Cinco recomendaciones del autor de la obra secuestrada 'Fariña' para el Día del Libro

Ha llegado el Día del Libro: una oportunidad perfecta para promocionarse y celebrar a aquellos autores que ejercieron su pluma con libertad. Pero Nacho Carretero no va a poder hacer ni una cosa ni la otra. Han pasado 60 días desde el secuestro de Fariña, la obra sobre el narcotráfico gallego que ofendió al exalcalde de O Grove, Alfredo Bea Gondar, y cuya distribución lleva dos meses paralizada por tres líneas. 

Tres líneas que “plasman unos hechos probados judicialmente”, asegura su autor, de un total de 358 páginas fruto de años de investigación. Desde la emisión de ese acta judicial, se han sucedido las noticias sobre el disparo de las ventas de sus ejemplares, pero, como confiesa el propio Carretero a eldiario.es, “el libro está parado en un momento clave y eso es un perjuicio económico enorme, para la editorial (Libros del KO) y para mí”.

El momento al que se refiere es uno que, en condiciones normales, sería muy dulce. Con una serie de éxito en antena y a las puertas de Sant Jordi y otras ferias del libro, pero sin ejemplares nuevos que vender. “Es una campaña de marketing involuntario muy grande, pero a partir de ahí esta experiencia no tiene nada de positivo. Al final, si todo va bien, el libro estará secuestrado casi seis meses”, se lamenta el periodista.

Asegura que él no escribe por hobby, sino para ganarse el pan, y que aquellos que sugieren que el “secuestro no tiene efectos prácticos, se equivocan de lleno”. “Me da pena y frustración, porque detrás de Fariña hay mucho trabajo y mi idea, como la de cualquier persona, es que ese trabajo se vea reconocido, sobre todo porque me gano la vida escribiendo”, dice quien acaba de lanzar otro libro con la misma editorial.

Nos parece mejor, sobre la historia del Deportivo de la Coruña, se enmarca dentro de la serie futbolística de Libros del KO, y espera que ese sí tenga presencia en el Día del Libro. “Es una decisión que corresponde a la editorial, pero la idea es llevar el que sí está libre, aunque la gente acabe viniendo también con Fariña. En cualquier caso, allí estaremos. Sin poder vender el libro, pero sí”, promete Carretero.

Imaginando el siguiente Día del Libro, el autor confía en “una vuelta absoluta a la normalidad”, en la que el secuestro y sus consecuencias queden atrás como un mal sueño. “Que la justicia ponga cada cosa en su sitio como corresponde, y que Fariña siga funcionando como lo hacía hasta ahora, que iba muy bien sin necesidad de toda esta publicidad”, desea en voz alta. Mientras tanto, reivindica la lectura y la escritura como un arte libre recomendando cinco títulos que encabezan ahora mismo su estantería. 

Los cinco de Nacho Carretero

1. El karma de vivir al norte (Sexto piso), de Carlos Velázquez 

El karma de vivir al norte

“La guerra del narco desde el punto de vista de un vecino (el propio escritor) del norte de México. Desde su mundo, pequeño y limitado, como todos, en el que entran y sale el hocico de la bestia del narco. Nunca se deja ver en su inmensidad, nunca se muestra la dimensión completa de su tragedia. Como en una peli de terror, el escritor nos ofrece las consecuencias últimas, las que no caben en el relato periodístico ni académico”

Sinopsis: Velázquez nos adentra en una región del norte de México donde vivir se ha convertido en todo un acto de rebeldía, y en la que regresar a casa por la noche sin ser tiroteado parece algo excepcional. 

2. Golpes bajos (La esfera de los libros), de David Gistau

Golpes bajos

“No soy objetivo cuando hablo de David Gistau porque lo considero, si no el mejor, uno de los mejores escritores españoles en activo. Y eso que es periodista. Golpes Bajos es la novela en la que aplica su pluma (ni un párrafo sin su correspondiente joya) a la atmósfera callejera de Madrid. La Hoguera de las Vanidades madrileña”.

Sinopsis: Piñata, un gánster que aspira a controlar todo, ya sean lo bajos fondos o las altas esferas, lucha por ganar terreno en el barrio madrileño de Lucero tras enfrentarse y coaccionar al entrenador de un modesto gimnasio.

3. Una historia sencilla (Anagrama), de Leila Guerriero

Una historia sencilla

“Quién, si no Leila, podría contar en un libro, con todo detalle, con toda pasión, la historia de un concurso de baile popular en el interior de Argentina. Esa es la virtud no solo de este libro, sino de toda Leila Guerriero.” 

Sinopsis: Esta crónica de Guerriero nos remonta hasta un pequeño pueblo de Argentina donde organizan una competición de baile folklórico. Una vez allí, la periodista se fijó en la peculiar historia de uno de ellos: Rodolfo González, que transitó entre la desesperación y la frustración.

4. El pentateuco de Isaac (Libros del asteroide), de Angel Wagenstein 

El pentateuco de Isaac

“Uno de mis libros favoritos. Una delicia de fino humor judío, resignación e ironía a partes iguales que acaba siendo un puñetazo. La novela cuenta los avatares de un sastre judío durante buena parte del siglo XX. Cuando te quieres dar cuenta, te estás riendo en plena descripción del Holocausto”.

Sinopsis: La obra de Wagenstein pone el foco sobre Jacob Blumenfeld, un sastre judío de Galitzia (antiguo territorio del Imperio Austrohúngaro), durante la primera mitad del siglo XX. Lo peculiar de su historia es que pasa por diferentes etapas: ciudadano polaco, de la URSS y, por último, del Tercer Reich.

5. Mejor la ausencia (Galaxia Gutenberg), de Edurne Portela 

Mejor la ausencia

“A la sombra de la maravillosa Patria de Aramburu, esta novela, a mi juicio, no tuvo la repercusión que merecía. Brutal testimonio de la asfixia vasca en los 80. Tan impactante lo que se cuenta como el cómo se cuenta”.

Sinopsis: Relata la vida de Amaia, una niña de cinco años nacida en el País Vasco que crecerá enfrentada a la violencia. Especialmente, si como la protagonista, reside en un pueblo a la izquierda del río Nervión durante los años 80 y 90, donde cada semana las pelotas de goma y los gases lacrimógenos presentan una fatídica carta de bienvenida.