Síndrome visual informático: así afecta el teletrabajo a tus ojos

Una mujer teletrabajando

Marta Chavarrías

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La tecnología digital ha hecho la vida mucho más fácil. Nos ha traído sobre todo teléfonos móviles, tablet y ordenadores, alrededor de los cuales gira buena parte de nuestra actividad laboral y personal. El uso de pantallas se ha convertido en algo habitual en nuestras vidas, sobre todo ahora, con el aumento del teletrabajo.

Según datos de la Asociación Nacional de Optometristas Unidos, las personas menores de 30 años pasan más de diez horas diarias al frente de una pantalla y de ellas un 80% presenta molestias visuales. 

Las personas de entre 30 y 60 años lo hacen unas nueve horas diarias y dos de cada tres sufren molestias. Por su parte, los mayores de 60 años pasan unas cuatro horas diarias, y la mitad percibe molestias. Así se expresa el llamado síndrome visual informático por capas de edad. 

Síntomas del síndrome visual informático

Pese a los beneficios de las pantallas, también tienen sus consecuencias, y no siempre son buenas. A medida que estas se han vuelto parte de nuestra vida cotidiana, más personas experimentan una variedad de síntomas oculares que suelen recibir el nombre de síndrome visual informático.

En la mayoría de los casos son temporales, por lo que dejan de notarse cuando apagamos el ordenador, reconoce el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas (CNOO). Suele afectar a más del 90% de las personas que usan el ordenador más de tres horas diarias.

En este caso, pueden ver comprometidas algunas de sus habilidades visuales con síntomas como:

Ojo seco: en ocasiones puede aparecer una sensación de tener arenilla en el ojo. Cuando fijamos la vista en una tarea parpadeamos menos y esto hace que el ojo se reseque más. Se calcula que la frecuencia normal de parpadeo va de las 15 veces por minuto mientras que si estamos frente a una pantalla solemos hacerlo entre cinco y siete veces por minuto. 

Vista ligeramente borrosa: el esfuerzo acomodativo que realizamos frente las pantalla provoca cierta borrosidad relacionada con la fatiga visual que suele desaparecer cuando dejamos de hacerlo.

Molestias en los ojos: pesadez, sensación de presión dentro del ojo, tenemos la sensación de frotarlos más.

Dolor de cabeza: frente a una pantalla, nuestros ojos pueden estar haciendo un esfuerzo adicional para mantener una imagen clara, lo que comporta jaquecas y dolores en la zona. 

Incluso las personas con una visión perfecta pueden experimentar cualquiera de estos síntomas. La buena noticia de todo ello es que, con pequeños cambios y ajustes ergonómicos, se pueden reducir de manera significativa estos efectos negativos.

Qué puedes hacer para una mejor salud visual

Aunque no podemos cambiar el estilo de vida que nos ha traído la revolución tecnológica, sí podemos reducir su impacto adoptando una serie de acciones:

Aplica la regla del 20-20-20: aparta la mirada de la pantalla cada veinte minutos, durante 20 segundos y enfocando a 20 pies, es decir, unos seis metros. Debes dejar descansar la vista de vez en cuando para flexibilizar el músculo ciliar, el encargado de la acomodación, que no empieza a perder funcionalidad hasta los 40-45 años (presbicia o vista cansada).

Parpadea con regularidad: El esfuerzo visual puede provocar una sensación de quemazón que se alivia si cerramos los ojos un rato. El parpadeo es necesario para restablecer la película lagrimal en los ojos, una capa delgada de líquido que protege la superficie del ojo. para evitar la sequedad de los ojos.

Usa gotas humectantes si es necesario: si con el parpadeo no es suficiente, podemos pedir al optometrista o al farmacéutico que nos recomienden unas gotas humectantes, que de paso nos ayudarán frente al ambiente seco de las casas en invierno. 

Adapta la resolución y el contraste de la pantalla: Cuanto más clara sea la imagen, mayor confort visual. El brillo no debe ser ni demasiado tenue ni muy intenso.

Evita brillos y reflejos en la pantalla procedentes de ventanas: coloca la pantalla del ordenador perpendicular a las ventanas y a cualquier fuente de luz artificial o usa persianas y cortinas y bombillas de menor potencia.

Ubica tu pantalla a la distancia adecuada: el móvil debe estar a unos 30-35 centímetros, la tablet a unos 40 centímetros, la pantalla del ordenador entre 50 y 70 centímetros, en función del tamaño. A la mayoría de las personas les resulta más cómodo mirar la pantalla cuando los ojos miran hacia abajo. Esta debe estar de 15º a 20º por debajo del nivel de los ojos. En el caso de la pantalla del televisor, la recomendación es situarse a una distancia de dos a tres metros en el caso de una de 55 pulgadas.

Fija la altura de la silla: hazlo de manera que los pies puedan descansar en el suelo. No te inclines sobre la pantalla del ordenador, ajusta la altura de la silla para que las rodillas se doblen en un ángulo de 90º, derecho contra un respaldo con los antebrazos en los apoyabrazos y los codos también doblados a 90º. El teclado y el ratón deben situarse por debajo del codo y al alcance de la mano.

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