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La CUP decide volver a presentarse a las elecciones generales

La CUP ha decidido presentarse a las elecciones generales del próximo 23 de julio. Será la segunda participación de los anticapitalistas en unos comicios al Congreso. El partido anticapitalista ha zanjado este sábado el debate interno entre los que apostaban por repetir tras su entrada en las Cortes hace cuatro años y los que abogaban por una llamada a la abstención.

La formación de la izquierda independentista ha destacado que la decisión se ha tomado con el aval del 61% de la militancia, lo que, a su juicio, “valida” el trabajo realizado durante la última legislatura en Madrid y sitúa a la CUP “como la única alternativa claramente independentista y de izquierdas”.

A falta de definir la lista definitiva, Albert Botran y Mireia Vehí, sus actuales diputados en el Congreso, liderarán las listas por Barcelona y Girona. En Barcelona también ocuparán puestos de salida Laure Vega e Ignasi Bea, y Edgar Fernández y Pepa Planas serán los cabezas de lista por Tarragona.

Para la CUP sería un éxito mantener los dos escaños por la provincia de Barcelona que obtuvo en 2019. De cara a los comicios de julio también intentará pelear el escaño que se le resistió por Girona hace cuatro años. Obtener representación en Lleida y Tarragona parece inviable. 

La entrada de los anticapitalistas en el Congreso fue una de las novedades de las generales del 2019. Nunca hasta entonces la CUP había apostado por concurrir a unos comicios estatales que tradicionalmente rechazaba al centrar sus esfuerzos electorales en los municipios y, a partir de 2010, en el Parlament.

Si la CUP apostó por presentarse en 2019 fue por el contexto “excepcional” que había entonces, adujeron los independentistas de izquierdas en referencia al encarcelamiento de los líderes del procés y a la resaca que todavía vivía Catalunya entonces de la sentencia del Tribunal Supremo.

La participación de la CUP en las elecciones de noviembre de 2019 (en abril rechazaron concurrir) afectó en especial a ERC, que perdió 145.000 votos y dos escaños, los mismos que obtuvieron los anticapitalistas, que lograron 244.000 papeletas. En las generales del próximo verano ERC vuelve a jugarse el primer puesto en Catalunya ante un PSC que quiere ganar con contundencia para ayudar a Pedro Sánchez a mantenerse en La Moncloa.

A lo largo de la legislatura que ahora termina, los representantes anticapitalistas en las Cortes, Mireia Vehí y Albert Botran, no han sido decisivos a la hora de conformar mayorías y de hecho no han dudado en ejercer de oposición de izquierdas al Gobierno del PSOE y Unidas Podemos. Votaron en contra de la investidura de Sánchez para “no dar aire a la represión” y han sido críticos con proyectos clave del Ejecutivo. 

Los anticapitalistas rechazaron la reforma del Código Penal que derogó la sedición y modificó la malversación al considerarlo una “salida individual” para los altos cargos pendientes de juicio por el procés que a cambio endurecía los desórdenes públicos a los que se enfrentaban activistas de base. También se abstuvo en la ley del ‘solo sí es sí’ al alertar sobre el populismo punitivo y el excesivo debate sobre las penas.