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Los líderes de la UE dejan para diciembre la decisión sobre reformas del mercado energético

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Ya lo ha dicho Pedro Sánchez al llegar al Consejo Europeo: “Son los tiempos de Bruselas”. Es decir, las cosas llevan su ritmo, tienen sus procesos y, sobre todo, requieren de un acuerdo entre 27 países que tienen diferentes intereses –pronucleares, progasísticos, prorrenovables– y sus problemas: el sur se está mostrando más vulnerable con los precios de la luz, por ejemplo. Y, por eso, el Gobierno español ha presionado en todos los ámbitos en las últimas semanas para introducir en la agenda europea el debate sobre el mercado eléctrico.

Y lo ha logrado. Igual que ha conseguido que las conclusiones incluyan con detalle la evaluación del mercado de las ETS –derechos de emisiones de CO2, cosa que ha pedido también el checo Andrej Babis– y que el asunto sea revisado en el Consejo Europeo del 16 y 17 de diciembre. Ambos concreciones no se encontraban en los borradores de conclusiones, que fueron incluyendo que la Comisión y el Consejo deben considerar “con prontitud” medidas que puedan llevar a un precio más asequible de la energía.

Entre esas medidas, que están en la comunicación de la Comisión Europea del 13 de octubre a la que remiten los líderes de la UE, se encuentran algunas propuestas por España, como la compra conjunta de gas y las reservas estratégicas, así como la evaluación de los ETS. El próximo martes, 26 de octubre, los ministros de Energía de la UE volverán a reunirse para abordar el asunto.

Eso sí, lo que no ha conseguido lograr son esas medidas “audaces y contundentes” que pedía el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace dos semanas en Liubliana (Eslovenia). Pero, claro, la reforma del mercado de la energía tampoco es algo que se pueda hacer en semanas, como reconoce ahora el Gobierno español: la última reforma es de 2019 y llevó varios años pactarla, además de que luego todo tiene un proceso legislativo laborioso, entre Comisión, Parlamento Europeo y Consejo.

Además de que se aborde el problema y se discutan las medidas planteadas por el Gobierno español, entre otros, lo que ya se ha logrado es una comunicación de la Comisión Europea que recopila las medidas al alcance de los Estados, calificada por “incongruente” por la vicepresidenta Teresa Ribera, y el compromiso de Bruselas de examinar algunas de las propuestas españolas: revisar el mercado del CO2, estudiar la compra conjunta de gas y analizar la puesta en marcha de reservas estratégicas ante futuras crisis.

Así, el presidente del Gobierno ha reconocido a su llegada al edificio Europa: “Nos gustaría ir más rápido, pero en Bruselas y la Unión Europea los pasos se dan a un ritmo menos intenso del que desearíamos. Pero el Gobierno de España va a continuar avanzando y trabajando para que a escala europea podamos encontrar soluciones La Comisión ya ha marcado sus tiempos, sus plazos, ha pedido un informe sobre la evolución de los precios de la energía a mediados de noviembre y, a partir de ahí, continuaremos viendo cómo la Comisión propone más medidas”.

Sánchez ha concluido: “Nos gustaría que fuéramos más rápido, pero también estos son los tiempos de Bruselas. Y lo que vamos a hacer es tener una actitud lo más constructiva posible, porque es un problema que importa y mucho, a la economía europea, a los ciudadanos y a la industria”.

Según la canciller Angela Merkel, en el que probablemente sea su último Consejo Europeo –el 107–, “la pregunta es: ¿qué está causando los altos precios de la energía? La Comisión Europea ha presentado una muy buena comunicación al respecto, que formará la base de nuestras deliberaciones. Creo que deberíamos reaccionar con sensatez, como estamos haciendo en Alemania. No deberíamos ignorar por completo el mercado, sino más bien ofrecer más mercado y, si es necesario, conceder medidas de apoyo social, como hacemos en Alemania, por ejemplo ofreciendo ayudas a los hogares”.

Fuentes del Elíseo han explicado que “una gran mayoría de líderes a subrayar la importancia de la energía nuclear en el mix energético europea. En una fase de los debates se incluyó en el texto de las conclusiones una mención de la necesidad de que la Comisión Europea presente el acto delegado sobre gas y energía nuclear”.

“Nuestra petición de estudiar el funcionamiento del mercado de la electricidad también fue apoyada y recogida en las conclusiones”, afirman las fuentes del Gobierno francés: “Esto es para ver cómo proteger a los consumidores, tanto a empresas como a personas, de futuras crisis en los precios del gas. La discusión finalmente se centró en el vínculo entre este aumento de precios y el mercado ETS. El precio del carbono es un factor en el aumento actual del precio, pero ha tenido, sin embargo, efectos más significativos en países con un mix de carbono muy baja. Por lo tanto, se ha decidido que también se llevaría a cabo un análisis para verificar si el aumento del precio podría estar vinculado a un comportamiento especulativo en el mercado ETS”.

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ve necesario realizar cambios estructurales para hacer frente al aumento de los precios de la energía, instando a la Comisión Europea a intervenir. Mitsotakis también ha mencionado la posibilidad de permitir que los países de la UE compren gas de una plataforma europea centralizada y trabajar para aumentar el almacenamiento de gas y reducir las distorsiones del mercado a corto plazo cuando el suministro de gas escasea.

La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, dijo que era necesario seguir trabajando en soluciones a corto plazo a medida que llega el frío, que “causará problemas a ciudadanos y empresas”. Sin embargo, a largo plazo, Marin dijo que solo había una solución: “Ser lo más independiente posible en materia de energía, y el camino a seguir es invertir en energía verde”:

El primer ministro belga, Alexander De Croo, afirmó que “no estaba en contra” de las propuestas españolas de revisar el mercado eléctrico, y reconoció que “las situaciones son diferentes en cada país” y señaló que España probablemente estaba sintiendo el impacto de la crisis de manera más aguda por las pocas interconexiones con otros países de la Península Ibérica.

Es “interesante cómo cada vez más cuando tenemos problemas en los ámbitos nacionales, todos piden a Europa que intervenga”, dijo De Croo en la reunión, según una fuente citada por Politico. El primer ministro belga dijo que “la UE debería hacer más”, y añadió: “Nuestra dependencia de los combustibles fósiles tiene un impacto social y económico, por lo que lo correcto es la transición verde”. Además, el primer ministro belga y pidió “una estrategia a largo plazo y acción a corto plazo”.

Debate nuclear

Además del debate sobre cómo abordar el problema de la luz desde una perspectiva europea, la división entre los 27 también se centra sobre el mix energético, sobre los tipos de energía de cada país y sobre el pulso entre países para que la nuclear sea considerada no contaminante –como Francia– o todo lo contrario –como Alemania–.

El primer ministro checo en funciones, Andrej Babis, quien ha estado bloqueando las conclusiones durante varias horas, ha sido expresivo en Twitter: “Desafortunadamente, mi amigo Xavier Bettel es enemigo de la nuclear, por lo que tendremos otro duro enfrentamiento sobre el hecho de que la nuclear y el gas son fuentes de bajas emisiones. Por supuesto, estoy presionando claramente por esto. La Comisión Europea debe legislar sobre esto lo antes posible”.

En efecto, la crisis del precio de la energía está abriendo una oportunidad para que los defensores de la energía nuclear impulsen su causa. El primer ministro esloveno, Janez Janša, ha defendido la energía nuclear, argumentando que la construcción de más reactores reduciría la dependencia de proveedores extranjeros. El primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis también la defiende, aunque no hay planes de construir plantas nucleares en Grecia por los terremotos, al igual que el irlandés Micheál Martin, quien también respaldó la energía nuclear como fuente de energía de transición.

Por su parte, a su llegada a la cumbre el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, reiteró su argumento de que la geopolítica explica en parte una reciente subida del precio de la energía. “Los precios de la energía hoy son las consecuencias de un gran juego geopolítico con una fuerte dimensión externa”, dijo Borrell en alusión a Rusia.