viajeros multipropósito: cuenta con la mayor colección de restos arqueológicos de Asia como asiento del Imperio Khemer, una sociedad que dominó esta parte del mundo durante más de seis siglos y dejó huellas magnas de su genio diseminadas por todo el país (con Angkor como culmen). Tiene una naturaleza apabullante bañada por el cauce bajo del Mekong, que justo empieza a formar su famoso delta en la frontera sur del país con Vietman. Posee una costa con muy buenas playas que no están tan explotadas como en Tailandia y, para colmo, es un destino bastante barato pese a estar totalmente dolarizado. Con dos semanas basta, pero lo ideal es planificar un viaje de al menos tres semanas para poder dedicar un buen par de días al yacimiento arqueológico de Angkor que merece mucho la pena y, por lo menos, dos o tres días a Phom Penh e incluir excursiones a las principales atracciones. El país es pequeño y las distancias son relativamente pequeñas. Hay autobuses desde la capital a las principales ciudades del país.

Dos o tres día en Phnom Penh .- La pequeña capital del país se ha convertido en una de las mecas para los viajeros independientes de todo el mundo. La ciudad se extiende sobre la margen izquierda del Mekong y tiene, pese a su tamaño, bastante que ver. El Palacio Real (Boulevard Samdach Sothearos) y la Pagoda Plateada (Preah Vihear Preah Keo Morakot), que ocupan un lugar de privilegio frente al cauce color café con leche del río forman junto a la avenida Preah Sisowath (el ‘riverside’, como la llaman los locales) el corazón de una ciudad cuajada de pequeños mercados, templos y alguna sorpresa como el Barrio Francés, eco del pasado colonial repleto de casas Art Decó y pequeños palacetes que comparte espacio con la Pagoda de la Montaña (Wat Phnom), uno de los templos budistas más antiguos y venerados de la ciudad. La ciudad también cuenta con un par de buenos centros culturales: el Museo Nacional Museo Nacional es más que recomendable y cuenta con interesantes colecciones históricas locales que ponen de manifiesto la riqueza cultural del país con especial interés en el Imperio Khmer (siglo IX-XV). Para los amantes de la historia más reciente, aunque tenga la dureza de la camboyana, quedan hitos como la Security Prison S-21 antiguo presidio convertido en el Museo del Genocidio de Toul Sleng y los Killing Fields (campos de exterminio) –no apto para estómagos delicados-, dos lugares vinculados al genocidio perpetrado por los Jemeres Rojos .

Otra visita interesante muy cerca de la capital camboyana es la Isla de la Seda (Koh Dach), un lugar al que los propios capitalinos suelen escaparse en sus días de ocio. Este remanso de paz se encuentra a poco más de 15 kilómetros al norte de la ciudad y divide en dos el curso del Mkong. Es un lugar fantástico con pueblecitos de casas tradicionales, pequeños templos y numerosos talleres dedicados a la seda. Ideal pasar con la bicicleta en el transbordador. Los mercados son otra de las atracciones de Phom Penh. El más turístico es el Mercado Nocturno de Preah Sisowath Quay que se monta cada noche en el arranque del ‘Riverside’. Otros mercados interesantes son el Mercado Ruso y el Mercado Central. Más allá de perderse entre los puestos y admirarse del bullicio local, los mercados permiten incursionar en la magnífica gastronomía local, que no tiene nada que envidiar a la vecina Tailandia.

Siem Reap y Angkor Wat .- La ciudad de Siem Reap está ganando justa fama entre los viajeros más allá de su papel como puerta de entrada al famoso complejo de Angkor Wat, lo que muchos catalogan como el yacimiento arqueológico más importante de toda Asia. Pero vamos por partes. Los principales atractivos de Siem Reap son la rivera del río, cuajada de zonas verdes, elTemplo de Wat Preh Prom Rath, el Mercado Nocturno y el Museo Nacional de Angkor Museo Nacional de Angkor , en el que se exponen los hallazgos arqueológicos encontrados en la fastuosa ciudad de los Khmer. Porque Siem Reap vive y existe por Angkor, una maravilla que durante más de seis siglos fue la capital del imponente Imperio Khmer. A lo largo de los siglos se fueron sumando templos, zonas palaciegas, jardines e imponentes infraestructuras hidráulicas hasta sumar más de 160 hectáreas de superficie. Visitar Angkor demanda varios días; es imposible verlo todo en una jornada (incluso dos son pocos aunque es lo más habitual), por lo que lo más corriente es dedicar varias jornadas al yacimiento y, después del cierre (el horario es de 5.00 a 18.00 horas) ver la ciudad. Hay tres tipos de tickets: la entrada de un día cuesta 20 dólares, la de tres días vale 40, y el ticket de una semana 60. El gigantesco templo de Angkor Wat, la fascinante Ta Prohm, con sus edificios invadidos por los árboles o la Terraza de los Elefantes no son más que la punta de lanza de un lugar gigantesco que demandaría semanas ver entero. Si puedes dedicarle tres o cuatro días no te vas a arrepentir.

Lago de Tonlé Sap.- A pocos kilómetros de Siem Reap se encuentra este regalo del Río Mekong que, en tiempos del Monzón, crece hasta casi multiplicar por diez su tamaño regando los campos con aguas ricas en limos y minerales; en ese sentido, el imperio Khmer y el Antiguo Egipto compartían la bendición de las crecidas. El Tonlé Sap está rodeado de zonas de bosque lluvioso que forman importantes reservas naturales. La más accesible desde la capital es la Reserva del Bosque de Roniem (acceso desde Pursat). Otro lugar digno de verse es la Aldea Flotante de Chong Kneas, un curioso pueblo de palafitos levantado sobre las aguas del lago por refugiados vietnamitas que huían de la guerra del vecino país. Hay de todo; un templo, una escuela, un mercado y hasta una casa comunitaria que funciona como gobierno local. La excursión merece mucho la pena.

La ciudad colonial de Battambang .- Es la segunda ciudad en importancia del país pero es una auténtica desconocida para el viajero occidental. Y eso que es una ciudad bonita que se deja ver con gusto y, lo que es mejor, vivir con gusto. De Battambang te dirán que es la ‘ciudad colonial’ de Camboya, por la gran cantidad de edificios franceses que quedan en pie; pero también cuenta con una impresionante colección de pagodas, edificios históricos y esos mercados camboyanos tan especiales. Además, a las afueras de la ciudad el viajero puede visitar el Templo de Ek Phnom, uno de los yacimientos arqueológicos de la etapa Khmer más importantes del país (dicen que el segundo tras Angkor) y, también, subirse al curioso Tren de Bambú, curiosas plataformas de madera dotadas de un motor que funciona como un taxi y corren por las vías del tren. Y lo mejor de esta ciudad es que no vas a encontrar casi turistas, lo que es algo que se agradece.

La Costa de Camboya.- La ciudad costera de Sihanoukville es el enclave litoral más famoso del país y, en los últimos tiempos, punta de lanza de la industria turística local. Tiene todo lo bueno y a la vez todo lo malo de este tipo de lugares (que lamentablemente va imitando a lo peor de los masificados destinos de playa de los países vecinos): Hay muy buenas playas; excelente pescado y marisco; un par de inmersiones gloriosas para hacer submarinismo y muy buen ambiente nocturno. Pero también cada vez más gente, ruido y precios altos. Pero no puedes dejar de incluir la costa si visitas el país. Desde aquí puedes hacer algún salto a alguna de las islas de la costa camboyana. La mejor de todas es Koh Rong, una especie de paraíso terrenal dónde apenas hay servicios y pocos lugares con electricidad. Otro lugar muy cerca de Sihanoukville es el pequeño y bonito pueblo de Kompot con un bonito centro colonial.

OTROS LUGARES INTERESANTES

El lago Yeak Laom : Se accede desde la ciudad de Ban Lung. Es un pequeño lago de aguas turquesas que se formó tras la inundación del cráter de un volcán.

Parque Nacional de Virachey : Una joya para los amantes del senderismo. Una de las pocas oportunidades del país para meterse de lleno en la jungla camboyana.

PEQUEÑA GUIA PRÁCTICA DE CAMBOYA

¿CUÁNDO VIAJAR? Como sucede con todos los países del Sudeste Asiático, Camboya está bajo la influencia de los vientos monzónicos, por lo que existen dos estaciones bien marcadas a lo largo de todo el año. La época seca se produce entre los meses de noviembre a abril en la que predominan vientos del norte que alternan periodos frescos y meses muy calurosos. Las temperaturas máximas se dan en abril, justo antes de la llegada de los vientos monzones con picos que pueden rozar los 45 grados. El monzón domina entre mayo y octubre con copiosas lluvias que se producen, sobre todo, por la tarde y por la noche. Las temperaturas máximas en esta época del año se sitúan en torno a los 28 grados. En la frontera norte con Tailandia, en las zonas montañosas, las temperaturas mínimas del mes de enero pueden bajar hasta los 12 grados centígrados.

DINERO, CAMBIO y PRECIOS Aunque la moneda oficial del país es el Riel ( ver tipo de cambio actualizado ), la economía camboyana está totalmente dolarizada y sólo se aceptan rieles en las pequeñas compras y en taxis o autobuses. Lleva dólares, porque el euro aún no es del todo bien recibido en el país y te va a costar bastante lograr una tasa de cambio medianamente favorable. Imprescindible llevar efectivo ya que las tarjetas de crédito apenas se aceptan más allá de grandes hoteles, restaurantes elegantes y agencias de viaje. En las principales ciudades hay cajeros automáticos (los primeros se instalaron en 2007). Los precios están subiendo. Una comida en un restaurante local ronda entre los dos y cuatro euros y un restaurante medio para turistas está sobre los 15. Un viaje en taxi suele rondar los 0,80-1,5 euros y un tuc-tuc entre 1,5 y 3 euros.

MOVERSE POR CAMBOYA Como sucede en el resto de países de la región, el principal medio de transporte para hacer viajes internos en Camboya es el autobús. Las distancias no son grandes, pero el estado de las carreteras es malo y los trayectos se eternizan. La plataforma digital Cambotiket es ideal para reservar y comprar los pasajes con antelación y ahorrarte la odisea de comprar los tickets en las estaciones. El viaje entre Phom Penh y Siem Reap dura unas cinco horas y ronda entre los siete y los diez euros; viajar de Battambang a Phnom Penh demanda otras cinco horas y los precios rondan los siete euros; la línea Sihanoukville - Phnom Penh prevé duraciones de cuatro horas y precios de unos 10 euros. Hay multitud de conexiones internas y también líneas de autobuses que conectan el país con Tailandia, Vietnam y Laos. Otra posibilidad es el taxi privado si tienes la oportunidad de compartir. Desde la capital a Sihanoukville, el coche de cuatro plazas cuesta unos 50 euros y la van de ocho unos 75; A Battambang el precio del taxi es de 60 euros (cuatro plazas) y a Siem Reap el taxi de cuatro plazas cuesta unos 70 euros y la van de ocho unos 100. Para viajar a las islas desde Sihanoukville hay pequeños ferris que cubren la distancia entre esta localidad turística y las paradisíacas islas camboyanas. Para viajar hasta Koh Rong tienes dos posibilidades: los barcos lentos te llevan por unos 4 euros el trayecto y los rápidos unos ocho.

Fotos bajo licencia CC: ND Strupler ; Michael Coghlan ; Michael Ranzau ; Aaron Bradford ; Rajeev Rajagopalan ; Clay Gilliland ; Steve Cornish ; Eddy Milfort .

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