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La Diputación de Barcelona reparte entre empresas un millón de euros de la cooperación al desarrollo

El presidente de la Diputación de Barcelona, el convergente Salvador Esteve (i), junto a los vicepresidentes, los populares Josep Llobet (2i) y Ramon Riera (2d)

Pere Rusiñol

Barcelona —

La Diputación de Barcelona ha repartido entre empresas y fundaciones privadas catalanas un mínimo de un millón de euros de las partidas destinadas a la cooperación al desarrollo que normalmente iban hacia proyectos de cooperación en los países pobres, según se desprende de la documentación desde 2012 analizada por eldiario.es.

En 2011, tras las pasadas elecciones municipales, Convergènicia i Unió (CiU) conquistó la institución supramunicipal de la provincia de Barcelona y durante el mandato ha modificado sustancialmente las políticas de cooperación al desarrollo hasta el punto de que en ocasiones se han vuelto indistinguibles del apoyo a la internacionalización de las empresas catalanas y de la conquista de nuevos mercados para éstas. Para ello no se han escatimado recursos sonsacados de la partida del 0,7%, el simbólico porcentaje que los países ricos se han comprometido a destinar al desarrollo de los países del Tercer Mundo.

España y Cataluña están a la cola de los países ricos en cuanto a cumplimiento de este compromiso, muy lejos del objetivo teórico. Pero lo que muestra la actuación de la Diputación de Barcelona es que incluso las cifras oficiales están probablemente hinchadas, en la medida en que se han utilizado partidas del 0,7% para inyectar fondos a empresas mercantiles de los países ricos. Los planteamientos neoliberales en cooperación, que en España han abrazado tanto CiU como el PP, consideran que la actuación económica de las empresas per se lleva automáticamente desarrollo, con lo que las ayudas para que las mercantiles de los países ricos hagan negocio en los países pobres encaja dentro de esta concepción particular de la cooperación. 

El máximo responsable del reparto de los fondos de Cooperación al desarrollo de la Diputación de Barcelona es Jordi Castells Masanés, director de Relaciones Internacionales. Castells Masanés aterrizó en el puesto de la mano de Jordi Matas, ex coordinador general de la entidad, que fue destituido en 2012 al trascender sus negocios con la Associació Catalana de Municipis (ACM) cuando el presidente era el hoy máximo responsable de la Diputación, Salvador Esteve, y Matas era también su coordinador general en la entidad municipalista.

Eldiario.es solicitó el pasado viernes, día 15, aclaraciones por escrito a la Diputación de Barcelona sobre los fondos de cooperación al desarrollo. Un portavoz de la Diputación aplazó cualquier contacto hasta la semana que viene alegando que Castells Masanés estaba de viaje, aunque varios testigos le vieron en su oficina con posterioridad a estas explicaciones.

El nuevo equipo que desembarcó en la Diputación tras la victoria de CiU quiso promover la cooperación público-privada también en el ámbito de la cooperación al desarrollo, pero la política impulsada ha ido evolucionando hacia la progresiva sustitución de los actores tradicionales del sector -ONG y socios en los países del Sur- por las empresas y patronales catalanas en proceso de internacionalización y conquista de nuevos mercados, que ahora vehiculan partidas significativas de la cooperación. Algunas de las ONG y entidades sociales más arraigadas en Cataluña han ido desapareciendo del listado de beneficiarios de subvenciones de la Diputación de Barcelona -una de las instituciones pioneras en cooperación al desarrollo en España- en detrimento de organizaciones estrictamente patronales, como la plataforma de las pymes (Pimec), o el lobby energético Fundación Empresa y Clima, entre otras.

Empresa y Clima ha sido una de las entidades más beneficiadas de la convocatoria de subvenciones en 2013 y 2014, con 67.000 euros y 42.000 euros, respectivamente. Pero si se le suman otros fondos de Cooperación de la Diputación de Barcelona canalizados a través de esta entidad, la cifra alcanza los 228.000 euros desde 2013. Y ello sin contar con los fondos obtenidos por uno de sus patrones, la Fundación Universitaria Iberoamericana (Funiber), entidad privada que se ha convertido recientemente en uno de los socios de referencia de la Diputación de Barcelona para cooperación al desarrollo tras obtener 183.000 euros desde 2013 en las convocatorias anuales de subvenciones de la institución.

La patronal catalana de la pequeña y mediana empresa (Pimec) ha logrado por su parte un mínimo de 156.000 euros de las partidas de cooperación de la Diputación de Barcelona desde 2013, mientras que la patronal de los curtidores suma 140.000 euros desde 2014, y la Cofradía de Pescadores otros 40.000, según la documentación revisada por eldiario.es.

Los fondos para la cooperación al desarrollo de la Diputación de Barcelona no se han limitado a las patronales, sino que también se han dirigido a empresas concretas, como Sestrategic,SL, una consultora especializada en guiar a las empresas en la conquista de nuevos mercados e internacionalizarse, que ha recibido al menos 66.000 euros de la cooperación al desarrollo.

Entre las empresas más premiadas por estas partidas destacan las relacionadas con el negocio de los residuos y la eficiencia energética, a pesar de que la Diputación de Barcelona tiene algunos programas punteros y los equipos más experimentados en estas áreas. Ello no ha sido impedimento para canalizar fondos de cooperación al desarrollo hacia empresas privadas como Voltia Solutions SL, que recibió al menos 60.000 euros en 2014, y el Grupo IGFA, que sumó un mínimo de 124.000 euros entre 2013 y 2014.

La difusa mezcolanza entre los recursos públicos de cooperación aportados por la Diputación y los intereses de las empresas privadas lo ilustra bien el caso del Grupo IGFA explicado por uno de sus directivos, Jordi Batchelli,  jefe de Servicios de Vigfa Residus, SL, filial del Grupo IGFA. El año pasado, varios alcaldes hondureños visitaron Cataluña en el marco de uno de estos programas de cooperación financiados por la Diputación de Barcelona y Batchelli explicó personalmente, en una entrevista a El Periódico de Catalunya, los mimbres del proyecto como si fuera estrictamente de su empresa -aunque se presenta como “autónomo”-, sin ni siquiera citar la Diputación de Barcelona.

La Diputación financió el viaje de los “clientes” hondureños de la empresa, conseguidos en buena medida gracias a la ayuda económica de los fondos de cooperación al desarrollo de la institución pública de Barcelona, según se desprende de la entrevista, de octubre de 2014.

Batchelli explica que la empresa “ha hallado los primeros clientes” en alcaldías de El Salvador, Honduras y Argentina. Y según la documentación revisada por eldiario.es, el Grupo IGFA logró en 2013 y 2014 fondos de la Diputación para planes y estudios de gestión de residuos precisamente en El Salvador, Honduras y Argentina, además de para Guatemala y Costa Rica.

“Es apasionante sentir que lo que para mí es una oportunidad, para ellos es una necesidad”, explicaba Batchelli en la entrevista de El Periódico. Y remataba: «Hay que ser honrados. No podemos pretender que en lugares donde todavía tiran la basura a la calle, empiecen a reciclar de un día para el otro“

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