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El patronato del festival de teatro FIT de Cádiz cesa a su directora, Isla Aguilar

La obra 'Stabat Mater', representada en el FIT de Cádiz

Pablo Caruana Húder

1 de marzo de 2024 14:00 h

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El patronato del Festival Iberoamericano Teatro (FIT) que se celebra anualmente en Cádiz ha decidido el “desistimiento” del contrato vigente con la directora artística del festival, Isla Aguilar, que fue nombrada en 2020 y reconfirmada en 2021. Su contrato finalizaba en 2025. Se ha decidido que sea una comisión de “diferentes profesionales de prestigio” quien la dirija este año. Entre ellos se encuentra Pepe Bablé, quien ya fue durante 27 años director del festival. En una sesión constituyente celebrada el pasado 22 de febrero se decidió también iniciar un “nuevo proceso de selección para la dirección artística del FIT para las siguientes ediciones”. Proceso que anuncian comenzará en “las próximas semanas”.

La comisión que dirigirá el FIT, aparte de Bablé, estará formada por Abel González Melo (de origen cubano, actual director del teatro Corral de Comedias de Alcalá de Henares, Madrid); Isabel Pérez Izquierdo (de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales); Ramiro Osorio Fonseca (director del Teatro Julio Mario Santo Domingo de Bogotá); Débora Staiff (de origen argentina, es experta en el desarrollo internacional de artistas latinoamericanos); y María Moreno (bailaora y coreógrafa gaditana).

Era una historia anunciada. La entrada hace cuatro años de Isla Aguilar, que en ese momento compartía la dirección con Miguel Oyarzun, nunca fue fácil. El Ayuntamiento de Cádiz aduce falta de enraizamiento del festival en la ciudad. Isla Aguilar, a su vez, argumenta que es el propio Ayuntamiento quien ha dificultado la labor de la dirección, “por supuesto ha habido motivos ideológicos, discrepancias en el modelo y un sentimiento patrimonial de algunas personas que se piensan que el FIT les pertenece”, afirma Isla Aguilar a este periódico.

En la última edición del festival, Miguel Oyarzun abandonó la dirección dejando a Isla Aguilar al frente. Una edición en la que se pudieron vivir las tensiones entre el Ayuntamiento de Cádiz y la dirección del festival que tuvo que afrontar el duro golpe de que dos de los espectáculos principales, Multitud y Ofrenda para el monstruo, se tuvieran que suspender. Ambos estaban dirigidos por la uruguaya Tamara Cubas, quien adujo problemas de producción para poder presentar estas dos propuestas; ambas necesitaban de la colaboración de numerosos voluntarios.

Isla Aguilar denuncia a este periódico la tardía incorporación en esta última edición del equipo técnico del festival, “llegaron un mes antes de comenzar el festival”. Era el primer año que trabajaba con el nuevo equipo de Gobierno del Partido Popular en el Ayuntamiento de Cádiz: “La edición fue muy compleja desde el punto de vista administrativo con el nuevo equipo entrante. Sin el apoyo de la administración local se hace inviable el trabajo de la dirección artística. Los vacíos administrativos y la mala gestión repercuten en todo: contrataciones, equipo insuficiente, el trabajo de preproducción y producción, logística, compra de billetes… ―explica― lo que deriva en sobrecostes y un impacto presupuestario. Reporté lo que estaba pasando en varias ocasiones, pero me encontré con un vacío administrativo por parte del Ayuntamiento y su fundación municipal de cultura”.

Este viernes, en rueda de prensa, Maite González García-Negrotto, segunda teniente alcalde del Ayuntamiento de Cádiz y responsable de Economía, Hacienda, Función Pública y Cultura ha afirmado que los motivos del cese son que el patronato “piensa que el Festival había perdido su esencia, algo que se ha visto en la participación de la ciudadanía. El FIT siempre había sido una fiesta, una fiesta de color en la calle donde la gente participaba. Eso se ha perdido. No se ha conseguido involucrar a la ciudadanía ni a las compañías de Cádiz que estaban antes presentes”. Afirmó también la responsable política ante los medios que en ningún momento “se ha dudado de la calidad profesional de Isla Aguilar, ni de los contenidos que ha programado. Durante años se ha tenido un modelo, tenemos que volver a recuperar la importancia del festival”.

Un proyecto innnovador

En 2020, ante la jubilación de Pepe Bablé, el Instituto de las Artes Escénicas, miembro del Patronato, propuso a los gestores Isla Aguilar y Miguel Oyarzun que eran conocidos por la creación del Festival BE FESTIVAL (Birmingham European Festival), y la dirección del Centro de Cultura Conde Duque (Madrid). En esos momentos la alcaldía de Cádiz estaba regentada por José María González Santos, 'Kichi', del partido de Adelante Cádiz.

Si a la dirección del Conde Duque accedieron bajo concurso público, el nombramiento en Cádiz fue mediante un procedimiento directo y extraordinario. Algo que se justificó por los momentos delicados de la pandemia y por la falta de tiempo para poder llegar a celebrar el festival. La primera edición de la nueva dirección fue semipresencial y activando proyectos on line que sustituyeran la imposibilidad de los viajes necesarios que un festival iberoamericano necesita. Una edición que fue contestada en su momento por la oposición del Partido Popular que acusaba de la “ideologización” del festival y de malas praxis en la contratación poniendo como ejemplo el caché recibido por Marcelo Expósito que en esos momentos era miembro de Podemos y había sido secretario del Congreso de los Diputados entre 2016 y 2019.

Para el segundo año, Aguilar y Oyarzun tuvieron que volver a revalidar su dirección mediante concurso público, lo cual hicieron en 2021. En la votación del patronato, la Junta de Andalucía, en manos del PP, se abstuvo, pero obtuvo el voto favorable del resto de integrantes –Ayuntamiento, INAEM del Ministerio de Cultura, la Agencia Española para la Cooperación y el Desarrollo (AECID), la Diputación Provincial de Cádiz y la Universidad de Cádiz–, quienes destacaron que era el proyecto “el más completo y adecuado” de los presentados, así como su carácter “transgresor e innovador”. En el proyecto se destacaba la mirada decolonial y contemporánea hacia Iberoamérica y se resaltaban el abordaje de conceptos tales como la identidad, la desigualdad, la memoria, la frontera, el patriarcado o el medioambiente.

Crónica de un cese anunciado

El cese llega tres ediciones después de ganar el concurso. Ediciones donde ha primado una programación de creación contemporánea y transversal en la que entraba de manera vertebral la danza y la performance entre otras artes escénicas híbridas, algo que contrastaba con la dirección anterior del festival, más tradicional. Durante estas ediciones, una corriente de público asiduo al FIT durante años dejó sentir su desacuerdo con la línea artística de la nueva dirección, en las entradas y salidas a los teatros.

Además, las obras de teatro político y que abordaban temáticas como el patriarcado, el feminismo o el pensamiento decolonial fueron parte vertebral de la programación. “Creo que es un ataque transversal al modelo de un festival comprometido políticamente, un ataque a la inclusión, al desarrollo de audiencias, a mantener espacios abiertos para el apoyo a la creación en libertad, de pensamiento crítico y debate”, explica Aguilar, quien afirma que con la programación para este año presentada, el Ayuntamiento no se había puesto en contacto con ella para confirmar espacios y apoyos además de haberle negado la posibilidad de viajar a festivales: “Una forma más de desautorizarme, ningunearme y boicotear mi trabajo. Es un ataque consciente al modelo de festival y cultural que representaba, quieren volver a lo anterior”, concluye.

Esta historia resuena. En Madrid, cinco meses después de que el Partido Popular accediese al Gobierno de la ciudad, el Ayuntamiento de Madrid decidió cesar a Aguilar y Oyarzun aduciendo que fue necesario activar por parte del Comité de Empresa de Madrid Destino el protocolo de actuación frente al acoso en el entorno laboral debido a los diversos problemas que se estaban ocasionando entre los trabajadores y la dirección. Se adujo “mala praxis” en la gestión y “sobreprogramación” lo que no pudo contrarrestar las protestas del sector que denunciaban causas ideológicas. Ahora, la historia se vuelve a repetir a menos de un año de la entrada como alcalde de Cádiz de Bruno García de León, del Partido Popular.

Con respecto al futuro próximo del festival, la segunda teniente alcalde del Ayuntamiento, González García-Negrotto, ha afirmado que “de manera paralela al funcionamiento de esta comisión va a salir una licitación, unas bases, para elegir el próximo director. Por tiempos no podía hacerse ahora. Queremos que el nuevo director esté ya nombrado en junio y pueda haber una transición”. Pero para este año “quien va a estar trabajando desde Cádiz, quien va a ser la cara visible, quien va a estar trabajando de manera más constante, obviamente será Pepe Bablé”, explicó. El festival se realiza en el mes de noviembre.

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