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Fox invisibiliza a las mujeres negras en el acto de una película sobre discriminación racial

Figuras ocultas

Mónica Zas Marcos

Si hoy el hombre es capaz de ponerse en órbita es gracias, en parte, a tres mujeres afroamericanas. Katherine Johnson, Mary Jackson y Dorothy Vaughan fueron borradas de la memoria de la NASA y de los prodigios espaciales de Estados Unidos. Ahora, la película Figuras ocultas ha querido rendir homenaje al trío de matemáticas que cambiaron la historia en los años 60 mientras soportaban la segregación y el machismo en su ambiente de trabajo.

El filme de Theldore Melfi, distribuido por Fox, se presentó en Madrid el pasado 14 de diciembre con un coloquio llamado “El papel de la mujer en la historia”. La productora se había puesto en contacto con una serie de personas para participar en un evento acorde con el mensaje de la película. Sin embargo, una semana después saltaron las alarmas en las redes sociales coincidiendo con la publicación del resumen del coloquio.

Solo había una persona negra entre todos los invitados por Fox España al acto de la Cineteca. La empresaria valenciana Bisila Bokoko, de ascendencia ecuatoguineana, aparecía en el vídeo junto a periodistas, actrices y presidentas de asociaciones como Paloma López Borrero, Rossy de Palma o la vicepresidenta de CIMA, Juana Macías.

“Podría haber sido la oportunidad para que las mujeres negras que vivimos en España expliquemos cuán identificadas nos sentimos con las mujeres de la película. El resultado del clipping te sorprenderá”, alertaba Desirée Bela-Lobedde, activista y creadora de la influyente web NegraFlor. La blogera calificó de white washing (tendencia en el cine de otorgar a los blancos papeles de negros) la decisión de Fox España. “Al final parece que cualquiera sabe más que una mujer negra sobre lo que es ser una mujer negra invisibilizada”, añadía.

Según Bela, la agencia externa contratada por Fox para organizar el evento tuvo la intención en un primer momento de contar con activistas afro en Madrid. “Me pidieron nombres, les pasé una amplia lista y, el mismo día 14, me dijeron que solo iban a contar con dos periodistas negros. Fox dio prioridad al famoseo”, cuenta Desirée. La activista critica que la productora se decantara en nuestro país por el discurso feminista y dejase de lado el racial, que tiene incluso más relevancia en Figuras ocultas.

“Me parece un insulto. Desvincularon a toda la población afro y solo hablaban mujeres blancas sobre la importancia de la mujer. No, perdona, la importancia de la mujer negra”, defiende Bela. La première en Estados Unidos estuvo liderada por las actrices y Margot Lee Shetterly, autora del libro Figuras ocultas: El sueño americano y la historia nunca contada sobre las matemáticas negras que ayudaron a ganar la carrera espacial. “No hay color. Mencioné en Twitter a Fox USA para que fueran conscientes de lo que habían hecho en Madrid”, explica Desiree.

Fox: “No era un evento racial”

Por su parte, desde Fox España aseguran que, efectivamente, el evento “no se enfocó para nada hacia un punto de vista racial”. “Lo que queríamos para este pase eran representantes femeninas de diferentes empresas, asociaciones e instituciones, independientemente de su raza”, afirma Nieves Peñuelas, encargada del departamento de publicidad. “Seguro que en ocasiones hay gente súper interesante que se queda fuera por temas de espacios y/o tiempos, o simplemente por no tener el contacto en ese momento”, añade en nombre de la productora.

Como dicen en Afroféminas, ya que la película Figuras ocultas versa sobre la representatividad, destaca que se obvie ese aspecto en su mismo preestreno. “Es descorazonador sentir de nuevo que reivindicamos sin respuestas ni efectos. No saben lo que es ser una figura oculta, nosotras sí”, concluye Desirée Bela. El último ejemplo de que el mecanismo del cine, tenga las buenas intenciones que tenga, sigue suspendiendo en diversidad.

Las “calculadoras” negras de la NASA

En los años 40, a comienzos de la Segunda Guerra Mundial, la NASA se saltó las leyes segregacionistas de Jim Crow para contratar a mujeres negras en el departamento de “calculadoras”, como ellos las llamaban. Estaban faltos de personal y tuvieron que hacer excepciones. Estas mentes brillantes llegaban de universidades solo para afroamericanos como el Hampton Institute, la Virginia State University y la Wilberforce University.

Trabajaban para la agencia espacial pero no con la agencia espacial. Utilizaban oficinas, comedores y baños separados por raza (que estaban en peores condiciones y más alejados que los de sus compañeros blancos) y debían ser más eficientes. No disponían de nada más que un lápiz y una libreta para calcular las ecuaciones que lanzarían a los primeros astronautas y pondrían a Estados Unidos por delante de Rusia en la carrera espacial.

Entre todas ellas, destacaron tres mujeres por su constancia y su brillante talento para las matemáticas: Mary Jackson, Dorothy Vaughan y Katherine Johnson. Esta última fue la única que logró colarse en las reuniones de los ingenieros y fue de vital importancia cuando Kennedy se propuso enviar al hombre a la Luna. Ya antes, Johnson había resuelto la ecuación aeronaútica imposible para que Alan Shepard no saliera ardiendo en una nave.

Sus otras dos compañeras también se ganaron un hueco en la agencia espacial que fue sutilmente borrado de sus anales. Jackson se enfrentó a un tribunal para cursar sus estudios de Ingeniería en la universidad Hampton (solo para blancos) y ganó. Después, cuando había alcanzado el mayor rango para una mujer negra en la NASA, se dedicó a la enseñanza. Por su parte, Vaughan aprendió de forma autodidacta a utilizar el primer ordenador de la NASA y compartió sus conocimientos con el resto de “calculadoras” negras.

Las dos últimas han recibido este homenaje a título póstumo, pero aún queda Katherine Johnson, que a sus 98 años se encarga de refrescar la mala memoria de la humanidad.

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