Queridos lectores, me llamo Beatriz Martín y me gustaría compartir con vosotros una de las experiencias que más me ha marcado en mi vida. Y es que, a pesar de las dificultades, soy una mujer emprendedora.
Sí. hace ya tres años, junto con un grupo de compañeros de CECAP, decidimos poner en marcha Abono Café, que es una Cooperativa en la que nos dedicamos a la reutilización del café para crear un abono ecológico. Actualmente Abono Café está formado por 13 socios, y yo soy su presidenta.
Seguramente ya habrás escuchado hablar alguna vez de Abono Café, por lo que lo que quiero compartir con vosotros el largo camino que he recorrido, junto con mis demás compañeros, hasta llegar al día de hoy.
Este camino comienza hace 15 años, cuando decido formar parte del proyecto de CECAP. En todo este tiempo, me he esforzado mucho por mejorar mis competencias y habilidades profesionales, porque para mí, es mucho más difícil encontrar una oportunidad laboral.
A pesar de estar muchos años preparándome y buscando esa oportunidad, la mayoría de empleos fueron en prácticas o temporales. Nunca me rendí y conté con el apoyo de mi familia y mis amigos, que me animaban a buscar un poco más de estabilidad. Es así como hace aproximadamente tres años, en CECAP me preguntaron si quería ser socia de una Cooperativa. Aún no estaba formada, sino que simplemente contábamos con una idea, que tengo que reconocer que me encantó.
En una de las primeras reuniones, los socios tuvimos que proponer quién iba a presidir la Cooperativa, y yo rápidamente me ofrecí. Ni siquiera sabíamos por dónde empezar, pero teníamos claro que podía ser una oportunidad para ser nosotros mismos quienes creáramos nuestra oportunidad laboral.
Detrás de todo esto está Social Business Factory, que es un proyecto de CECAP para ayudarnos a montar nuestras propias empresas. Es así como comenzamos en un curso de Emprendimiento junto con la Universidad de Castilla-La Mancha y CECAP. Ahí potenciaron nuestras habilidades emprendedoras, aunque yo todavía no era consciente de lo que se me venía encima.
Justo después de este curso, comenzamos una nueva formación para poner en orden nuestra idea de negocio y ver si podía funcionar. Este curso lo dimos con la Cámara de Comercio y la Escuela de Organización Industrial (EOI), dónde supimos que nuestra idea poder tener éxito. Es aquí cuando decidimos crear ABONO CAFÉ.
Es entonces cuando empezó toda una aventura de firma de papeles que terminó en la creación de nuestra empresa. Ahora venía un nuevo reto, dónde puse en marcha todas mis habilidades comunicativas, cosa que no se me da nada mal, consiguiendo que el Ayuntamiento de Toledo nos cediera un espacio dónde empezar a trabajar.
Es en este momento cuando Esteban comienza a ayudarnos para poner en marcha nuestras primeras tareas. A pesar de ser nuestro preparador laboral, para nosotros siempre fue alguien mucho más especial, volcado con nuestra empresa y con nosotros mismos. Se convirtió en mi amigo, confidente, consejero… éramos un equipo. Siempre me trató como su igual, y tengo que reconocer que los cafés que me tomaba con él eran una fuente de energía. Otro gran compañero y amigo es Borja, que el verano pasado nos dejó. Reconozco que a pesar de que lo extraño muchísimo, su risa, sus travesuras y su carácter siempre será parte de nosotros y de Abono Café.
Ahora mismo, estamos buscando la forma de encontrar nuevas formas para vender nuestro producto, por lo que estoy nuevamente haciendo un curso. Como te decía al principio, a pesar de las dificultades nunca me rendiré, y mis compañeros tampoco.
En este punto, me gustaría decirles a todas aquellas personas que tienen algún objetivo lo mismo que me dicen a mí las personas que me rodean y que quieren lo mejor para mí. Nunca hay que parar, y aunque las cosas parezcan difíciles, con esfuerzo y constancia lo puedes conseguir. Al principio me costó hacerme a la idea de que para formar parte de Abono Café tenía que independizarme, pero ahora comprendo que me encuentro a gusto viviendo mi vida, siempre con ayuda de la familia y profesionales que no me dejan caer. Cuando consigues lo que quieres, te das cuenta que todo el esfuerzo merece la pena.
Aunque todos somos distintos, y cada uno tenemos nuestros puntos fuertes y puntos débiles, todos tenemos nuestros sueños, nuestras metas, y, por tanto, merecemos las mismas oportunidades. Sin embargo, todos tenemos que recorrer el mismo camino para alcanzarlos: la ilusión, el esfuerzo, y la energía de los que nos rodean.
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