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El Greco 2014: entre el negocio y la hipocresía

De izquierda a derecha: el deán de  la Catedral, Juan Sánchez; la presi - denta de la Junta de Comunidades  de Castilla-La Mancha, Mª Dolores  de Cospedal; el arzobispo de To - ledo, Braulio Rodríguez; el alcalde  de Toledo, Emiliano García Page  y el presidente de la Fundación  Greco 2014, Gregorio Marañón

Martín & Ruiz

Aprovechando tal coyuntura, resulta de justicia recordar que aquellas instituciones que despreciaron al Greco durante siglos, tachándolo de loco, extravagante, iluminado y de pintor aberrante, son las mismas que hoy ovacionan, aplauden y obtienen inmensos réditos con su marca, autoerigiéndose representantes en vida del genial pintor. Por un lado, la Santa Iglesia Católica, la misma que alegó motivos iconográficos para no abonar la cuantía previamente pactada con el artista por El Expolio; la misma que lo vilipendió por su personal concepción del catolicismo y por la ausencia de sangre en su obra, hecho no aceptado por unos católicos españoles gustosos con el sufrimiento proyectado en los martirios de Cristo y en las habituales representaciones iconográficas de los santos[1].

Por otro lado, la Monarquía Hispánica, encarnada en el famoso ‘Rey Prudente’ -adalid del catolicismo occidental-, quien igualmente descartó la opción de integrar al genio como pintor de la corte, basándose en la iconografía grequiana y en su representación del Dios como ser bondadoso y generoso, lejos de la severidad y el castigo con que sería representado en aquella época.

Así, ultrajado por las dos instituciones más importantes de su tiempo y perdiendo la totalidad del mecenazgo ‘oficial’, el cretense se vio obligado a trabajar como artista independiente en Toledo, donde sobrevivirá gracias a encargos de particulares hasta su muerte, hecho que arribó dejando una estela de olvido y mediocridad en torno al pintor, pues su obra no será puesta en valor hasta la llegada del impresionismo y de las vanguardias artísticas a finales del siglo XIX y principios del XX.

El uso de colores cálidos y fríos como método para separar planos; el característico alargamiento de las figuras; su particular y desgarrador gesto como huella antimimética inagotable y su alto nivel conceptual, son todas ellas características fagocitadas por los artistas más importantes de la pintura moderna, lo que demuestra la notable relevancia e influencia de su obra en la modernidad y el indiscutible vanguardismo del artista griego.

Ya en 1914, año del Tercer Centenario de su muerte y el primero que se celebró desde que ésta tuviera lugar, transcurridos quince años desde que Picasso -por ejemplo- mostrara su total interés por la obra de El Greco, perpetrando en 1899 largos estudios estilísticos, y casi treinta años después de que Paul Cézanne pintara su particular versión de La dama del armiño [1885-1886], su obra de nuevo fue infravalorada por la Iglesia Católica, vendiendo por cantidades irrisorias varias de sus obras y aprovechando el importante impulso de la ‘marca Greco’ entre los coleccionistas internacionales, como el caso de los dos cuadros[2] adjudicados por el Cabildo de Valladolid al mercader de antigüedades Mr. Emile Parés por 25.000 pesetas, cantidad destinada a adquirir un órgano nuevo para la Catedral de la ciudad castellano-leonesa[3].

Durante este año, del cual sobrepasamos ya el ecuador, esos mismos poderes que han maltratado durante siglos la vida y obra del genial artista, vuelven a liderar el homenaje y la celebración, en este caso, del IV Centenario de su muerte. La exposición ‘El Griego de Toledo’ ha reunido a una cantidad ingente de visitantes, la inmensa mayoría desconocedores de que, en relación a algunas de las obras que allí fueron exhibidas, no existen pruebas fehacientes de que fueran ejecutadas por el griego, como La dama del armiño[4]. Igualmente, se han silenciado algunas de las barbaridades cometidas por el equipo de restauración del Museo del Prado.

Este es el caso de El caballero de la mano en el pecho [hacia 1580], del cual se borraron con total impunidad elementos de gran relevancia como un autorretrato miniaturizado del artista localizado en una de las uñas del caballero. ¿A qué fue debido esto? Es sabido que El Greco solía ocultar simbología diversa en sus cuadros como método intransferible para certificar su autenticidad. También es sabido que un buen número de lienzos que han sido atribuidos al artista y que poseen una tasación destacable en el mercado oficial del arte, carecen de simbología alguna -como bien puede ser la característica ‘G’ o la representación oculta del murciélago, animal que el artista empleaba a modo de firma secreta[5]. Por lo tanto, ¿pudo ser esta simbología eliminada de algunos de sus lienzos más emblemáticos para que otros que carecen de ella pasaran desapercibidos y no se vieran devaluados en los circuitos comerciales?

Lo que sí ha quedado patente tras ésta última exposición y tras las múltiples fotografías oficiales urdidas en todos y cada uno de los actos programados, ha sido la hipocresía de los poderes fácticos y gubernamentales ante todo lo que El Greco significa y representa, esto es, rebeldía, genialidad, vanguardia e intelectualidad, valores todos ellos que se sitúan en las antípodas de los poseídos por aquellos que se han autoproclamado comisarios del legado creativo del artista.

Todo apunta a que la historia volverá a repetirse durante el curso venidero, cuando se celebre el centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, quien -no hemos de olvidar- fue vilipendiada y perseguida en vida por los poderes espirituales de la época. Pero donde existe rédito todo se olvida.

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1 Esto puede apreciarse en elfantástico lienzo El martirio de SanSebastián, donde las flechas no le provocan la más mínima hemorragia, comotambién ocurre en El martirio de SanMauricio, donde las cabezas son cortadas sin derramar ni una sola gota desangre. Dichas obras disgustaron profundamente tanto a las instituciones como ala opinión nacional, acostumbradas -debido al contexto histórico- a asistir anumerosos sangrientos autos de fe.

2 “Además de 'El Salvador', hasta principios del pasado siglo hubo enValladolid tres cuadros más atribuidos a El Greco. Dos se encontraban en laCatedral, 'Retrato de un caballero de la Casa Leyva' y una imagen de SanJerónimo, pero en junio de 1904, en una operación que en su día fue muycriticada por la prensa y, en especial, por la Academia de Bellas Artes de laPurísima Concepción, fueron vendidos por el Cabildo. Así, mientras 'Retrato deun caballero de la Casa Leyva' se conserva desde 1945 en el Museo de BellasArtes de Montreal (Canadá), el 'San Jerónimo' fue adquirido en 1905 por elindustrial neoyorquino y conocido coleccionista de arte Henry Clay Frick. Desdeentonces forma parte de la FrickCollection de Nueva York. La otra obra, según explica el profesor JesúsUrrea, se conservaba en el Real Colegio de San Albano de Valladolid, en elcolegio de los Ingleses, pero también a principios del pasado siglo se trasladóa Londres” [ICAL: “Las huellas de El Greco en Castilla y León”, en www.eldiadevalladolid.com/noticia/ZD74E5668-FB3B-511051282CB7D4178F66/20140101/huellas/greco/castilla/leon,enero de 2014, (online, 12/07/14)].

3 Paraampliar información, véanse BRASAS EGIDO, José Carlos, “Crónica de una pérdida irreparabledel patrimonio artístico vallisoletano. La venta de dos cuadros del Greco quepertenecieron a la Catedral y a la intervención de la Real Academia de BellasArtes de la Purísima Concepción, Boletín de la Real Academia de Bellas Artesde la Purísma Concepción (BRAC), Tomo XXVIII, 1993, pp. 119-127 y BALADRÓN, Javier: “El legado del Greco enValladolid: una venta catedralicia. La enajenación de dos cuadrosTheotokópoulos”, en http://artevalladolid.blogspot.com.es/2012_11_01_archive.html,noviembre de 2012 (online, 13/07/14).

4 An ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽gador PollokHouse dea Inquisicialamar, . A este respecto vún no han podido realizarse los análisis radiológicos y técnicos de esta obra, pues losmáximos responsable de la casa-museo PollokHouse de Glasgow, colección a la que pertenece la pintura, tienen escasointerés en llevarlos a cabo.

5 Entre laobra del Greco, es destacable la miniaturización de diversos elementoscamuflados en sus cuadros, principalmente animales como el cerdo, elmurciélago, la serpiente o el calamar -signo tradicionalmente ornamental enCreta- mediante los cuales generauna serie de jeroglíficos con los que transmitir pensamientos e inquietudes, una labor en la que el pintor fue todoun experto en la España del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición. A esterespecto, véase MELENDO, J., El misteriode El Greco y el franciscano Peretti: Papa Sixto V (1585-90), ASPACAR Asociación para la Defensa delPatrimonio de Carenas, Zaragoza, 2013.

Bibliografía

BALADRÓN, Javier: “El legado del Greco en Valladolid: una venta catedralicia. La enajenación de dos cuadros Theotokópoulos”, en http://artevalladolid.blogspot.com.es/2012_11_01_archive.html, noviembre de 2012.

BARRÉS, M., El Greco o el secreto de Toledo (y otras páginas españolas), Almuzara, 2007.

BRASAS EGIDO, José Carlos: “Crónica de una pérdida irreparable del patrimonio artístico vallisoletano. La venta de dos cuadros del Greco que pertenecieron a la Catedral y la intervención de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción”, en B.R.A.C., Tomo XXVIII, 1993, pp. 119-127.

ICAL: “Las huellas de El Greco en Castilla y León”, en www.eldiadevalladolid.com/noticia/ZD74E5668-FB3B-5110-51282CB7D4178F66/20140101/huellas/greco/castilla/leon, enero de 2014.

MARAÑÓN, G., El Greco y Toledo, Espasa-Calpe, Madrid, 1958.

MELENDO, J., El misterio de El Greco y el franciscano Peretti: Papa Sixto V (1585-90), ASPACAR Asociación para la Defensa del Patrimonio de Carenas, Zaragoza, 2013.

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