Nuevos estudios apuntalan la relación entre la falta de vitamina B12 y la depresión

Alimentos que contienen vitamina B12.

Cristian Vázquez

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Se conoce desde hace tiempo que existe una relación entre los niveles bajos de vitamina B12 y la depresión. En los últimos años, diversos estudios han tratado de echar más luz sobre esta cuestión, en especial para saber si es posible prevenir o curar la depresión con suplementos de esa vitamina.

Un hallazgo como ese sería, sin dudas, de enorme importancia. La depresión –de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS)– afecta al 5% de la población adulta en todo el mundo; cifra que asciende al 5,7% en el caso de los adultos mayores.

Por otra parte, las deficiencias de vitamina B12 a menudo se deben a una mala absorción de ese elemento. Y en muchos casos eso es consecuencia de problemas como las gastritis crónicas y atróficas, cuya prevalencia aumenta con la edad y se estima que afectan a dos de cada cinco adultos mayores.

En esa línea, científicos irlandeses se propusieron analizar esa relación entre vitamina B12 y depresión a partir de cierta edad. Y concluyeron que, en las personas mayores de 50 años con un nivel bajo o deficiente de la vitamina, la probabilidad de sufrir depresión era “significativamente más alta” que en aquellas con niveles de B12 adecuados.

En las personas mayores de 50 años con un nivel bajo o deficiente de la vitamina, la probabilidad de sufrir depresión era "significativamente más alta" que en aquellas con niveles de B12 adecuados

En concreto –según el estudio, publicado hace un año en la revista especializada British Journal of Nutrition–, esas personas con bajos índices de vitamina B12 tenían unas probabilidades hasta un 51% más altas de desarrollar síntomas depresivos en un periodo de cuatro años, que fue el lapso analizado.

Relación entre falta de B12 y depresión

Este año, un estudio que analizó datos de casi 15.000 personas en Brasil corroboró la asociación entre unos niveles bajos de vitamina B12 y la depresión. El trabajo añade que esta última también se relaciona con los índices insuficientes de otros elementos, como selenio, zinc, vitamina B6 y –en el caso de las mujeres– también las vitaminas A y C.

Otro artículo de 2022, realizado por científicos italianos, valora la posibilidad de modificar la dieta o añadir suplementos de vitamina B12 y otros nutrientes (por ejemplo, ácido fólico) como parte del tratamiento de personas con depresión que “no responden de forma adecuada” a los fármacos convencionales.

Pero esto último por ahora solo es una posibilidad para el futuro. Falta todavía mucha investigación para comprobar si los suplementos con B12 podrían ser de verdadera utilidad para tratar la depresión y, si así lo fueran, en qué casos concretos.

Un metaanálisis –difundido en 2016– analizó 25 trabajos publicados en un lapso de tres décadas y media (1979-2015). Los resultados no habían sido para nada homogéneos: del total de 25, quince habían hallado una relación entre la carencia de vitamina B12 y la depresión, pero los otros diez no lo habían hecho.

Además, entre esos quince que sí detectaron un vínculo entre ambas variables, algunos señalaban que era posible que la falta de vitamina no fuera causa sino consecuencia de la depresión: tal vez esta última da tiene como síntoma una pérdida del apetito que conduce a una dieta inadecuada y, por ende, a una falta de vitaminas y otros nutrientes.

Importancia de una dieta saludable

También hay una línea de investigación que busca desentrañar cuál sería el efecto específico de la insuficiencia de vitamina B12 que propiciaría la depresión. Hasta hace poco, la hipótesis más aceptada sostenía que –debido a esa carencia– el organismo producía menos serotonina.

Sin embargo, en abril de este año, un científico australiano publicó un estudio que demuestra que en realidad es al revés: ante la falta de B12, el cerebro segrega más serotonina.

Pero también aumenta la producción de ciertos ácidos esenciales (como el triptófano), lo cual “podría conducir a una regulación negativa de los receptores de serotonina” y, de ese modo, originar la depresión. En cualquier caso, trabajos recientes coinciden en la importancia de una dieta saludable para prevenir la depresión.

Según una investigación de 2020, realizada por científicos de Irán, un “patrón dietético saludable se asoció significativamente con una probabilidad reducida de depresión”, a la vez que uno “no saludable lo aumentó”.

Y también una revisión de trece estudios, elaborada en China y publicada en 2021, concluyó que la ingesta de B12 y otras vitaminas del mismo grupo (B1, B2 y B6) “puede estar inversamente asociada con el riesgo de depresión”. Según estos resultados, esa relación resulta significativa en las mujeres, aunque no en los hombres.

Este último trabajo, al igual que todos los citados más arriba, destaca que “se necesitan más estudios para confirmar” los hallazgos y las estimaciones realizadas hasta ahora.

Cómo evitar las carencias de vitamina B12

Una de las principales causas de la carencia de vitamina B12, como ya se ha mencionado, es la mala absorción. Este problema, además de por las gastritis crónicas y atróficas, puede deberse a la celiaquía, la pancreatitis crónica, el alcoholismo o la enfermedad de Crohn.

La otra gran razón de que la vitamina B12 sea insuficiente es el escaso o nulo aporte en la dieta. Este es un riesgo que concierne sobre todo a las personas veganas, dado que los humanos solo podemos conseguir ese nutriente a través de fuentes animales: carne (de mamíferos, aves, pescado y algunos mariscos), lácteos y huevos.

Por lo tanto, como explica la nutricionista Lucía Martínez, a los veganos –al igual que a los adultos mayores o a personas con alguna de las citadas patologías– se les recomienda el consumo de alimentos enriquecidos con B12 o suplementos diarios o semanales, siempre indicado por un profesional en función de cada caso en particular.

No es la depresión el único problema de salud mental relacionado con la carencia de cobalamina (otro nombre de la vitamina B12). Como explica un documento de la Clínica SAMU, con sede en Sevilla, también se asocia con síntomas psicóticos y maníacos.

En definitiva, a la espera de que la ciencia encuentre evidencias más contundentes acerca de la relación entre esta vitamina y la depresión, el consejo es mantener una dieta saludable, controlar periódicamente los niveles de B12 y estar atentos a cualquier síntoma que pudiera asociarse con la depresión. En particular, en personas con riesgo de tener niveles bajos de este nutriente.

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