Cómo limpiar la casa durante el confinamiento sin sufrir accidentes

Dominio Público

Marta Chavarrías

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La supervivencia de los coronavirus humanos en las superficies es muy variable, puede ir de las dos horas a los nueve días, dependiendo de aspectos como el material, la temperatura o la humedad. Por este motivo, es muy importante que se incremente la limpieza y la desinfección en las casas, sobre todo de ciertas zonas y objetos que están más en contacto directo con nuestras manos. Sin embargo, el mal uso y las mezclas inadecuadas de los distintos desinfectantes pueden provocar intoxicaciones.

Según informa el Servicio de Información Toxicológica (SIT), del Instituto Nacional de Toxicología español y Ciencias Forenses, a lo largo del mes de marzo y las dos primeras semanas de abril se ha detectado un aumento en la incidencia de consultas telefónicas (casi 2.000 llamadas) por intoxicaciones relacionadas con la mezcla de varios productos de limpieza en los hogares a raíz de la pandemia provocada por Covid-19. Esto supone un incremento de más de 1.600 llamadas con respecto al mismo periodo del año 2019.

Mezclas peligrosas

En concreto, el 55,6% de las consultas realizadas por intoxicaciones corresponden al uso de lejías y otros desinfectantes de superficies. En el 26,1% de los casos se ha mezclado la lejía con productos como el amoníaco, el salfumán, el vinagre, el alcohol, anticalcáreos, limpiahogares y detergentes para lavavajillas. De todas ellas, la combinación lejía-amoníaco es una de las más utilizadas en el ámbito doméstico estos días.

Debe tenerse en cuenta que estos dos productos juntos provocan una reacción química que genera un gas llamado Cloramina (NH2Cl), altamente tóxico que, cuando entra en contacto con las mucosas, se descompone y produce ácido clorhídrico que es tóxico y muy corrosivo. Además, la mezcla de productos como los citados para eliminar el SARS-CoV-2 puede provocar cuadros toxicológicos a nivel respiratorio (rinitis, irritación faríngea o laríngea, tos, etc.) o daños en la piel como irritación, picor o inflamación.

Jabón y agua, la primera línea de defensa

La limpieza con agua y jabón elimina gérmenes, suciedad e impurezas. Debe realizarse cada día en las zonas donde se produce mayor contacto y en las superficies que están muy sucias. Este paso es importante llevarlo a cabo antes de desinfectar en zonas específicas de más riesgo porque, de lo contrario, la desinfección no será efectiva ya que la suciedad puede interferir con los desinfectantes y minimizar su eficacia. El jabón interfiere con las grasas del virus.

  • Empezar por las zonas menos sucias y continuar hacia las más sucias, y de las zonas más altas a las más bajas.
  • Usar guantes y ropa destinada a la limpieza. Para la desinfección debe usarse un paño distinto.
  • Lavar bien bayetas, estropajos, fregona y guantes y dejarlos secar cuando hayamos acabado.
  • Lavarnos bien las manos con agua y jabón al terminar.

Zonas con más riesgo

No todas las habitaciones de la casa ni las superficies son iguales ni requieren las mismas atenciones higiénicas. Tal como recuerda Sanidad, debe prestarse especial atención a:

  • Baño: es importante prestar atención al inodoro, los grifos, las manecillas de los armarios, etc.
  • Cocina: las partes que más atención requieren en esta habitación son la encimera, los cajones, los grifos, los pomos de electrodomésticos, de la nevera y de los armarios, etc.
  • Superficies como pomos y manecillas de las puertas, armarios, ventanas, cajones; barandillas, pasamanos, interruptores, botones, teléfono, mandos a distancia, superficies de mesas, sillas, luces de mesa, butacas, despertador; botones de ascensor, etc.

Desinfectantes más eficaces

La desinfección, es decir, el uso de productos químicos para matar los gérmenes de las superficies, reduce aún más el riesgo de propagación de la infección. Ya hemos visto que el uso de productos de limpieza como lejía o amoníaco para desinfectar la casa durante estos días puede provocar intoxicacioneslejía o amoníaco si no se hace de manera correcta. Para la desinfección, puede usarse lejía pero también otros productos con actividad virucida. El Ministerio de Sanidad ha publicado una lista con todos los productos virucidas autorizados en España.

Si se usa lejía, debe diluirse 20 ml de lejía con 980 ml de agua (para obtener un litro); o 10 ml de lejía y 490 ml de agua (para obtener medio litro). Debe prepararse el mismo día en que se va a utilizar. Tiene que dejar que actúe durante unos cinco minutos para asegurar una desinfección eficaz y aclarar después. No es necesario mezclar la lejía con otros desinfectantes para conseguir mejores resultados porque ya es efectiva por sí sola; tiene capacidad para oxidar y degradar las proteínas y el material genético del virus.

También puede usarse alcohol etílico (etanol), entre el 60-70%, que se puede obtener directamente o a partir del alcohol etílico habitual, que es del 96%, mezclando 70 ml de alcohol con 30 ml de agua (así se obtiene una mezcla del 69%). O también mezclando cinco partes de alcohol etílico de 96º con dos partes de agua (se obtiene un alcohol del 70,6%). Un estudio indica que el etanol mata los coronavirus en tan solo 30 segundos, destruyendo la proteína y el ARN del que está compuesto el virus. Puede humedecerse un paño limpio con un poco de alcohol etílico y frotarlo sobre la superficie.

Otro producto que está autorizado es el peróxido de hidrógeno al 0,5%, que se puede obtener diluyendo agua oxigenada (del 3% de peróxido de hidrógeno) con agua. La mezcla debe ser de una parte de agua oxigenada con cinco partes de agua. Esta solución funciona de manera similar a los blanqueadores de cloro, reaccionando y destruyendo las proteínas virales y el material genético.

También se debe dejar actuar al menos cinco minutos para que sea efectivo. Un estudio reciente demuestra que la solución de peróxido al 0,5% es efectiva contra los coronavirus en las superficies. No debe mezclarse con otros limpiadores, sobre todo los que contienen vinagre porque la combinación de ambos produce ácido peracético corrosivo.

Pasos para desinfectar sin accidentes

  • Leer la etiqueta y seguir las instrucciones de uso.
  • Disponer, si es necesario, de equipo adecuado como gafas o guantes.
  • Respetar las dosis indicadas: el hecho de usar más cantidad no es sinónimo de mayor efectividad, pero sí de mayor riesgo.
  • Aplicar cada producto en las zonas y de la manera que indica la etiqueta.
  • NO MEZCLAR ni usar a la vez distintos productos porque pueden liberarse gases tóxicos y generar reacciones químicas peligrosas. NO MEZCLAR lejía con salfumán ni amoníaco ni ningún otro producto.
  • No tirar por el inodoro.
  • Guardar bien en un lugar fuera del alcance de los niños.

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