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Las 9 normas para dejar la casa lista al irnos de vacaciones

Imagen: Merec0

Jordi Sabaté

En la canícula de agosto las ciudades continúan vaciándose porque nos vamos en masa de vacaciones. Al menos por unos días, nos trasladarnos a otro sitio donde nos acoja la tranquilidad y a poder ser el fresco, aunque nos basta simplemente con desconectar mentalmente de la vida del resto de año. Ahora bien, no podemos irnos por las buenas, dando un portazo y cerrando con doble vuelta para después alejarnos sin más.

Si lo hacemos, luego no deberíamos quejarnos si al volver la cocina rebosa de hormigas o cucarachas, o bien si encontramos el piso encharcado y a los vecinos con una queja por humedades. O si en la nevera ha aparecido una amplia gama de nuevos hongos y gérmenes sobre restos de alimentos olvidados.

Al elenco de riesgos se suma el de encontrar todas las plantas de interior en formato cadáver, o lo peor: la puerta de entrada abierta de par en par y la casa patas arriba a causa de los amigos de lo ajeno. Para evitar este abanico de desgracias y fuentes de disgustos, lo mejor es seguir las siguientes nueve normas para dejar la casa lista al irnos de vacaciones.

1. Vaciaremos y limpiaremos el frigorífico

Deberemos vaciar y limpiar bien la nevera con vinagre antes de marcharnos. El objetivo es que a la vuelta no haya restos de comida podrida y repleta de moho. Con ello, además, evitaremos que se generen manchas y malos olores. Para ello utilizaremos vinagre diluido en agua y un paño seco para evitar que luego el olor a vinagre sea demasiado intenso. Si el frigorífico es moderno, con separación tipo “combi” de congelador y nevera, dejaremos esta última en 'modo vacaciones'.

2. Bajaremos las persianas, aunque no del todo

Las persianas totalmente bajadas son un reclamo muy claro para los cacos de que los habitantes están fuera de vacaciones. Si los ladrones ven que pasan los días y la casa sigue cerrada, sabrán que no estamos y tendrán menos remilgos a la hora de intentar forzar la morada. Lo mejor es dejar las persianas bajadas a medias, como si estuviéramos dentro pero no quisiéramos que entrase el calor. Esto puede hacerles dudar y disuadirles.

3. Pondremos las plantas cerca de las persianas

Si tenemos plantas de interior y se van a quedar dentro de la casa, las colocaremos todas cerca de las persianas para que les entre algo de luz durante el día. Por otro lado, colocaremos los tiestos dentro de un barreño o capazo de plástico de los que se pueden conseguir en cualquier ferretería o bazar, y los dejaremos llenos de agua como mínimo hasta la mitad.

Así se mantendrá la tierra húmeda al menos por unas semanas. Si alargamos todo el mes no tenemos garantías de no encontrarlas secas de todos modos, por lo que si hay vecinos que se queden en agosto en la ciudad, les pediremos el favor de que las acojan y nos las cuiden.

4. Apagaremos todos los 'stand by'

Teles, router, ordenadores y todo tipo de aparatos que suelen permanecer todo el día encendidos o en 'stand by' con el fin de poder ser manejados por un mando a distancia, serán desconectados con el fin de ahorrar una cuota de energía que de otro modo gastaríamos tontamente. Se calcula que este ahorro puede alcanzar el 15% del consumo en un mes.

5. Desprogramaremos los mandos

Si hay algún termostato activado o un mando para encender la bomba de aire acondicionado a determinadas horas, no debemos olvidar desprogramarlos a la partida o cada día se encenderán haciendo un gasto absurdo y quizás importante.

6. Cubriremos de repelente las grietas recurrentes

Por ellas nos suelen visitar hormigas y cucarachas. Suelen ser pequeños agujeros en la borada en las esquinas, en los azulejos y en los rodapiés a la altura del suelo, especialmente en el baño o la cocina, donde se sitúan los aparatos que dan calor Podemos echar en estas zonas jabón de lavar platos o bien zumo de limón o vinagre, ya que actúan como repelente de las hormigas. De este modo contrarrestaremos la atracción que puede ejercer sobre estos insectos posibles restos de comida que hayan quedado debajo del fregadero o en un plato de comida del perro, etc.

7. Cerraremos la llave de paso del agua

Lo haremos por precaución ante los escapes, los calentadores que se estropean, etc., pues un escape en vacaciones puede generar muchos conflictos en la escalera. La excepción es si usamos sistemas de riego por goteo en la terraza.

8. Activaremos los temporizadores

En cualquier ferretería nos venden estos aparatos que se colocan entre el enchufe de las lámparas y electrodomésticos y la toma de corriente. Su cometido es regular su encendido y apagado en días y horas predeterminadas por nosotros. Los usaremos para encender varias lámparas y la radio, por ejemplo, cada día durante unas horas, de modo que dé la sensación de que la casa tiene gente dentro y evite así la visita de los allanadores.

9. Aseguraremos el cierre de puertas y ventanas

Una simple y pequeña ventana del baño que se queda mal cerrada es el espacio perfecto para que los ladrones consigan meterse hasta la cocina. Por lo tanto nunca serán bastantes las rondas de reconocimiento para cerciorarnos de que dejamos perfectamente cerradas y atrancadas hasta la última puerta y ventana. Esto es especialmente así si tenemos patios interiores, que proporcionan a los cacos una discreción envidiable para sus actividades.

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