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Un millar de voluntarios de Castilla y León fabrica viseras con sus impresoras 3D como protección contra el coronavirus

Varios profesionales sanitarios en un hospital, con las viseras fabricadas con impresoras 3D.

Alba Camazón

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Un ruido persiste en cientos de hogares de Castilla y León. Un ruido ligero pero constante que llena la habitación. Son las impresoras 3D, que capa a capa, van dibujando parte de las viseras de protección para que las puedan utilizar profesionales de hospitales y residencias, principales focos del coronavirus y con los usuarios más vulnerables. En Castilla y León ya son más de un millar de voluntarios que ofrecen su tiempo libre, su dinero, sus materiales o su electricidad.

Todo para conseguir ayudar desde el confinamiento. Porque los aplausos de las 20.00 dan ánimos a los trabajadores sanitarios, camioneros, cajeras, trabajadores de la limpieza... pero las impresoras 3D les protegen. Solo en Valladolid, la Guardia Civil ha entregado 1.243 viseras desde el viernes a 34 centros de la provincia: centros de salud, hospitales, residencias e incluso Aspaym, confirma la Benemérita a este periódico. Y el crecimiento es exponencial.

Todo comenzó poco antes del fin de semana. Los makers, acostumbrados a fabricar objetos útiles para su día a día, ya llevaban varios buscando la manera de ayudar a través de sus creaciones. Poco a poco, se van coordinando en varios grupos, sobre todo impulsados por las redes sociales. Las universidades van por un lado, y trabajadores de Renault o Cidaut y propietarios de una impresora 3D por otro. Decenas de diseños de estos equipos de protección individual (EPIs) circulaban por las redes sociales hasta que se han ido seleccionando aquellos que parecen más útiles. En la Universidad de Valladolid han probado varios diseños hasta que el viernes llegó “un diseño definitivo”, explica un técnico del Fab Lab (del inglés, Fabrication Laboratory) de la UVa. Los makers de Valladolid están en contacto con algunos jefes hospitalarios para que les cuenten las mejoras necesarias, si es que las hay. 

Hasta ahora, la Guardia Civil era el intermediario en esta cadena de favores. Los agentes de la Benemérita llevan todo el fin de semana acercándose a farmacias, empresas, domicilios, residencias u hospitales. Unas veces para recoger y entregar viseras; otras para llevar los componentes necesarios. Porque claro, aparte del filamento (por ahora se está utilizando PLA) que utilizan los makers, son fundamentales las viseras de acetato y las gomas elásticas para fijar bien la visera a la cabeza. Hay voluntarios que ofrecen sus impresoras 3D y otros materiales.

“Pedimos ayuda a todos. Algunos nos estamos quedando material, por eso pedimos que nos lo compren, porque no queremos dinero”, explica David Hernando, coordinador de Diseño del grupo de makers Reesistencia Team Valladolid, a eldiario.es. Algunas empresas están ofreciendo sus materiales de forma rebajada para animar a todos los que tienen una impresora 3D a colaborar. El presidente de las Cortes de Castilla y León, Luis Fuentes, ha agradecido su trabajo a los jóvenes voluntarios de Reesistencia Team y les ha entregado láminas de acetato disponibles en su sede.

Hernando reconoce que al principio había un solo grupo -integrado principalmente por voluntarios de Valladolid, León y Zamora- para gestionar la producción de viseras 3D en Castilla y León. Estos días han tenido que dividirse por provincias para hacerlo más eficiente, aunque el contacto entre los coordinadores es constante. “Creamos un bot en telegram para informar a los nuevos cómo está organizado el sistema”, añade este desarrollador gráfico. 

Solo la Guardia Civil de Valladolid se ha acercado estos días a 193 lugares entre viviendas, centros y farmacias. Cada grupo funciona de una manera y la Benemérita ha proporcionado “de forma altruista” el apoyo logístico que se ha solicitado ante esta situación de necesidad. Eso sí, la Guardia Civil está intentando coordinarse con el servicio sanitario de Sacyl para que sea Sanidad quien decida cuántas viseras hacen falta en cada centro. “Eso no quita que nos pidan apoyo logístico a todas las Fuerzas de Seguridad para ir a buscar el material necesario”, señala a eldiario.es la Guardia Civil de Valladolid, que explica que el ritmo de crecimiento de la creación de viseras se estaba haciendo “inviable”. “El viernes recogimos y repartimos 57, el sábado 449 y entre el domingo y este lunes por la mañana, 737”, asegura la Benemérita.

A partir de ahora Sacyl coordina desde su unidad de Innovación. “La recogida y reparto se va a realizar a partir de este martes en coordinación con el Plan Territorial de Protección Civil de Fomento”, explica Sanidad. Según ha podido saber este diario, Sacyl ha habilitado un correo electrónico (coviddemanda.grs@saludcastillayleon.es) para centralizar las peticiones y los ofrecimientos de viseras.

El objetivo principal es que todas las personas que tienen que salir de casa por trabajo estén “lo más protegidas posible”, señalan desde Reesistencia Valladolid. Por eso desde la Universidad de Valladolid está desarrollando un diseño “optimizado” que ha hecho público a través de internet (con la contraseña covid19) para que cualquier usuario con una impresora 3D fabricarla desde casa. “Si vemos otro diseño mejor, pues lo haremos”, indica Galindo a eldiario.es, quien valora positivamente la acogida que ha tenido su petición. “La gente está aportando mucho, es un goteo constante”. Iniciativas similares han surgido en la Universidad de Burgos o la de Salamanca. La UBU ha fabricado ya 2.450 pantallas integrales de protección y la USAL, en sus campus de Béjar y Salamanca, ha entregado 275 pantallas de protección al hospital, aunque calcula que podrá producir 800 unidades.

De momento solo se plantean fabricar viseras, que podrán desinfectarse y ser reutilizadas. Son muchos los que están pensando en construir respiradores o mascarillas, pero la última palabra la tendrá Sanidad, sobre todo con estos aparatos tan importantes y complejos. Los makers de Reesistencia están esperando a que el servicio sanitario de Asturias dé su confirmación al diseño de respirador que plantean en el Principado, aunque las piezas, muy pequeñas, deben ser de “muy alta calidad” y debe haber un montaje electrónico posterior. En Andalucía también están fabricando mascarillas con impresoras 3D, que se podrían reutilizar desinfectando y cambiando el filtro ffp3 -por ejemplo- por uno nuevo. Pero todavía están pendientes de ver qué dicen las autoridades sanitarias.

La empresa vallisoletana Metálicas Íscar ha iniciado el Proyecto Escudo, que consiste en el diseño de una cabina de pulverización automática que emplee componentes “de bajo coste”, para lo que pide ayuda (escudo@metalicasiscar.com). Una vez esté culminado el desarrollo del proyecto y validada la solución desinfectante, la idea de la empresa es compartir de forma desinteresada y en código abierto tanto los planos como los componentes, el software necesario y su programación, así como la fórmula del producto desinfectante que emplea.

Cada uno aporta su granito de arena. Unos fabrican, otros compran materiales y otros distribuyen las viseras para que estén protegidos todos los profesionales que tengan que saltarse la cuarentena para trabajar. 

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