La jueza de la dana asegura que, poco antes de la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi), ya se habían producido fallecimientos por el desbordamiento de “barrancos tributarios al Poyo”, en referencia al de Gallego y Horteta. Se trata de dos barrancos que quedan fuera del 'radar' del sensor del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), al estar situados aguas abajo del punto de control que mantiene el organismo en Riba-roja.
La magistrada, en un auto dictado este martes que rechaza una diligencia sobre la CHJ propuesta por una acusación particular, concluye que “no consta” que se vigilara esos barrancos, cuyo desbordamiento se produjo antes que el del Poyo, a pesar de que aproximadamente entre las 16.45 y las 17.30 ya se produjeron fallecimientos por el “arrastre del agua”, según ha podido acreditar la instructora a partir de las declaraciones de familiares de víctimas.
Antes del Cecopi, por tanto, ya se habrían producido muertes en Godelleta, Turís o Torrent, según afirma la magistrada. La tesis “coincide” con las conclusiones del estudio publicado en la revista Investigaciones Geográficas, de la Universidad de Alicante, sobre la cronología de los volúmenes de precipitación en las subcuencas de la rambla del Poyo, elaborado por cinco especialistas en la materia.
El artículo académico, que consta en el procedimiento, “hace constar que la aportación del agua no aforada es importante, en especial, en la segunda fase de riada de la rambla de Poyo, la más crítica”. “Los volúmenes aportados por la parte no aforada de la rambla en esta segunda fase son equivalentes en magnitud a los aportados por las subcuencas de aguas arriba del único aforo existente”, agrega el auto.
El auto plantea que la “hipótesis más probable”, según concluye el informe, es que la escorrentía que llegó primero a l’Horta Sud fue la generada en la subcuenca del barranco de l’Horteta, con la aportación de Gallego y de la parte baja de la cuenca de Poyo.