Cuentan en Brasil que un día Garrincha entró en un estadio y se quedó asombrado por la cantidad de gente que había en las gradas. “¿Qué ocurre hoy?”, preguntó a un compañero. “Es la final de la Copa del Mundo”. Miguel Ángel Revilla, mochilero en Atresmedia y Mediaset –su Vietnam– y literato, ha regresado a Cantabria por el mismo motivo que Mayweather se subirá este sábado a un ring en Las Vegas: fama, coches y pasta, aunque antes se vio obligado a resolver una duda que le surgió en Casa Cin, bajando El Escudo a la izquierda. La escena pudo haber sido esta.
-¿Qué ocurre, Rafa? ¿Por qué tantos carteles?
-En mayo hay elecciones, presidente.
-Pues juntemos a la progresía, Rafa. Juntémosla.
Y así calmó la ansiedad provocada por las urnas quien, como José Antonio y el tríptico Pablo-Juan Carlos-Íñigo, no es ni de izquierdas ni de derechas. Miguel Ángel es conservador democristiano en la Bien Aparecida, neoliberal en el Zacarías y progresista en periodo electoral, un poco como Jaime Bayly en Miami, que entrevista al anticastrismo porque es jodido no hacerlo a 90 millas de distancia; o como Díaz Tezanos, quien asegura que “la cultura del pacto” vive dentro del PSOE, sea el de enfrente un progre como el de Polaciones o la Vespa de NanniMoretti, tan socialdemócrata ella.
“Revilla llega a Cantabria, según fuentes municipales”, homenaje al titular que según Arcadi fue su cima en la profesión, hubiera sido una buena forma de recibir a este Cid Campeador zapatista en su regreso a San Cristóbal de las Casas. Tal es su espíritu avant-garde que una de las primeras cuestiones que ha acometido tras su regreso es la de “unir a los progresistas”. Esto es, Comisiones Obreras, UGT y él mismo, falangista, constitucionalista y autonomista al mismo tiempo, capaz de tirar, birlar y plantar en la misma legislatura.
Publicaba estos días el Partido Popular lo mucho que gastaba el expresidente en su vida anterior, disoluta y diletante, y lo ahorrador que nos ha salido Nacho Diego, quien en su cruzada contra el gasto hasta conminó a los trabajadores de Sierrallana a no colgar carteles en las puertas de su hospital; el Amazonas, ya saben. Ha sido en ese argumentario de manual, esta vez con cifras y facturas, donde hemos descubierto el progresismo con el que Madrid nos ha devuelto al carismático diputado regionalista: a mitad de mandato cambió el Viña Albina, Rioja del Régimen del ’78, siglo XX hasta en la etiqueta, por el Matarromera Ribera del Duero de la nueva política, la que cita a Gramsci como Serrat hacía con Kubala. Al PRC no le ha quedado otra opción que imitar a John Lambie, aquel entrenador escocés que durante un partido vio cómo su delantero estrella caminaba atolondrado por el campo tras un fuerte golpe. “No recuerda quién es”, le dijo el médico del equipo a Lambie. “Mucho mejor. Dile que es Pelé y que salga inmediatamente a la cancha”.
Sobre este blog
Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
