Qué pasa con todos los demás

629 personas. España ha acogido a 629 personas rescatadas por el Aquarius en alta mar. Ha sido una respuesta conjunta de gobierno central, gobiernos autonómicos y ayuntamientos que nos hace sentir orgullosos a la mayoría. A esa minoría despreciable (en todos los sentidos de la palabra) que echa espuma por la boca ante el salvamento de 629 seres humanos, sólo les puedo dedicar la palabra que les define: miserables.

Pero siendo hermoso el rescate de 629 personas, siendo preciosa cada una de esas vidas, no puedo dejar de acordarme de todos los demás. Sólo este fin de semana, han llegado a nuestras costas en patera unas mil más.

629 son todo pero no son nada. Nada en comparación con el todo. Nada en comparación con el millón y medio que ha acogido Alemania. Nada comparación con lo que Europa y España se han comprometido a recibir. A los miserables, déjenme pintarles la cara con la miseria de las cifras: de los 17.000 migrantes que el gobierno español del PP firmó acoger, sólo hemos dado entrada a 2.400. Pero seguro que el domingo en misa rezan mucho por todas ellos. Te rogamos, óyenos.

No creo en ruegos, creo que tenemos que exigir al nuevo gobierno que cumpla lo que no cumplió el anterior y que lo haga ya. Que no se quede en esos 629, que acoja 14.600 más. Como mínimo. No creo en ruegos, creo que el gobierno español tiene que exigir a Europa que se responsabilice como ha hecho España con el Aquarius. Todos podemos responsabilizarnos y exigirlo, decir “sí, quiero que mis impuestos sirvan para rescatar a personas”.

Decía el nuevo ministro del Interior, Grande-Marlaska, el mismo que dijo que en los CIE se respetan los Derechos Humanos, decía que hará todo lo posible por quitar las cuchillas de la valla de Melilla. Él es quien puede hacerlo. Tan sencillo como ordenarlo y acabar con esa ignominia de la que PSOE y PP son igualmente culpables.

Nos movemos sólo por impulsos informativos, como un cuerpo en coma que despierta cuando le dan descargas. Hoy es el Aquarius, anteayer Aylán y Tarajal, ayer Open Arms y la valla, mañana qué. Qué pasará mañana con los que llegan a nuestra orilla, con los que se ahogan en la fosa común del Mediterráneo por falta de socorro, con los que siguen cayendo desde las azoteas de la recuperación.

El último se lanzó al vacío desde el décimo piso de la casa de Cornellà de la que iba a ser desahuciado por no poder pagarle el alquiler al Banco de Santander y Blackstone. Fondos buitre y bancos multimillonarios que siguen empujando al vacío a los más vulnerables. Qué pasa con los más débiles, los invisibles, los olvidados, los nadie, señor presidente del gobierno, qué pasa con todos los demás.

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