Rafael Canogar, a los jóvenes artistas: “No hay que caer en la tentación de hacer lo que se lleva”

Sus manos transmiten la seguridad y firmeza de quien sigue usándolas para pintar a diario. Y cuando sube al escenario, se hace el silencio entre el público para escuchar hablar a uno de los genios del arte español de este siglo y del pasado.

Rafael Canogar (Toledo, 1935) ha vuelto este jueves a “su pueblo”, como él bromea, para tener una conversación abierta con estudiantes, profesores y todo aquel que se ha querido acercar a un encuentro organizado por la Universidad de Castilla-La Mancha. Una cita especial, pues en 2025 coinciden los 90 años que cumple el artista con el 40 aniversario de la universidad que le acoge.

Y una oportunidad que Canogar ha aprovechado para reflexionar sobre el proceso creativo y la situación actual del arte, pero, sobre todo, para hacer una constante declaración de amor a la pintura.

“Mi vida ha sido esta”

Su vocación, cuenta Canogar, comenzó “muy pronto, desde niño”, cuando empezó a jugar con colores y papeles, “como todos los niños”. Pero, a diferencia de los demás, él continuó con esa labor tras la infancia. “Mi vida ha sido esta durante 70 años” porque “me siento tan feliz haciéndolo ahora como entonces”.

Tras discurrir sobre sus inicios como artista, su trayectoria y su relación con la censura franquista -“pensaban que éramos un número tan reducido de personas a las que nos interesaba el arte que dirían ‘qué más da, que hagan lo que quieran”-, ha lamentado lo difícil que lo tienen los nuevos artistas para triunfar en el mundo del arte.

“La gente no mira los cuadros en las ferias, más bien pasea por ellas. Eso hace que el joven artista quiera llamar la atención para que se fijen en él. Y ahí se corre el riesgo de llegar a obras como el plátano pegado con una cinta en la pared”, criticaba, levantando las risas de los asistentes.

Evitar las modas y mantener una posición honesta

Es por eso que Canogar llamó a los jóvenes estudiantes que le escuchaban a evitar la presión de las modas y mantener una posición honesta ante el acto artístico. “No hay que caer en la tentación de hacer lo que se lleva o querer llamar la atención. Lo que siempre estará abierto es hacer una buena pintura, desarrollar un lenguaje propio y, a partir de ahí, crear tu espacio”.

Que nazca de tu interior, de tu ser. Hacer buena pintura es hacer un lenguaje tuyo

También mostraba su opinión sobre cómo usar las innovaciones tecnológicas en la creación artística: “La inteligencia artificial y las nuevas tecnologías han irrumpido, y con ellas se pueden hacer buenas o malas obras. Han enriquecido las herramientas para un creador”.

Porque, al final, de lo que se trata es de “hacer de tu pintura como si fuera tu escritura” decía Canogar citando a Van Gogh. “Que nazca de tu interior, de tu ser. Hacer buena pintura es hacer un lenguaje tuyo”.

Una estudiante le preguntaba por qué abandonó la pintura figurativa para abrazar la abstracción. “Me gusta hallar lo sublime, y creo que a través de la abstracción puedo hacer mejor esa búsqueda. Me permite acercame al espíritu del hombre”.

El mundo entero está patas arriba. Pero cuando estoy pintando, me olvido de todo esto, soy feliz

El artista también ha presumido de su condición de castellano y toledano, algo de lo que, asegura, siempre ha dejado impronta en su pintura: “Para mí la materia castellana es fundamental. Yo lo mencionaba muchas veces: en mis viajes de Toledo a Madrid y de Madrid a Toledo, me dejaban huella esos campos arados, sus surcos… Esta misma mañana he estado pintando surcos inspirados por esos campos”.

Canogar cerraba el encuentro con un resumen del sentir que le produce la pintura: “Nos encontramos ante un mundo muy difícil, muy incierto. Todos nuestros valores han caído, no en España, sino en el mundo entero, todo está patas arriba. Pero cuando estoy pintando, me olvido de todo esto, soy feliz”.