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La Ortiga celebra su 25 aniversario con la exposición de 13 fotógrafas “que buscan su lugar en igualdad dentro del mundo”

Imagen de la serie 'Ella tenía una caja llena de ganchillo' de Belén de Benito

Claudia Sáez

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La revista de arte, literatura y pensamiento La Ortiga inicia las actividades que conmemoran su 25 aniversario con la exposición fotográfica 'Damos vueltas alrededor de la Luz, aunque seamos consumidas por su fuego' que reúne las obras inéditas de 13 fotógrafas en torno al cuerpo, representación e identidad. La muestra se inaugura el viernes 4 de junio a las 19.00 horas en la sala Concepción Arenal del Centro Cultural Los Arenales en Santander. 

Se trata de un proyecto fotográfico que recoge el trabajo de fotógrafas de diferentes generaciones que, partiendo de un género clásico de las artes plásticas como es el retrato, investigan aspectos relacionados con conceptos como cuerpo, representación e identidad. Coordinada y comisariada por María Montesino y Raúl Lucio, en la propuesta participan las siguientes fotógrafas: Belén de Benito, María De Las Casas, Pepa Delgado Acuña, Tamara García, Araceli Gedack, María Gil Lastra, María Gorbeña, Sonia Higuera, Laura Hojas, Marieta Laínz, Ana Martín Zurdo, Miriam Mora y Maite Moratinos.

Así, han conseguido juntar en torno a un centenar de imágenes, además de un número considerable de textos, algunos realizados por las propias autoras y centrados en sus trabajos, y otros redactados por las historiadoras del arte Lidia Gil Calvo y Marta Mantecón, a modo de visión de conjunto.

 La propuesta, desarrollada durante el último año, se concreta en una doble iniciativa: por un lado, en formato papel (un número monográfico de la revista La Ortiga) y, por otro, la exposición de gran parte de los trabajos que recoge esta publicación. Ambos elementos –fotolibro y muestra– están pensados para que interactúen de forma complementaria, buscando diálogos fructíferos entre ellos y planteando, al público que los observe, un pulso dialéctico con los mismos.

La primera parte del proyecto –el bloque principal titulado '13 ensayos fotográficos sobre cuerpo, representación e identidad'– aglutina la mayoría de las imágenes. Se trata de una investigación abierta acerca del cuerpo y sus “periferias: nuestro cuerpo y el cuerpo de los otros”. Intenta responder a varias cuestiones: ¿Qué –quiénes– somos?, ¿Cómo nos vemos?, ¿Cómo nos representamos?, ¿Cómo nos acercamos al otro y cómo lo representamos en nuestras imágenes?

La segunda parte –'Epílogo en tres actos'– recoge una serie de imágenes de lectura más transversal que operan sobre los espacios de “aislamiento, el autorretrato sin mí y el pudor”. En esta sección, la palabra juega un papel determinante, acompañando a las imágenes, escoltándolas a veces o difuminándolas otras.

Combinando imágenes digitales provenientes de máquinas réflex con fotografías analógicas realizadas en formato medio, capturas de móvil, escanografías o procedimientos históricos antiguos como la cianotipia, estos trece ensayos fotográficos, discurren por caminos muy distintos: desde las ausencias de María Gorbeña hasta los sistemas binarios de género puestos en solfa por Maite Moratinos, pasando por la naturaleza como proceso curativo y formativo (María De Las Casas, Ana Martín Zurdo o Miriam Mora), la familia y la infancia (Pepa Delgado Acuña, Marieta Laínz y Belén de Benito), los cuidados (Tamara García), el tacto (María Gil Lastra) o introspecciones en los siempre complicados campos del yo, del nos(otros) y del “los otros” (Araceli Gedack, Sonia Higuera y Laura Hojas).

Cabe señalar, también, que este no es un proyecto de género o sobre el género (femenino). Está interesado en la mirada particular de cada autora y las relaciones que establece con su cámara, con su cuerpo y con el cuerpo de los otros. Sin embargo, este sí es un proyecto feminista. Aquí las autoras no son invitadas: son protagonistas que trabajan la imagen, que rompen techos de cristal (esmerilado), que huyen de estereotipos y que buscan su lugar en igualdad dentro del mundo.

Asimismo, el proyecto cuenta con la ayuda y el respaldo del Gobierno de Cantabria, a través de Vicepresidencia (consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte).

Editar como forma de resistencia

La revista de arte, literatura y pensamiento La Ortiga cumple 25 años de existencia y resistencia cultural, una resistencia participada por “muchas compañeras y compañeros que seguimos editando como manera de estar en el mundo, de poner en común aquello que nos afecta, que nos provoca, que nos seduce”. Así, esta edición conmemorativa tiene un fondo y forma muy especiales para las personas que conforman el colectivo, ya que “simboliza de algún modo la celebración en papel del cuarto de siglo de esta revista con nombre de mala hierba”.

La Ortiga, además de una revista, es una asociación cultural sin ánimo de lucro que ha contado a lo largo de su recorrido con propuestas muy diversas: encuentros y jornadas, talleres itinerantes, formación, un espacio gastronómico-cultural, ediciones, recitales, paseos compartidos. A lo largo de los años, “hemos tenido la oportunidad de colaborar con personas, proyectos e instituciones culturales dentro y fuera de Cantabria, todas ellas han nutrido este humus urticante”. Ahora, reivindican más que nunca la importancia de “un tejido social y cultural crítico, que defienda el derecho a la cultura y la participación ciudadana en los procesos culturales”.

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