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Santander defiende su “derecho” a aplicarse créditos fiscales de 1.000 millones por pérdidas del Popular

José Antonio Álvarez, consejero delegado de Banco Santander.

Diego Larrouy

Popular e impuesto a la banca han centrado este jueves la presentación de sus resultados del primer semestre de Banco Santander. La compañía ha asegurado que la integración del banco que fue resuelto hace algo más de un año y adquirido por un euro va según lo previsto y que previsiblemente en noviembre comenzará la fusión operacional de ambas entidades.

En este sentido, el consejero delegado de la compañía, José Antonio Álvarez, ha defendido en rueda de prensa el “derecho” de Banco Santander de deducirse de sus beneficios en España, cuando se produzca, los créditos fiscales que considera que le correspondería por las pérdidas de Banco Popular. “Es como debe ser”, ha asegurado.

El directivo ha señalado sobre el futuro de la integración que, previsiblemente, entre noviembre y junio se llevará a cabo la integración de las oficinas de Banco Popular en el sistema informático del grupo. A partir de ahí, como ya ha avanzado previamente Santander, se iniciará el cierre de oficinas y recortes de plantilla. Sin embargo, Álvarez ha asegurado que eso primero se hablará con los representantes de los trabajadores, sin confirmar las cifras del ajuste.

Respecto al impuesto a la banca que ha anunciado que estudia el Ministerio de Hacienda, ha asegurado que todavía se está en un periodo “altamente especulativo” y no ha querido concretar su posicionamiento, aunque ha advertido de la necesidad de estudiar su posible impacto. El directivo sí ha señalado que si el impuesto provoca una “doble imposición” en cuanto a la repatriación de dividendos de sus filiales, “las multinacionales españolas se verán más perjudicadas que las extranjeras”. En esta línea, ha añadido que esto podría llevar al sector a estudiar cambios “en sus estructuras legales”. “Estudiaremos la mejor solución para seguir creando valor para los accionistas”, ha subrayado, aunque ha matizado que “seguramente” la solución no pase por cambios de sedes.

Álvarez no ha querido concretar si este impuesto será repercutido a los clientes, puesto que todavía no se conocen los detalles del impuesto. Ha evitado también comparar con el modelo británico, su tercer mercado, donde ya existe un impuesto a la banca, que es precisamente el que sirvió al PSOE en la oposición para trazar su propuesta de gravamen al sector. “Son sistemas fiscales que no son comparables”, se ha limitado a subrayar.

La compañía ha cerrado el primer semestre con un beneficio ordinario de 4.052 millones de euros, lo que supone un aumento del 12% respecto al mismo periodo del año anterior. Si bien, Santander ha matizado que el beneficio atribuido se ha quedado en 3.752 millones, lo que supone un incremento menor, del 4%. Esta diferencia se de a un cargo de 300 millones de euros por los costes de la reestructuración de Banco Popular, absorbido en junio del pasado año.

En lo que se refiere al negocio, Banco Santander ha cerrado los seis primeros meses del año con un margen de intereses (ingresados menos abonados) de casi 17.000 millones de euros, con un descenso del 0,5% por el impacto de las divisas. Aumenta por contra un 2% los ingresos por comisiones. El negocio total, medido por el margen bruto, creció apenas un 0,3% hasta los 24.160 millones.

En lo que se refiere al mercado español en concreto, la compañía logró unos ingresos de 3.900 millones, un 30% más. Destaca especialmente el crecimiento del 31% en las comisiones en este país. El beneficio ordinario creció un 25%, hasta los 780 millones. Con el impacto del Popular, el beneficio descendió un 20%.

Prácticamente todas las geografías en las que se encuentra crecen, salvo en Reino Unido. La compañía señala que ha recortado un 6% sus ingresos en el mercado británico y un 14%. Sobre el brexit, Álvarez ha subrayado su confianza en que se pueda alcanzar un acuerdo “de transición” en caso de que finalmente no se logre el acuerdo definitivo sobre el modelo de desvinculación con la UE. 

La compañía ha incidido en los resultados presentados este miércoles que pese a haber cerrado la operación de venta de activos problemáticos de Popular a Blackstone, la gestión continúa estando dirigida a la reducción de estos activos, principalmente créditos y adjudicados. A cierre del semestre contaba con 5.100 millones entre activos inmobiliarios y créditos morosos. A este respecto, ha señalado que se encuentra en negociaciones para vender nuevas carteras de activos, al entender que existe “apetito” entre los inversores, pero que venderán si finalmente están de acuerdo con las ofertas que se realicen. 

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