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La Casa de los Vasco de Valdepeñas busca recuperar su esplendor y un nuevo uso

En el número 27 de la actual Calle Real de Valdepeñas, situado en pleno centro del casco histórico de la ciudad, se levanta uno de los pocos ejemplos que han sobrevivido en la localidad ciudadrealeña para mostrarnos cómo eran las construcciones que allí se ubicaban entre los siglos XVI y XVII.

Se trata de la Casa de los Vasco, una casa solariega levantada por una familia perteneciente a la élite valdepeñera que, tras pasar por diversos usos a lo largo de su historia, hoy en día languidece en espera de una rehabilitación que está un poco más cerca tras la declaración el pasado mes de septiembre como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento.

Arquitectónicamente, la Casa de los Vasco presenta características de finales del Renacimiento y comienzos Barroco. Destaca su fachada, compuesta por restos de aparejo toledano con piedra, con una entrada arquitrabada hecha en piedra valdepeñera y una rejería bien conservada. “De lo más rico de Valdepeñas y de lo más rico que he visto yo por estas zonas”, detalla Julián Vélez, arqueólogo municipal del Ayuntamiento de Valdepeñas.

Su interior se distribuye en dos plantas que se erigen en torno a un patio porticado central, al estilo de otras casas-palacio del siglo XVI. También posee una cueva-bodega en dos niveles para la producción de vino y una bodega de tinajas, de las cuales se conservan dos.

Una de las cuestiones que más le gusta a Vélez de esta casona es que “puede dar muchas sorpresas”. Y es que los arqueólogos todavía no han podido acceder a muchas zonas del edificio por el estado en que se encuentra. La primera planta es un ejemplo de ello, ya que solo han hecho algunas tareas de limpieza, “pero no hemos hecho tareas propias de excavación arqueológica”, lamenta el arqueólogo.

Pero no es un edificio que haya permanecido estático a lo largo de su historia, sino que ha ido incorporando elementos de las diferentes épocas hasta llegar a finales del siglo XX, cuando se abandona.

“Valdepeñas sufrió, como muchas otras ciudades, la destrucción de muchos edificios en los años 60, los años 70, los años 80… la Casa de los Vasco se ha ido salvando junto a otros, como la Fundación Gregorio Pietro o el propio Museo Municipal, que son de similares características y que tienen su origen en el comienzo o a mediados del siglo XVI”, explica Vélez.

La familia Vasco, una de las élites de Valdepeñas

“Es un elemento único de la arquitectura urbana, pero en realidad es una estructura rural, de campo, por su forma, por su estilo y por su utilización específica dentro del mundo de la agricultura. Y es una construcción típica de las élites sociales en el siglo XVI y siglo XVII que estaban aquí en Valdepeñas”.

La historia de la Casa de los Vasco está ligada, efectivamente, a la familia Vasco. Esta familia pertenecía a las élites sociales de Valdepeñas y, entre el patrimonio que poseían en la localidad, se incluían, aparte de varias viviendas, amplios terrenos agrícolas que dedicaban principalmente a la agricultura, en concreto, a las viñas. De hecho, la propia Casa de los Vasco da buena cuenta de la pasión vinícola de la familia, ya que cuenta con una cueva con dos niveles de altura .

Varios miembros de la familia también fueron relevantes desde el punto de vista histórico y cultural para Valdepeñas. “Hay escritos de Silvio Vasco de Fernando Vasco dentro de lo que cabe son estudios importantes porque son los primeros indicios de ese estudio de la historia local de Valdepeñas”. “Incluso alguno de ellos llegó a ser alcalde de Valdepeñas”.

Diferentes usos históricos

A lo largo de su historia, la Casa de los Vasco ha sido destinada a varios usos hasta su abandono actual.

En sus inicios en el siglo XVI se emplea primero como vivienda familiar y luego evoluciona como vivienda familiar dedicada a la agricultura.

El siglo XX se inicia con la casa todavía utilizándose como vivienda familiar, pero, se convirtió en en la sede de Acción Católica a mediados de siglo, destinándose a un nuevo uso, esta vez, como internado. Un uso del que hay registros fotográficos, ya que los arqueólogos han encontrado restos de fotografías de los alumnos. En los años 90 volvió a ser una vivienda familiar y ya en el siglo XXI fue abandonada.

Un futuro todavía por definir

El Ayuntamiento de Valdepeñas ha realizado algunas actuaciones para evitar que el paso de los años siga haciendo mella en el edificio, como tareas de limpieza o de apuntalar algunos muros que presentaban cierto peligro de caída.

Pero para que la Casa de los Vasco recupere su antiguo esplendor, es necesario una restauración en profundidad. “La necesita, evidentemente”, reconoce Vélez. Una posibilidad que se acerca con la declaración del edificio como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento. Y es que esta declaración es condición necesaria para recibir poder optar a subvenciones europeas con las que llevar a cabo esa gran rehabilitación.

¿Qué hacer con el edificio una vez se ejecute esa restauración? En Valdepeñas se plantean dos posibilidades, que además son compatibles entre sí, según nos cuenta el arqueólogo. En primer lugar, el consistorio tiene ya redactado un proyecto para convertir las dos plantas de la Casa en el nuevo Museo Arqueológico de la ciudad. El actual, reconoce Vélez, “se queda pequeño”, ya que se sitúa en el Museo Municipal, compartiendo espacio con las muestras de arte.

“También cabe la posibilidad”, aventura Vélez, de “dedicarlo a otras cuestiones”, como al estudio de las cuevas y bodegas de Valdepeñas ya que el propio edificio “cuenta con una magnífica cueva en dos niveles”.

Sin embargo, estas ideas “pueden variar” en cuanto se consigan las subvenciones y se vaya definiendo el futuro de la Casa de los Vascos. “Está todo en el aire”, resume Vélez.