Prensa y empresa en el laberinto
“Homes vinguts dels segles i la terra
al·lucinats fantasmes erem tots
covardament arraulits sota els marges
fugint lleugers de la dolçor marcida
del tebi tast de pols de la derrota“
Jaume Pérez-Montaner. l’Alfàç del Pi, 1980
Verdades y silencios sobrevuelan. La Comunidad Valenciana es la autonomía más endeudada con respecto al PIB: 47’8% y no es la que mayor asignación recibe de los fondos europeos de recuperación asignados: 1.038 millones de euros, detrás de Andalucía (1.887), Catalunya ( 1.538) y Madrid (1.180). Asoma la ventaja política para el Gobierno de Sánchez al mantener a una Comunidad, con cinco millones de habitantes, al borde de la quiebra permanente. Hasta aquí la verdad. Las retiradas y los silencios comienzan con la baja de Compromís del ex líder y fundador del Bloc, Pere Mayor. La ausencia en escena del candidato y esperanza valencianista en el Congreso de los Diputados, Joan Baldoví. La permanencia entre bambalinas de Águeda Micó y Enric Morera, responsables de Més Compromís. La tendencia de Mónica Oltra a la política estatal con Yolanda Díaz. La parálisis de fuera de juego afásica registrada en el Consell de la Generalitat–Ximo Puig y Vicent Soler–, ante la propuesta de Sánchez para solucionar la financiación que permita levantar cabeza a la Generalitat. Criterio a largo plazo y con demasiadas variables que perjudica a los valencianos. Después de seis años y varias manifestaciones menguantes. Ni en los despachos ni en la calle se gana la batalla. No pasa de contienda de soldaditos de plomo y propuestas de juguete.
Tiempo de esperanza
¿Qué sucede cuando partidos y políticos, gobierno y oposición, no dan la talla y son incapaces de revertir la asfixiante agonía económica de una zona de vida en común? ¿Quién se cargó el Impiva, vital para la industria del País Valenciano? ¿Quién acabó con el Institut Valencià de la Exportació? ¿Quién liquidó las Cambres de Comerç de la Comunitat Valenciana como entes intermedios de la sociedad y sus cometidos institucionales? ¿Quién abandonó las instituciones feriales? ¿Quién incitó, quién guardó silencio y quién colaboró? Estos días se han celebrado dos aniversarios : los 40 años de los premios Llibertat d’Expressió de la Unió de Periodistes y del encuentro (1981) de intelectuales en Sitges propiciado por la Generalitat de Catalunya. La presidía Jordi Pujol. Los asistentes fueron 16 por parte castellana y 47 por el flanco la catalán. Para fraguar el entendimiento en las ideas. Otro tiempo prometedor para el diálogo.Entre ellos tres valencianos: José Antonio Maravall, historiador reconocido de Xàtiva, en las filas de las letras castellanas y Joan Fuster (Sueca) acompañado del periodista y político castellonense, Vicent Ventura. De quien Fuster decía que tenía vocación de “abad”, por su capacidad de convocatoria e iniciativa.
Periodistas unidos
Ventura estuvo también presente y fue decisivo en la fundación de la Unió de Periodistes del País Valencià, a partir de diciembre de 1979 y bastante antes. Hace cuarenta y siete años, el 3 y 4 de noviembre de 1974, tuvo lugar el primer Congreso de la Comunicación, en la Feria de Barcelona. Cuyas instalaciones permanecieron varios días rodeadas por la policía -los grises- del régimen franquista. Vicent Ventura, en una reunión informal, a puerta cerrada, en una cafetería de la calle Navarro Reverter, nos convenció a Marisa Ortega y a mí, para representar al periodismo valenciano en el encuentro de Barcelona. Así se gestó la Unió de Periodistes. Los asistentes al congreso, en su mayoría periodistas de talante democrático– Antonio Alvarez Solís, Andreu Claret, José María Huertas Clavería, Ramón Cunill, Ana Senent– e intelectuales de reconocido prestigio como J.L.López Aranguren o el valenciano José Vidal Beneyto.
Fin de un cisma
No confundir con la Unió de Periodistes Valencians, la del logotipo acostado que nació en 1997, de la fusión de los restos– que dejaron los últimos presidentes- de la Asociación de la Prensa Valenciana (Ateneo de Periodistas) y la Unió de Periodistes. Esta última impuso su marca unitaria, para ser valenciana y conseguir la integración en la Federación Española de Asociaciones de la Prensa. Este acuerdo tuvo dos protagonistas y un espectador: Ximo Ferrandis, presidente de la Unió -que lo continuó siendo– y Ramón Ferrando Corell, presidente ( hoy fallecido) del Ateneo. El mediador fue el firmante de este artículo y asociado número 11, que contribuyó a la entente- Fin del cisma en el periodismo valenciano. Así se cerró la obsesión corporativa por el control de la profesión periodística, impuesto por la dictadura franquista, bajo la presidencia casi omnipresente de José Barberá Armelles, director-comisario político, a la vez del diario vespertino “Jornada” y del periódico semanal monopolístico la “Hoja del Lunes” que editaba la Asociación de la Prensa.
Misión de la prensa
El papel de los medios informativos se ajusta a la sociedad en la que desarrollan su trabajo. No es lo mismo ser periodista en Madrid o en Barcelona que en València. Ni se tienen las mismas oportunidades y expectativas. Sin prensa libre y sin libertad de expresión la democracia no es posible. El profesional del periodismo para desarrollar su labor en libertad necesita un trabajo estable bien remunerado. Distante de los tópicos, el informador incontrolado es considerado por los políticos gobernantes más peligroso que los partidos de la oposición. Los periodistas no pueden permanecer impasibles ante los grandes temas que afectan a la sociedad. Ni actuar como rebaño dócil. Tanto en su vertiente política, como cultural y económica. La información y la opinión política se consideran perniciosas e inspiran temor para la trayectoria profesional del informador, del columnista y del editor de prensa. El mundo de la empresa toma conciencia de su debilidad ante los medios de comunicación y decide intervenir. En los consejos de administración, en los puestos directivos y en la propiedad de las publicaciones periódicas con influencia. La línea directa y ecuánime entre periodista-medio informativo- estado de opinión y audiencias, proporciona la razón de ser de un medio de comunicación. El mundo de los negocios siente la tentación de controlar los medios de comunicación. Mediante la propiedad por la vía directa. El lenguaje que mejor entienden los empresarios: pago y mando. O indirectamente a través de la publicidad o los mecenazgos. Estas reglas del juego informativo y periodístico, plantea el dilema entre la verdad para el interés general de la mayoría y la defensa a ultranza, por un procedimiento, más o menos burdo, que ejercen los grupos de presión empresarial, financiero y político.
Éxito
Los grandes temas pendientes para el País Valenciano, de los que depende su porvenir, requieren ser abordados con urgencia. Si no se enfocan con rapidez, el atraso que experimenta el territorio autonómico valenciano podría convertirse en crónico e impedirle ser competitivo. Los empresarios, de limitada visión global, tienden a considerar casi en exclusiva que su “éxito” se circunscribe a lo productivo. En crecimiento y en ganar dinero. De ellos sobresale el debate de la filosofía del absurdo de Sísifo, por la financiación justa e impostergable. Cuando el desenlace parece cerca, vuelve a empezar. Entre las prioridades valencianas el rearme industrial supone un desafío crucial. Las crisis recientes han acelerado el desmantelamiento del concierto industrial doméstico y regional en las áreas complementarias de la Comunidad Valenciana. Sin base y desarrollo industrial el país está muerto.
Promoción industrial
El Instituto de la pequeña y mediana industria valenciana (Impiva) sucumbió. Entre la corrupción la creación de una palanca empresarial que primara al mejor. ¿Quién traicionó el crecimiento industrial valenciano? Se abandonó el concepto del Parque Tecnológico del País Valenciano de Paterna, para acabar en la configuración de un polígono empresarial heterogéneo y alejado de los criterios fundacionales. Se desvirtuó un proyecto estrella. ¿Quién ganó? La configuración de los polígonos industriales de municipios y conurbaciones han quedado a merced de la orientación de cada entidad local. Cuando se muestra eficiente la visión comarcal o de país, lastrada por la división provincial. La proliferación de actividades industriales afines encuadradas en clusters sectoriales, que en su día fue prometedora, ha acabado desarbolada por la crisis que se desató a partir de 2008. El inicio de su decadencia es anterior. El desarrollo de un territorio ha de ser armónico y la atención a la reindustrialización no puede dejar de lado a otros sectores que funcionan y están arraigados en la urdimbre productiva. Alarma el abandono de la modernización y la innovación en la agricultura valenciana. Sus competidores avanzan. Desde la optimización de las plantaciones y explotaciones, hasta la adaptación a las nuevas técnicas que reclaman los mercados. Carece de sentido volcar la atención de los políticos en las multinacionales. Carecen de corazón y el día que les convenga se marcharán. Una parte del sector servicios, de la oferta turística acaba anulando las posibilidades de otros muchos sectores industriales que en su día funcionaron, decayeron y ahora siguen aportando riqueza en zonas determinadas: Vinalopó, Villena, Elda, Elx, Gata, Pedreguer, Villajoyosa, Novelda, la Safor, ladrillos y azulejos de Villarreal, Onda, Nules o la Vall d’Uixó. Desastre absoluto de la actividad ferial -exposición, encuentro, novedades, promoción, potenciación– con las adaptaciones precisas en una concepción de las convocatorias feriales que hagan imprescindible la participación conjunta en actuaciones vinculadas a las muestras monográficas. Al margen del efecto multiplicador de riqueza que tuvieron en su día los certámenes en un conjunto de actividades complementarias y en la imagen de las ciudades, las zonas y el potencial del conjunto del territorio. La parálisis conceptual, existencial y organizativa de las ferias de muestras– valenciana y alicantina- es oportunidad perdida para la economía valenciana, para los sectores y para el conjunto de las instalaciones que, con un potencial prometedor, en su día, se han quedado a la cola de la oferta ferial española y europea.
Plan País
La economía valenciana desde mediados del siglo XX consolidó la especialización de la prensa sectorial y económica como instrumento idóneo para incrementar la interrelación y la información entre oferta y demanda, acompañadas de actividades complementarias. El abandono de los medios de comunicación para generar información económica original, propia y de valor añadido, constituye un hándicap para los sectores productivos industriales, comerciales y de servicios. Los tiempos cambian y con esa evolución hay que adaptarse a los nuevos procedimientos, métodos, exigencias y utilidades de los clientes. La innovación y la implantación de las nuevas tecnologías constituyen un reto. Cuya variación está en el cómo y en el cuándo. Es un grave error dejar a los sectores sin una política económica conjunta para todo el País Valenciano– Plan País-.. Y con ella proyectos sectoriales, comarcales, especializados, avanzados, municipales y polifacéticos. El empresario requiere asesoramiento, orientación y directrices para solventar su visión parcial a corto plazo. Mientras cada cuál piense sólo en sus plantaciones, en su naranja, en sus zapatos, en su arroz, en sus ladrillos, en su transporte, en su turismo, en su construcción de viviendas o en su distribución comercial, sin una visión conjunta, a medio y largo plazo, la economía no despegará. Se hundirá más y más en sus incertidumbres y en su desconcierto ante un mundo competitivo.
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