Oltra ve partidismo en el cupo a Euskadi y denuncia que “quiebra la igualdad” entre comunidades

EUROPA PRESS

Valencia —

La vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, ha denunciado “partidismo” en el acuerdo alcanzado entre el Gobierno central y el vasco para el Cupo de Euskadi y ha señalado que es “una irresponsabilidad muy grande” que “quiebra la igualdad”. Además ha relacionado la “borrachera” de gasto público que criticó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, con la relación entre el almacén de gas Castor de Castellón y los terremotos en la provincia: “A lo mejor la borrachera del gasto era Castor”, ha aseverado.

En declaraciones a los medios de comunicación este jueves, Oltra -jefa del Consell en funciones mientras Ximo Puig está de viaje institucional en Finlandia- ha comentado así la postura de la secretaria autonómica de Hacienda, Clara Ferrando, favorable a abrir un debate sobre el Contingente Vasco tras el pacto por el que el Ejecutivo devolverá al País Vasco 1.400 millones de euros por las competencias transferidas desde 2010.

Para la vicepresidenta, “la financiación de las comunidades autónomas no puede ser una cuestión que se decida en función del partidismo o la necesidad de aprobar un presupuesto”, sino por “los derechos y la igualdad de todos los ciudadanos”, en referencia al apoyo del PNV que precisa el Ejecutivo de Mariano Rajoy para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2017.

Por tanto, se ha preguntado si “al final, esto funciona de manera que el PP no tiene mayoría suficiente en el Congreso para aprobar el presupuesto e inyecta dinero en una comunidad en detrimento del resto y por encima de sus posibilidades”, todo para que “un determinado partido le vote”. “¿Cómo garantizamos la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos cuando aquí la cuestión de la financiación se decide al salto de mata?”, ha subrayado.

Oltra también ha lamentado “¿por qué un niño que nace en el País Vasco tiene más oportunidades que uno que nace en la Comunidad Valenciana o en otra parte de España?”. Se trata de, a su juicio, “una irresponsabilidad muy grande” que “quiebra la igualdad” y “rompe” la relación entre comunidades autónomas.

Como ejemplo, ha indicado que “con el dinero por habitante que tiene el País Vasco, esta Comunidad tendría 10.000 millones más en el presupuesto”. “Aquí podríamos construir la Suecia del Mediterráneo”, ha asegurado, para recalcar que no está en contra de que el dinero vaya a Euskadi y que lo que defiende es un sistema igualitario “independientemente de donde viva cada persona”.

Además, Oltra ha recordado que “Montoro tiene en el cajón y caducado desde 2014” el sistema de financiación de las comunidades sin cupo. “Mientras, a las comunidades no nos llega la camisa al cuello y al País Vaco le llega una inversión de 1.700 millones. ¿Por qué al PNV sí y a la Comunidad Valenciana no?”.

“¿Cómo se toman las decisiones en un Estado en el que Rajoy utiliza arbitrariamente los recursos de todos para favorecer a unos y otros en función de sus intereses de partido, que es aprobar el presupuesto?”, ha cuestionado Oltra.

“Dinero enterrado en el mar” por Castor

Por otro lado, preguntada por la resolución del Gobierno de no reabrir Castor por el “riesgo elevado” de nuevos movimientos sísmicos -tras el estudio encargado al Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) y a la Universidad de Harvard, que advierte de terremotos “incluso mayores” si la planta reanuda su actividad-, Mónica Oltra ha denunciado que éste “es otro de los empastres del Gobierno y del PP”

“No sé si ayer Montoro, cuando hablaba de 'borrachera' de gasto, se refería a Castor”, ha esbozado, para advertir que “a lo mejor la 'borrachera' del gasto era Castor, que nos ha costado 1.700 millones en la indemnización que en su día se le pagó a la empresa de Florentino Pérez”.

De hecho, la vicepresidenta cree que “la borrachera son los 17 millones que ahora nos va a costar mantener esa bomba submarina de gas”. “Esto sí que es un gasto inútil, un despilfarro que, desde luego, a la empresa de Florentino Pérez le ha venido muy bien. Es el dinero tirado o, mejor dicho, enterrado debajo del mar, con el peligro que conlleva”. En definitiva, “una bomba de relojería”.