La Archidiócesis de Toledo ha querido marcar distancia con la Asociación Pública de Fieles 'Hijas del Amor Misericordioso' (HAM), tras su intervención y disolución por parte del Arzobispado de Madrid tras una investigación en la que se apunta a acusaciones de comportamientos sectarios, abusos sexuales, espirituales y de autoridad por parte de sus responsables.
De esta manera, han querido aclarar que la asociación dirige una casa de espiritualidad en la localidad de Ocaña, desde el año 2017, en el antiguo convento de las Carmelitas Descalzas. La archidiócesis explica que fue la comunidad la que ofreció el uso del inmueble, pero que en la casa “no reside una comunidad estable” de miembros de HAM.
Por otro lado, y en cuanto a la presencia de la asociación en la localidad de Escalona desde el mes de septiembre de 2024, aseguran que fue en “todo momento temporal y provisional” y que se permitió “motivada por la necesidad urgente de comenzar el curso académico 2024-2025”.
Todo ocurrió, señalan desde el Arzobispado, mientras se tramitaba una “posible instalación” en el convento de las Madres Capuchinas de Toledo. Sin embargo, en diciembre de 2024, la Archidiócesis conoció la investigación abierta contra la hermana María Milagrosa Pérez Caballero, así como de las medidas cautelares dispuestas por Arzobispo de Madrid.
Fue entonces cuando se comunicó “de forma inmediata” a la asociación que no podrían instalarse en el convento de Toledo; la fecha de comunicación fue el 19 de diciembre del año pasado.
Finalmente, en abril de este año, “tras un tiempo de discernimiento pastoral y consultas pertinentes” el Arzobispado decidió no renovar el permiso para que la comunidad permaneciera en Escalona. Consideraban que “una comunidad formativa de esa naturaleza debía estar bajo la jurisdicción directa del Ordinario de la diócesis donde ha sido erigida la Asociación, en este caso, la Archidiócesis de Madrid”, rematan desde la archidiócesis toledana.
Fue el propio Arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Cháves, el que comunicó la decisión a través de una carta a la responsable de HAM. Finalmente, aclaran que se les daba “margen suficiente para el traslado”, dos meses, “con el único propósito de favorecer un mayor acompañamiento eclesial por parte de su Ordinario, en el contexto particular que vive la Asociación”.