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Dieta blanda más allá del pollo con arroz: cinco ideas para comer menos aburrido si tu estómago está delicado

Elena Segura

24 de septiembre de 2025 12:35 h

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Todos hemos pasado en más de una ocasión por alguna de estas situaciones: una intoxicación alimentaria, un proceso vírico que nos ataca directamente al estómago, una gastroenteritis, un postoperatorio o algún otro episodio que afecte a nuestro sistema digestivo. Más allá de los remedios naturales o medicamentos que hayan podido recomendarnos o recetarnos para aliviar las molestias, suelen ir acompañados de unos días de dieta blanda para darle un descanso al estómago y ayudarnos a reponernos más rápidamente. Sin embargo, la dieta blanda no tiene por qué ser un suplicio: hay vida más allá del arroz o el pollo.

A pesar de llamarse “blanda” no tiene por qué estar compuesta por alimentos “blandos” a la masticación. La clave es que se escojan alimentos que sean fáciles de digerir, ya que no se suele prescribir más allá de unos días y no está pensada para mantenerla a largo plazo. En este tipo de planes nutricionales evitaremos los alimentos crudos, los más grasos, así como los picantes, los muy saciantes o que incluyan excitantes. Se trata de comer lo más limpio posible, para evitar la generación de residuos. Es una dieta, además, bastante astringente, con poca fibra, por el mismo motivo.

Los menús serán más o menos estrictos en función del grado de afectación, en casos graves se recomienda además complementar la alimentación sólida con una buena hidratación a base bien de suero de farmacia, bien a base de alguna limonada casera alcalina hecha con zumo de limón, agua, bicarbonato y azúcar.

¿Qué alimentos están permitidos en una dieta blanda?

En una dieta blanda hay bastantes alimentos que se pueden consumir y que podemos combinar de distintas maneras para afrontar mejor las comidas de los días que tengamos que seguirla. Estos son los alimentos que sí podemos incluir:

  • Cereales: además del arroz, que es el más popular, se pueden tomar trigo, mijo, cuscús o maíz, pero nunca en su versión integral que incluye más fibra. También podemos consumir pan blanco, mejor ya tostado en forma de biscotes.
  • Carnes magras: básicamente, pollo y pavo. Mejor hervidas, aunque también se pueden consumir a la plancha o al horno con poca grasa y sin piel.
  • Pescado blanco: como la pescadilla, la merluza, el lenguado, el gallo o el rape. En cuando a la forma de cocinarlo, siempre al vapor, cocido, a la plancha, al horno o en papillote.
  • Caldos caseros: Hay que evitar echarles sal o hacerlo solo en pequeñas cantidades, con verduras y pescado blanco o carne de ave.
  • Verduras cocidas o en crema: las que mejor sientan son la zanahoria, la calabaza, la patata o el calabacín.
  • Huevos: siempre en forma de huevo cocido o en tortilla francesa. Primero hay que introducir la clara, y si no sienta mal, la yema.
  • Yogures naturales y lácteos si son ligeros: hay casos en los que habrá que retirarlos del todo, pero si no sienta mal, consumir yogur puede ser beneficioso por sus fermentos lácticos. En ese caso, se pueden intentar introducir también algunos quesos ligeros como el cottage, el queso fresco, el batido o el requesón, bajos en sal y grasas.
  • Frutas cocidas o asadas: principalmente manzanas y peras, también el plátano puede sentar bien pero en crudo, y el membrillo cocido o asado.
  • Legumbres: las lentejas y los guisantes son la mejor opción, tanto en guiso como trituradas.
  • Tofu y seitán: mejor introducirlos en sus versiones más naturales y sin aderezos.
  • Bebidas vegetales: se puede empezar por introducir la de almendras o arroz, siempre sin azúcar.

Caldo casero de pollo o pescado

Los caldos caseros son alimento y medicina. Valen para cualquier dolencia. Son fáciles de consumir y de digerir. Nutritivos y muy ligeros. En el caso que nos ocupa, tendremos que hacerlo bien de pollo, bien de pescado blanco, podemos añadir carcasas y espinas, con algunas verduras como zanahoria, calabaza, patata y cebolla si se tolera bien. Se puede aromatizar con perejil y laurel. Y, recuerda, mejor sin sal o con muy poca.

En el caso del caldo de pollo, habrá que quitarle la piel. Y evitar dejar la grasa que va soltando la carne cuando se cocina. Para ello, podemos esperar a que el caldo enfríe y retirar la capa superficial de grasa. Podemos consumirlos con fideos.

Crema de calabacín

Este plato, apto para una dieta blanda, es muy nutritivo, reconfortante y delicioso. Se hace muy rápido, en unos 30 minutos, y necesitas muy pocos ingredientes: calabacín, cebolla y patata, y si quieres puedes añadirle un poco de puerro. Solo tienes que pelar, limpiar y trocear las verduras. Luego se echa todo en una cazuela con agua o caldo vegetal casero si tienes y se deja cocer durante unos 20 minutos o hasta que las verduras estén blandas. Luego trituramos todo hasta conseguir la textura deseada, y listo.

Revuelto de tofu

Este plato fuera de la dieta blanda queda espectacular con las verduras cortadas muy pequeñitas pochadas a fuego lento con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y aderezadas con tomate concentrado y especias. Pero en esta ocasión, lo que haremos será cocinarlo con zanahoria y calabacín previamente cocidos y cortados en cubitos. Utilizaremos tofu al natural, bien escurrido y lo desmenuzaremos. Lo unimos todo en una sartén con un poco de aceite de oliva, para hacerlo a la plancha e integrarlo todo bien.

Pescado hervido con verduras y boniato

Unos lomos de merluza fresca hervidos no tienen por qué ser sinónimo de comida de hospital. Con un poco de mimo, pueden quedar muy ricos y además son una comida que siempre sienta bien. Un truco es cocer las piezas de merluza a fuego muy lento para evitar que se desmenuce y queden firmes. Podemos acompañarlas de una guarnición de patatas, zanahorias y guisantes cocidos, o bien preparar unos boniatos al horno

Compota de manzana y pera

Para el postre, podemos preparar una compota de manzana y pera hervidas sin azúcar. Es una preparación muy saludable y digestiva, que podemos acompañar de un yogur natural. Con moderación, podríamos incluso añadir melocotón cocido en la compota.