El juicio a la fortuna familiar de los Pujol se celebrará con Jordi Pujol. Así lo ha acordado este lunes la Audiencia Nacional, que no ha acogido el criterio de los médicos forenses y ha mantenido como acusado al expresident de la Generalitat pese que los médicos consideraron que su deteriorado estado de salud le impide poder defenderse con garantías.
Era la decisión más trascendente de las que afrontaba el tribunal en los compases iniciales de una vista que se alargará hasta mediados de 2026. Los jueces han resuelto tras una videconferencia de unos 40 minutos, a puerta cerrada, con Pujol, que se recupera en su casa de una neumonía, y los forenses desde Barcelona.
El expresident, de 95 años, ha dicho al tribunal que estaba a su disposición, aunque no se encontraba bien. “Haré lo que pueda”, ha agregado a preguntas de si podría seguir el juicio. Con su mantenimiento en la vista, el expresident sigue enfrentándose a los cargos de asociación ilícita y blanqueo de capitales por los que la Fiscalía le solicitaba nueve años de cárcel.
El presidente del tribunal, el magistrado José Ricardo de Prada, ha sido el encargado de comunicar la decisión. El magistrado ha indicado que se irá evaluando a lo largo del juicio su estado de salud, en especial “en el momento en que tuviera que tener participación activa” en la vista, eso es, su declaración como acusado.
Pujol, cuyo interés en los últimos años ha sido cómo pasará a la historia, se enfrenta con 95 años y un deteriorado estado cognitivo y problemas de sordera a un juicio que seguirá por videoconferencia desde su casa de Barcelona.
El expresident será el protagonista a distancia de la vista, que se celebra en la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares (Madrid). Este lunes Pujol ha estado acompañado en su domicilio de Barcelona de Albert Carrillo, uno de sus abogados.
La Fiscalía nunca creyó la versión de que la fortuna provenía de la herencia oculta de su padre. Todo lo contrario: Anticorrupción le daba una relevancia máxima en la supuesta asociación ilícita para repartirse con los empresarios afines a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) los beneficios obtenidos con los concursos amañados durante el final de sus 23 años al frente de la Generalitat.
Una dirección que Pujol, siempre según la tesis de la Fiscalía y negada por la familia (que mantiene que el expresident se desentendió de los fondos, pues el abuelo Florenci estipuló que fueran a su mujer y a sus hijos) compartiría con su esposa Marta Ferrusola, fallecida en julio del año pasado tras haber sido exculpada en mayo de 2021 por la demencia que padecía.
Junto al padre, el principal acusado es el primógenito, Jordi Pujol Ferrusola, quien en 1990 asumió la gestión de los fondos de Andorra y una década después repartió 126 millones de pesetas a cada miembro de su familia, salvo al padre. Según los investigadores los hijos, desde 2011, estuvieron sacando dinero en metálico para acabar regularizando el patrimonio en 2014 con la amnistía fiscal de Montoro.
Acusaciones y defensas no discuten la existencia de ese capital, que las comisiones rogatorias han acreditado que los Pujol tuvieron en Banca Reig, después en Andbank y finalmente en la Banca Privada de Andorra (BPA). La disputa está en su origen: legado oculto del abuelo Florenci para la familia (que no sustenta su tesis en ningún documento, sino tan solo en su palabra); riqueza ligada al apellido y fruto de la corrupción según la Fiscalía.
Tras una instrucción de más de trece años, el juicio arrancará este lunes con las cuestiones previas. Los que no se libran del juicio son sus siete hijos, a los que la Fiscalía les pide penas de entre 8 y 29 años de cárcel, y una decena de empresarios, acusados de beneficiarse de su influencia sobre la familia para obtener contratos de obras públicas.
Los siete hijos del expresident de la Generalitat Jordi Pujol han llegado, por separado, a la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares (Madrid). El primero en llegar ha sido Josep Pujol Ferrusola, que ha bajado de un coche conducido por una mujer. Después ha hecho acto de presencia Oriol Pujol Ferrusola, acompañado de su abogado, Francesc Sànchez.
El tercero en llegar ha sido el primogénito, Jordi Pujol Ferrusola, a quien uno de los policías que custodia la sede judicial le ha recordado que tenía que caminar por la acera y no por la calzada. Finalmente han llegado Mireia, Marta y Oleguer.