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Dos exconsellers de Interior niegan ante el juez que un exalto cargo espiara correos electrónicos del Govern

Puig y Espadaler, en una imagen de archivo

Oriol Solé Altimira

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Los exconsellers de Interior del Govern Felip Puig y Ramon Espadaler han negado que el exdirector del Centro de Seguridad de la Información de Catalunya (CESICAT) Carles Flamerich y el exresponsable de gestión de incidentes de la entidad X.P.L., interceptaran y espiaran correos electrónicos dirigidos a altos cargos del Govern.

En su declaración como testigos en el juicio contra Flamerich y X.P.L. que se celebra en la Audiencia de Barcelona, Puig, han explicado que recibieron un correo del extrabajador del CESICAT en la que denunciaba presuntas irregularidades y que avisaron tanto al organismo como a los Mossos de que en el documento del antiguo empleado aparecían “pantallazos” de ordenador con datos personales de funcionarios.

Puig ha desvinculado la denuncia del supuesto espionaje y la enmarcado en un posible fallo de seguridad informática que ya fue subsanado. Ha insistido en que reenvió la alerta del exempleado a Flamerich y X.P.L., por lo que, ha remarcado, ya estaba dando su “permiso implícito” para que ambos acusados leyeran la denuncia.

El exconseller Puig, entonces titular del departamento de Empresa, ha asegurado además que en los mensajes remitidos por el expleado (cuya denuncia ha desembocado en el juicio de este lunes) había una “actitud de descontento y resentimientos” contra Flamerich y X.P.L.

La Fiscalía pide para Flamerich y X.P.L. cuatro años y tres meses de prisión por un delito de descubrimiento de secretos relacionado con el supuesto espionaje de correos electrónicos. Según el fiscal, ambos acusados acordaron en 2013 la creación de un “sistema de interceptación” de correos electrónicos después de recibir la alerta de un empleado del CESICAT sobre “posibles irregularidades y deficiencias” en el organismo.

Dicho sistema de interceptación consistía en un filtro de todos los correos electrónicos que enviaba el empleado a cualquier destinatario que tuviera una cuenta de correo de la Generalitat de Catalunya, que terminaban llegando a Flamerich y X.P.L., según el fiscal. El mecanismo, continúa el Ministerio Público, permitía que los correos llegaran tanto a su legitimo destinatario como a ambos acusados.

Flamerich abandonó el CESICAT en noviembre de 2013 tras una etapa tormentosa al frente del organismo, encargado de la seguridad en la red. La red Anonymous filtró que el organismo hizo seguimientos a activistas en la red, lo que le valió una denuncia por espionaje.

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