'La leona de Castilla' no es solo un apodo para una mujer que combatió por una causa que consideraba justa y que lideró las revueltas comuneras en la década de 1520 en el reino de Castilla, concretamente las de Toledo. La ciudad de la que tuvo que huir le rinde homenaje con una escultura obra del artista Julio Martín de Vidales.
Se trata de una efigie que tiene una altura de cuatro metros y medio y que se ubica junto al Alcázar de Toledo, en la plazuela del Horno de los Bizcochos, junto al fortín desde el que lideró la revuelta de la Guerra de las Comunidades de Castilla. allá por el siglo XVI.
Dedicarle una estatua es algo que se aprobó en pleno municipal allá por octubre de 2020 y no ha sido hasta ahora cuando se ha colocado el monumento, financiado por el Parlamento autonómico.
María Pacheco fue una noble castellana que durante el siglo XVI asistió como líder comunera a uno de los sucesos más cruentos, la Guerra de las Comunidades de Castilla. También estuvo casada con Juan de Padilla, otro de los líderes comuneros que pereció en la Batalla de Villalar, en Valladolid, un acontecimiento que desencadenó la posterior victoria del rey Carlos I y sus tropas. Dirigió desde Toledo al movimiento comunero, prolongando la resistencia de la ciudad durante nueve meses, hasta que tuvo que exiliarse.
Los historiadores la consideran una pieza clave en este conflicto, sin embargo la historia la ha “opacado”. Una líder que en este último siglo se considera como una figura fundamental del feminismo.
Una mujer con “coraje y espíritu reivindicativo”
El presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido, ha señalado durante el acto de inauguración de la estatua que con esta actuación se pretende “recuperar a una mujer que murió en el destierro en Oporto y que ha sido opacada por la historia”. Todo ello con el objetivo, además, de “generar nuevos referentes femeninos”.
Mientras, el presidente de Castilla-La Mancha ha afirmado que una parte importante de la historia de Toledo y de Castilla-La Mancha, tiene que ver con el “coraje, el ansia de igualdad y el espíritu reivindicativo que mantuvo María Pacheco”. También ha relatado que la protesta de los comuneros lo era apelando a un concepto de no sumisión a las imposiciones.
“Tiene un antecedente democrático, en la democracia que se podía entender entonces; era una expresión de que tenía que opinar el pueblo, de que tenían que opinar los consejos, de que tenía que opinar la gente. Esa reivindicación antecedente de la democracia, de la igualdad y de la lucha contra todo tipo de privilegios es lo que hoy conmemoramos de una manera muy especial”, ha significado Emiliano García-Page.