Maren (Bilbao, 2002) es el nombre de la cantautora que combina el euskera y el castellano en sus canciones, compartiendo sus raíces con su público y consiguiendo un estilo único que tanto le caracteriza. Desde la publicación con tan solo 14 años de su primer EP, hoy en día cuenta con más de 100.000 oyentes mensuales y se encuentra en pleno tour de su último álbum 'QUÉ LÁSTIMA' . El próximo 24 de julio tocará en Santander dentro de la programación de la noche solidaria del festival Magdalena en Vivo, donde se podrá escuchar su canción más reciente, 'Nunca me parece suficiente'.
“El panorama de la industria musical hoy en día es deprimente y no va a cambiar hasta que nos den a nosotras la oportunidad de hacerlo”, declara en esta entrevista Maren, que ha tenido que enfrentarse a numerosas barreras a lo largo de su carrera y, aún así, tiene claro que no parará hasta conseguir acabar con la discriminación hacia las mujeres que existe actualmente en España en esta profesión.
Lleva componiendo desde los 11 años pero, como ha comentado en varias ocasiones, de pequeña soñaba con ser futbolista o bombera. ¿Qué fue lo que le unió finalmente a la música?
Es cierto que cuando era pequeña quería ser o futbolista o bombera, sobre todo lo segundo los últimos años... Pero yo empecé a cantar desde que era una niña y, aunque no fuese consciente en aquel momento, la música ya estaba presente en mí. Cuando realmente me di cuenta de que cantar era lo que quería hacer en la vida fue cuando perdí a un familiar. En ese instante, siendo muy joven, entendí por primera vez lo que significaba morirse y la sensación de vacío que deja en la gente. Te vas y no queda nada más allá del recuerdo que tiene tu familia de ti, pero no quería que eso me pasase a mí, necesitaba hacer algo para dejar un rastro de quién soy, y la música era la herramienta idónea para conseguirlo.
¿La música también le ayudó a superar el dolor que sintió?
Sí, claro. Escribir mis pensamientos y sentimientos me ha enseñado a ordenar todo lo que se encuentra en mi cabeza, que a veces no llego a comprender y, además, pienso que a través de la música se puede sacar algo bueno de lo malo. Una canción, aunque sea triste, es una forma preciosa de convertir una vivencia negativa en otra positiva, de volver a un momento complicado con otra mentalidad y otra sensación mucho más bonita.
En la actualidad estudia el Grado en Magisterio, así que, a parte de querer ser bombera, futbolista y cantante, ¿también quiere ser profesora?
Sí, también quiero ser profesora. Esta vocación me la ha transmitido mi madre, que es directora de una escuela. Es una persona a la que le encanta su trabajo; siempre intenta hacer las cosas lo mejor posible y, si puede, mejorarlas. Tiene una pasión enorme por los niños y es muy consciente de la importancia que ha tenido siempre la buena educación. Yo no tengo un recuerdo muy positivo de mi etapa estudiando en el colegio y, sin embargo, su manera de ejercer esta profesión y su devoción y cariño han hecho que yo también quiera ser profesora para transmitir los valores que ella me ha enseñado.
Desde su primer EP hasta hoy ha crecido mucho como artista y ya cuenta con más de 100.000 oyentes mensuales en Spotify. ¿Cómo ha sido este camino?
Ha sido un camino muy complicado y, de hecho, lo sigue siendo. Una de mis virtudes es el optimismo, y es que yo siempre he sido positiva en las peores situaciones, pero trabajar en la industria musical siendo una chica joven es muy difícil. Me he encontrado con situaciones muy desagradables que he tenido que superar y que me han ido quitando esa positividad. Sin embargo, nunca me he rendido porque en los momentos más complicados siempre llego a la misma conclusión: la música es lo que más feliz me hace y quiero seguir cantando a pesar de todos los obstáculos que me encuentre. Además, tengo a personas en mi entorno que me apoyan en todas mis decisiones y consiguen hacer mucho más ameno mi camino. No obstante, por muchas ganas que tengas y muy protegida que estés, las dificultades que vivimos las mujeres en esta industria siguen presentes hoy en día, lo importante es querer superarlas.
¿Alguna de esas situaciones complicadas que ha vivido está relacionada con la discriminación de género?
Hay muchos otros factores que influyen, pero está claro que la discriminación por el hecho de ser mujer es uno. Las oportunidades para nosotras son mucho menores que las que existen para los hombres. Parece que hay que estar agradecida por tener las mismas condiciones que tienen ellos, y normalmente tampoco sucede así. De hecho, las nuestras suelen ser peores. El panorama de la industria musical hoy en día es deprimente y no va a cambiar hasta que nos den a nosotras la oportunidad de hacerlo. Tengo claro que es una barrera contra la que voy a seguir luchando y no voy a parar hasta conseguir acabar con ella. Además, la industria fomenta la competitividad entre nosotras y la forma de enfrentarnos a ella es apoyándonos. Las mujeres tenemos que alegrarnos de las cosas buenas que les pasen al resto de proyectos musicales femeninos. Cuanto más luchemos por el bienestar común y menos por el individual y cuando nuestro objetivo sea que nos vaya bien a todas, es cuando conseguiremos cambiar el funcionamiento del sector.
¿Has pensado en transmitir este mensaje a través de tus canciones?
Sí, de hecho es un mensaje que se encuentra implícito en la gran mayoría, aunque no traten directamente el tema, como por ejemplo, en los singles 'Acostumbrarme', en colaboración con Anne Lukin, y 'Haría lo que fuera menos lo que tú quieras'. El objetivo de mi música es reforzar el discurso propio y el autocuidado; en definitiva, transmitir la importancia de quererse y no dejarse pisar por los demás. Está dirigido a todo aquel que escuche los temas, pero sobre todo hacia las muijeres. No tenemos que tener miedo de opinar o de decir lo que pensamos, porque sí, las represalias existen, pero hay que ser valiente. Y no significa que por protestar la situación se vaya a arreglar, pero desde luego, es mejor que callarse y aceptar que somos inferiores.
En marzo de 2024 dio a conocer un problema que tuvo con su oficina de representación, comentando que se vio obligada a cancelar la gira de salas que tenía prevista. Según lo que ha señalado en otras entrevistas, tuvo que “pagar por su libertad”. ¿Qué significa eso exactamente?
Significa que, por luchar por mis objetivos y por lo que yo pienso que está bien, tuve que rescindir el contrato con la oficina con la que estaba trabajando, y eso no es normal. Además, tiene un precio muy alto, no solo metafóricamente hablando, porque las consecuencias no son solamente dejar de tocar durante un tiempo, sino que económicamente es un golpe bestial para una artista independiente. Por eso se canceló la gira, porque detrás de cada concierto está el dinero. Al fin y al cabo, un proyecto musical es una empresa como cualquier otra, con sus números y sus credenciales. Toda esta situación fue muy dura para mí y supuso tener que empezar de cero en muchos sentidos para poder seguir adelante. De hecho, aún no he conseguido solucionarla del todo... pero me quedo con esa parte de mí que nunca se rinde, con ese “optimismo radical” que tanto me caracteriza.
La música es lo que más feliz me hace y quiero seguir cantando a pesar de todos los obstáculos que me encuentre
Pero dos meses después, en mayo, lo solucionó y sacó la nueva programación de la gira...
Sí, la gira fue maravillosa. Después de tanto tiempo tratando de gestionar varios problemas y sin poder dar conciertos, que es lo que más me gusta, canté en la primera fecha que tenía prevista en Madrid. Se vendieron todas las entradas y, después de haberme sentido tan sola, ese concierto me llenó de vida. El público cantaba mis canciones con una alegría inmensa, parecía que habían estado esperando a que llegase ese momento, exactamente como yo. Fui consciente de lo que había conseguido varios días después, cuando entendí que estaba consiguiendo salir adelante y que las cosas iban a volver a ir bien. Aquel concierto fue un chute de energía y me hizo muy feliz.
En cuanto a su estilo, escribe en castellano y euskera, y antes también en inglés. ¿Hay un trasfondo emocional distinto entre lo que le motiva a escribir una canción en un idioma u otro?
Cada idioma ofrece diferentes sonidos y ritmos y me permite expresarme de una forma concreta. Por ejemplo, el euskera es un idioma muy poético, hay palabras que están formadas por la combinación de dos distintas y que se convierten en metáforas, un recurso que se adapta muy bien al estilo de mis canciones. Además, al ser mi idioma materno, con el que me comunico con mi círculo más cercano, es el que más me facilita conectar conmigo misma y sacar mi lado emocional. Por otra parte está el castellano, que fue el último en el que empecé a componer y que utilicé como herramienta para llegar a un público más amplio. Al principio me costó transmitir mis sentimientos, pero poco a poco he ido adaptándome y he conseguido sacar una faceta más divertida de mí. También estoy pensando en volver a cantar en inglés en un tiempo.
Begixek es el único EP que contiene todas sus canciones en euskera. ¿Tiene pensado sacar otro en la misma dirección?
Sí, es una idea que tengo en mente para un futuro, cuando sea el momento indicado. Al final en el proyecto no trabajo yo sola, sino que necesito el apoyo de mis compañeros y compañeras, así que tiempo al tiempo, que acabará llegando.
Cuanto más luchemos por el bienestar común y menos por el individual y cuando nuestro objetivo sea que nos vaya bien a todas, es cuando conseguiremos cambiar el funcionamiento del sector
¿Aunque no sea su caso, cree que es más complicado tener representación a nivel nacional cantando únicamente en euskera?
Sí, es más complicado porque no puedes llegar a todo el público que te gustaría, pero no hay por qué cerrarse a un solo idioma. En mi caso, gracias a cantar en castellano he conseguido llevar el euskera a escenarios de festivales muy importantes a nivel nacional, y eso me llena de orgullo. Combinar las dos lenguas ha hecho que tenga la oportunidad de que personas que nunca han oído el euskera ahora puedan conocerlo.
Se encuentra en pleno tour de su último álbum 'QUÉ LÁSTIMA'. El 24 de julio tocará en el festival Magdalena en Vivo. ¿Qué espera de este concierto?
Me hace mucha ilusión tocar en esta ciudad porque yo soy de Bilbao y cuando era pequeña venía mucho por aquí. Además, volver a tocar en Santander me transporta a una anécdota muy interesante. Cuando terminó el concierto que hice en la Plaza de toros, me llamaron porque la tienda de mi madre de Bermeo se había inundado a la una de la mañana. Fui hasta allí, estuvimos horas sacando el agua y, a la mañana siguiente, los muebles que habíamos dejado fuera habían desaparecido. Fue un completo desastre, pero no nos importó. Recuerdo cómo recogíamos todo mientras escuchábamos mis canciones... Hicimos de aquella pequeña tragedia un recuerdo maravilloso y, afortunadamente, recuperamos los muebles que nos habían robado. Fue un momento épico.
Su última canción se titula ‘Nunca me parece suficiente’. ¿Se podrá escuchar en directo en Magdalena en Vivo?
¡Claro! Tengo muchas ganas de tocarla. Ya la he cantado un par de veces y he disfrutado muchísimo con la reacción de la gente. Es una canción que habla mucho de mi personalidad. Soy una persona muy nostálgica, cuando estoy contenta, viviendo algo bonito, tiendo a pensar en el momento en que se acabe, en cómo me sentiré cuando ya no esté allí. Esa sensación de querer volver al momento en el que eres feliz es lo que representa 'Nunca me parece suficiente', y ver cómo al público se le ilumina la cara cuando la canto es realmente especial para mí.
¿Qué ha cambiado en la chica que con 14 años lanzó su primer EP, 'Alguien sin vergüenza'?
Gracias a la experiencia que voy ganando, cada día me siento más segura de mí misma y creo más en lo que soy capaz de hacer. Eso sí, cada vez tengo más carácter, pero estoy muy orgullosa de ello. Tener las cosas claras me da mucha fuerza para confiar en mi proyecto, dirigirlo y conseguir todos los objetivos con los que llevo soñando desde que tenía 14 años.