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Caso Sara: la hermana asegura que no vió ni oyó nada la mañana en que la pequeña fue agredida

Davinia M.G, madre de la niña asesinada

Laura Cornejo

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El día en que a Sara, de 4 años, la agredieron sexualmente y le dieron una paliza mortal, sólo había tres personas en la vivienda: ella, el novio de su madre y presunto agresor, y su hermana de 12 años. Posiblemente esta menor tiene todas las claves de la espiral de abusos que sufrió Sara desde que la nueva pareja de su madre llegó a su vida, pero o no recuerda o no quiere contar nada. La niña fue explorada -término jurídico que se usa para los interrogatorios a menores- tres meses después de los hechos, en octubre de 2017 y en dependencias de la Gerencia de Servicios Sociales de la Consejería de Familia de la Junta de Castilla y León.

La grabación de esas declaraciones se ha escuchado este miércoles en el juicio en el que están acusados la madre de Sara, Davinia M.G y su pareja, Roberto H.H. La adolescente apenas aportó información. Cada respuesta, casi monosilábica, que dio, iba precedida de un largo silencio. O no se acordaba, o no sabía, o no contestaba. La menor relató, como pudo, la noche antes a la paliza de Sara, cuando jugó con su hermana al pilla-pilla y “estaba bien”, y lo ocurrido la mañana de los hechos, el 2 de agosto de 2017, cuando Roberto la despertó para decirle que su hermana estaba “malita”. En realidad Sara no respiraba, había entrado en parada cardiorrespiratoria a consecuencia de los fuertes golpes en la cabeza que recibió, que le provocaron una intensa hemorragia cerebral y la muerte clínica.

A la menor se le preguntó también por la fuerte contusión en la sien izquierda que Sara sufrió días antes de morir, el 28 de julio. Según su versión, la propia víctima le dijo que se había golpeado contra una mesita que había en su habitación -una versión que las acusaciones ponen en duda, dado el poco peso que tenía el mueble y lo fácil que era desplazarlo-.

La hermana de Sara negó además que hubiese visto cómo Roberto pegaba a Sara o que hubiese sido presionada por él o por su madre para no contar nada. Este testimonio se reprodujo en la sala a puerta cerrada, aunque los periodistas tuvieron acceso a un audio defectuoso en la sala de prensa que se ha habilitado para este juicio.

El abogado de la Asociación Clara Campoamor, Luis Antonio Calvo, comentó a preguntas de la prensa que el testimonio de la menor apenas tenía contenido relevante, pero consideró que “sabe más de lo que cuenta” y que posiblemente su intención es ayudar a su madre, encarcelada desde el día en que falleció Sara.

La exploración a la hermana de Sara forma parte de la prueba documental que se está abordando estos días. Además, los miembros del jurado, también a puerta cerrada, han podido ver un vídeo que grabó la madre el 26 de julio, cuando habían mantenido una entrevista con los Servicios Sociales, en el que se ve a Sara, aparentemente en buen estado, aunque rechazando ir a buscar un móvil que quería a la habitación donde estaba Roberto, su presunto asesino.

También se han reproducido los audios de varias llamadas: la que hizo Roberto al Servicio de Emergencias 112 el 2 de agosto, alertando de que estaba con una niña que no respiraba y en la que los médicos le daban instrucciones para hacerle el boca a boca, y la que realizó la hermana de Davinia y tía de la víctima a la Policía Local el 28 de julio. La mujer estaba preocupada por el golpe que tenía la niña y porque su hermana se negaba a llevarla al hospital ante el temor de que le quitasen la custodia, puesto que se había activado el protocolo por presuntos malos tratos. La Policía la animó a denunciar en una comisaría de Policía Nacional, pero ella insistió en que no era un caso de maltrato.

Para la jornada de este jueves, se espera la declaración de varios médicos que confirmarán, entre otros datos, que la pequeña Sara tenía adn de Roberto bajo las uñas. Roberto H.H y Davinia M.G se exponen a una petición de pena de prisión permanente revisable.

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