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Castilla-La Mancha quiere proteger de la extinción a una planta que solo crece en un parque natural de Albacete
Castilla-La Mancha formaliza proteger la Anthyllis rupestris, una planta que solo se encuentra en una zona de Albacete, el Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima.
Antonio Catalán, director del parque natural, señala que se trata de una planta que ya viene catalogada en peligro de extinción en el catálogo regional desde Castilla-La Mancha. La Anthyllis rupestris crece en zonas de montaña, “por encima de los 1.500 metros sobre el nivel del mar” y que, además, por sí misma “desde que se descubrió no ha sido muy abundante, ya que solo aparece en las cordilleras béticas de España”.
Se trata de una planta enmarcada en la familia de las leguminosas que crece hacia finales del mes de junio y produce una media de 350 flores por planta. Al llegar el invierno pierde la parte aérea visible y permanece enterrada hasta una nueva floración.
En el año 2023 realizaron un informe por parte del parque natural, donde recopilaron que en Castilla-La Mancha existían más de 6.500 individuos de esta planta. “Si sumásemos la superficie que ocupan las plantas actuales como una única población estaríamos hablando de unas 580 hectáreas”, señala Catalán. Asegura que la situación de la planta es “crítica”. En la actualidad, esta leguminosa solo se encuentra en el Parque Natural de los Calares. “Además de aquí, solo podemos encontrarla en una zona de Jaén que solo posee 100 individuos de esta leguminosa”, aclara.
En el año 2006, una investigación realizada por el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico en el informe del Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada de España, declaraba que “la propagación de esta leguminosa en invernadero mostraba un elevado fracaso”. De igual manera, debe hacer frente al pastoreo, que es la principal causa de desaparición de la Anthyllis rupestris, ya que sirve de alimento para el ganado. “Al ubicarse en zonas de montaña que se utilizan en verano como lugar de pasto es una planta muy comestible y no le da tiempo a fructificar y volver a tener nuevos individuos”, explica Catalán.
Este tipo de plantas en peligro de extinción deben tener un plan de recuperación que asegure la preservación de la especie a lo largo del tiempo, según explica Antonio Catalán. “Al no contar con este plan previamente implica que no dispongamos de muchas herramientas para poder gestionarla”, matiza.
Medidas de protección por parte del parque natural
Antonio Catalán nos cuenta que para proteger la Anthyllis rupestris se han vallado dos de las siete subpoblaciones con las que cuentan. “Son valladas muy pequeñitas, a lo mejor de dos hectáreas, para que no afecte a los pastos ni a la ganadería en general, pero que asegure la supervivencia de la planta, que pueda florecer, fructificar y luego tener semilla”, expone. Explica también que el resto de las zonas del parque están abiertas al pastoreo, “pero cuando la planta tiene un momento crítico intentamos que el ganado no baje por allí”.
Asegura que con el plan de recuperación que han elaborado en conjunto con la consejería de Desarrollo Sostenible, les va a permitir realizar más actuaciones de manera oficial, “ya sea para reintroducir esta planta en sitios donde está documentada, pero no se encuentra, o que el Jardín Botánico de Castilla-La Mancha pueda recolectar la semilla”.
El Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de la consejería de Desarrollo Sostenible, ha abierto un proceso de participación para proteger y recuperar la especie de flora Anthyllis rupestris, el cual permanecerá abierto desde el 25 de octubre hasta el 21 de noviembre de 2025.