Ciudadanos y el PP compiten por ver quién salva a los niños de un adoctrinamiento lingüístico inexistente
Los temas que giran en torno a la unidad lingüística en las Corts siempre traen acalorados debates. Con la campaña electoral en Cataluña a punto de comenzar, Ciudadanos y el PP no dejan pasar la oportunidad de trasladar el debate al parlamento valenciano. Si hace unas semanas ambas formaciones reclamaban en el Congreso que la alta inspección educativa, dependiente del Gobierno central, controlara los colegios catalanes, el fantasma del “adoctrinamiento lingüístico” o “adoctrinamiento catalanista” ha llegado, una vez más, este miércoles al hemiciclo valenciano.
El PP presentó el lunes su propuesta para que un grupo específico de inspectores vigilara la labor de los docentes en los colegios. Una especie de policía del pensamiento en las escuelas que supervise todos los contenidos didácticos para “que se cumpla el Estatut de Autonomía y la Constitución”, algo de lo que ya se encarga el ministerio cada año al dar el visto bueno a los libros de texto en las escuelas.
Para el PP, adoctrinamiento es “que un profesor mande como actividad ver TV3”, que los niños “están pintando los Païssos Catalans -en un mapa de dominio lingüístico- y podrían estar pintando... no sé, ositos”, la venta de “boletos de Navidad de Escola Valenciana en horario lectivo”, que los colegios celebren la Diada o que suene una canción de Pau Alabajos en un colegio. Así lo ha expuesto Beatriz Gascó, exdirectora general de Política Lingüística, criticando que “nos quitan los belenes y nos ponen banderas catalanas”.
La diputada popular defiende que “hay que condenar y perseguir a los que se valen de su puesto para favorecer ideas y partidos” y se muestra partidaria de “señalar con el dedo a los malos profesionales”. “Ustedes señalan con el dedo y luego la extrema derecha hace el trabajo sucio”, le ha reprochado el diputado de Compromís Josep Nadal.
Antes de la intervención de Compromís, Ciudadanos ha presentado dos enmiendas a la propuesta del PP para que las denuncias se puedan realizar de forma anónima y ha peleado con el partido a su derecha -en el hemiciclo- por ver quién perseguía con mayor intensidad el adoctrinamiento inexistente. Mercedes Ventura ha sido la diputada encargada de explicar la posición de Cs, que defiende “unas aulas libres de ideología política”. “Los Païssos Catalans no existen, es una falacia y el Gobierno de Ximo Puig lo ha llevado a los colegios” ha criticado la parlamentaria. A ello, el PP ha respondido con las repetidas denuncias que ha señalado en Corts, de las que culpan al conseller Vicent Marzá.
Sobre esta disputa ha ironizado el diputado de Podemos César Jiménez sobre la disputa entre PP y Cs para ver quién es “más desadoctrinador” y ha recordado que ya hay un cuerpo de inspectores autonómicos. Así, ha criticado la utilización política de los alumnos y ha señalado que los docentes no tienen por qué “soportar su intransigencia y censura”, que “solo busca impulsar su proyecto intolerante y oscuro de país”.
El diputado de Compromís Josep Nadal ha comparado las propuestas de PP y Ciudadanos con unas medidas propias de la Inquisición. “Es una propuesta inquisitorial contra la libertad de cátedra. Los Torquemada del siglo XXI no pueden tolerar que en nuestras aulas se hable con libertad”, ha reprochado a ambas formaciones, tras preguntarles si los crucifijos o dar clases de religión no es adoctrinamiento. Junto a los socialistas y los parlamentarios de la formación morada, ha criticado la deriva centralista de ambos partidos, que “quieren que vengan los señores de Madrid a visitar los colegios”.
La socialista Ana Besalduch ha confesado asistir “aterrada” a este debate que plantea a la Inspección como “policía interna del sistema educativo” y que ha calificado de “irresponsable”, generando “una alarma social que no hay”. “No están defendiendo a ningún niño, están intentando aplicar la censura de tiempos pasados”.