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Torra y ERC comienzan el curso político exhibiendo estrategias divergentes ante Sánchez

Torra promete su cargo ante el presidente del Parlament Roger Torrent

Arturo Puente

Las vacaciones de agosto no han servido para cerrar la grieta estratégica entre ERC y JxCat. Al contrario, en este primer lunes de septiembre el president Quim Torra y los republicanos han comenzado el curso exhibiendo posturas divergentes ante el nuevo escenario dibujado por la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa. Torra desarrollará su visión este martes en una esperada conferencia pero, en la víspera, ha reiterado algunas de sus propuestas, como la posibilidad de desobedecer una sentencia condenatoria en el llamado juicio del 'procés'.

En una entrevista en TV3 el president de la Generalitat ha asegurado estar dispuesto a “ir hasta el final” si estas condenas se producen, sin descartar un escenario de vuelta a la unilateralidad, aunque siempre con la mano tendida a entenderse con Sánchez. Solo unas horas después ERC celebraba una ejecutiva en la que ponían las bases a una estrategia basada en priorizar la negociación con el nuevo Gobierno central, en busca de romper los bloques que separan a independentistas y no independentistas y, de esta forma, lanzarse a la búsqueda de nuevos adeptos a la causa soberanista.

Es patente que las cartas de navegación de ambos socios tienen diferencias notables, que ellos mismos no disimulan. Pero también ambos son conscientes de la necesidad de mantener una unidad de acción en torno a los aspectos más básicos del independentismo, como son los presos, los derechos civiles o la movilización. La vía antirrepresiva es una de las que los republicanos ven más fructíferas, como también la necesidad de ampliar la movilización, que es una de las apuestas más firmes de Torra.

Por lo que respecta al juicio, tanto el president como Oriol Junqueras están de acuerdo en que se producirá un proceso penal injusto y con una sentencia que ya escrita, por lo que hace falta responderlo políticamente y desde la calle. Ambos ven la sentencia contra los políticos análoga a la que recortó el Estatut en 2010 y que acabó haciendo coagular el independentismo. Ahora bien, ERC no ve tan fácil convertir eso en una nueva “ventana de oportunidad” para la independencia, opción que Torra sí ha comentado con diferentes colaboradores.

De hecho, Torra ha apelado este lunes a la “causa justa” como vía para conseguir la independencia, algo que, al menos a nivel teórico, supone un cambio de calado en la orientación del movimiento independentista. La teoría académica distingue tres posibles circunstancias que podrían justificar una secesión, siendo una cuestión de “causa justa” si el primer Estado está violando derechos de un grupo social. Hasta ahora esta vía venía siendo dejada en segundo plano, en favor de la vía plebiscitaria, pero Torra la acoge ahora como central en su propuesta.

Esta idea de convertir las sentencias judiciales en una causa aceptable para la independencia colisiona también con la vía plebiscitaria de ERC, que está convencida de la necesidad de ampliar la base social independentista y, de esta forma, presionar al Estado para negociar un referéndum. Pese a las discrepancias, fuentes republicanas aseguran que dan a la conferencia de Torra carácter institucional y que, lo que diga, lo dirá en calidad de president y por todo el Govern. Un peaje que el partido dice pagar en favor de la unidad y consciente de que, este otoño, las posturas entre los socios del Govern pueden seguir divergiendo.

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