El pánico a ver 'empañada' su campaña electoral ha hecho recular a Ignacio Diego. Durante dos meses y medio, el presidente de Cantabria y candidato del PP a la releección ha hecho “oídos sordos” a las más de 50 peticiones registradas por los trabajadores de Nestor Martin para mantener una reunión. Sin embargo, tras el ultimátum lanzado este lunes por el comité de empresa, el jefe del Ejecutivo ha accedido a celebrar un encuentro.
A primera hora de la mañana, un miembro de su gabinete contactó con el comité para citarles al mediodía en Peña Herbosa, en la sede del Gobierno regional. La reunión se ha prologando durante una hora, en la que Ignacio Diego no ha presentado a los trabajadores ninguna alternativa ni solución más allá de instarles a acatar el Plan de Viabilidad, que implica el despido de 42 empleados con la indemnización mínima que marca la ley y la regulación temporal y una bajada del 15% del sueldo para el resto de la plantilla -56 personas-.
Diego, que ha estado acompañado por Eduardo Arasti -consejero de Industria-, aduce que el plan elaborado por los nuevos gestores -Hub Advisory- es la única posibilidad de sacar adelante la empresa, en la que el Gobierno de Cantabria ha invertido cerca de 17 millones de euros y de la que posee el 30% del accionariado. Los impulsores del proyecto, Jesús Lavín y Andrés de León, habrían puesto 3.000 euros, el capital mínimo necesario para constituir la sociedad.
Por su parte, los representantes de los trabajadores han reclamado al presidente una salida digna para quienes tengan que ser despedidos, ya que fue él personalmente quien les metió en la empresa tras el conflicto laboral en Teka. A comienzos de 2012, la multinacional presentó un ERE de Extinción para 198 empleados aunque el comité logró reducirlo a cien despidos, que serían indemnizados con 37 días por año trabajado.
Sin embargo, Ignacio Diego trajo a Cantabria a Lavín y León, que planteaban instalarse en el País Vasco, y ofreció a los trabajadores de Teka recolocarse en Nestor Martin a cambio de ceder a la empresa los 3,2 millones de euros que les correspondían por los despidos -unos 35.000 euros por cada trabajador-.
“Nos aseguraron un trabajo estable y de futuro”, lamentan los empleados, que en tres años de actividad han estado sometidos a tres Expedientes de Regulación de Empleo Temporal, lo que les ha supuesto consumir casi un año de paro, además de perder la indemnización.
En este sentido, los trabajadores se sienten “doblemente estafados”, por su situación laboral y como cántabros, ya que creen que el Gobierno de Cantabria no ha tenido el suficiente celo para fiscalizar la inversión pública, de la que dudan que ya ha recalado en la fábrica ubicada en Camargo. Tienen sospechas de que el dinero del Gobierno se ha desviado a Bélgica, donde radica la empresa matriz, que recientemente ha quebrado con una agujero de unos 20 millones de euros.
Por todo ello, exigen al presidente del Gobierno que garantice que quienes tengan que ser despedidos de Nestor Marin lo hagan con el mismo dinero que cuando iban a ser despedidos en Teka, y no con una indemnización equivalente a 20 días por año trabajado -mantuvieron la antigüedad con el cambio de empresa-.
Por otro lado, los trabajadores celebrarán este miércoles una asamblea, en la que el comité de empresa expondrá el contenido de la reunión con Ignacio Diego y decidirán las acciones a emprender. “No nos vamos a quedar quietos”, avanzan a este diario, dejando entrever que es muy probable que continúen con sus planes de movilizarse en los actos de campaña del candidato 'popular'.