Las medidas del Gobierno sobre energía hacen que España sea el país de la zona euro donde menos crecen los precios

España se convirtió en noviembre en el país de la zona euro donde menos crecieron los precios. Así lo constatan los datos adelantados de Eurostat, publicados este miércoles, tomando como índice el IPC armonizado. La inflación en la zona euro en el mes de noviembre disminuyó seis décimas, hasta el 10%, mientras que la inflación en España se moderó por cuarto mes consecutivo al situarse en el 6,6% en noviembre, según los datos de Eurostat, lo que supone siete décimas menos que en el mes de octubre.

Esto ocurre “gracias al impacto positivo de las medidas puestas en marcha para amortiguar el alza de los precios, como las relacionadas con el transporte”, afirma el ministerio de Economía: “De hecho, España es el país con menos inflación armonizada de entre los 19 países que forman la zona euro, y la inflación se ha reducido casi cuatro puntos desde el pico alcanzado el pasado mes de julio. La inflación en España en noviembre se situó casi 3,5 puntos por debajo de la media de la zona euro, con la consecuente nueva mejora de competitividad para las empresas y la economía española”.

España está siendo uno de los países de la Unión Europea (UE) que más está consiguiendo moderar la curva de la inflación. Desde la cifra récord de julio, cuando los precios crecieron en España un 10,8%, la tasa interanual ha ido desescalando, hasta el 6,8% registrado en octubre, según el dato de IPC (Índice de Precios de Consumo) adelantado del Instituto Nacional de Estadística (INE) –y hasta el 6,6% armonizado de Eurostat–.

“Desde el máximo de inflación registrado en julio, las medidas adoptadas por el Gobierno han permitido reducir la inflación, destacando el mecanismo ibérico, la reducción de los precios del transporte o la reducción de los impuestos en la factura del gas y de la luz”, explica el propio INE.

La excepción ibérica ha supuesto un ahorro de casi 3.000 millones de euros, según los datos del Gobierno, que recuerda el impacto en la inflación de medidas en vigor que se prolongarán hasta final de año: la rebaja del IVA sobre la electricidad, que pasó del 10% al 5% desde el 1 de julio; la ampliación de los descuentos del bono social; la bonificación de 20 céntimos por litro en el precio de los combustibles; la reducción del 50% del precio de todos los abonos mensuales de transporte y de cualquier título multiviaje de transporte terrestre prestado por el Estado o entidades estatales; y la bajada del 30% para los abonos de las comunidades autónomas o las entidades locales, que pueden completar la medida con sus propios recursos hasta llegar al 50%.

Alemania e Italia siguen en dos dígitos

Mientras en España se han moderado las subidas de precios, la inflación alemana –del 11,6% al 11,3%– e italiana –del 12,6% al 12,5%– apenas desescalaron en noviembre y se mantienen por encima de los dos dígitos.

Este dato mantiene la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que siga subiendo los tipos de interés, aun cuando se avecina una recesión, sobre todo en los países más dependientes energéticamente de Rusia y más expuestos a los cortes de suministro de gas por la guerra.

Así, los precios en la economía más grande de Europa crecieron un 11,6%, después de haber aumentado un 10,9% en septiembre. Por otro lado, la inflación en Italia escaló hasta el 12,8%, muy por encima de todas las previsiones (registró un 9,4% el mes anterior). Francia, que es la economía del euro con la inflación más baja, también superó las expectativas, con un incremento del 7,1% (frente al 6,2% de septiembre).

Hasta el último plan de choque aprobado, el que incluye la gratuidad de los trenes de media distancia y el resto de descuentos en el transporte público, el Gobierno calculaba que los tres paquetes anteriores habían moderado 3,5 puntos la inflación interanual. De este cálculo, dos puntos corresponderían a las medidas sobre el gas y la electricidad, un punto al descuento en los carburantes y el otro medio punto al resto de iniciativas.

Medidas del Gobierno

A principios de noviembre, el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García, explicó en una entrevista concedida a elDiario.es que “las medidas que ha adoptado el Gobierno [en el último año] han permitido reducir la inflación en 3,5 puntos porcentuales”.

Este cálculo va en la línea del que este mismo martes presentó el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en el Senado. Aunque él se ciñó al ámbito del gas, los carburantes y la electricidad. “El crecimiento de los precios energéticos en nuestro país se está viendo contenido por los efectos de las distintas medidas adoptadas por las autoridades”, dijo.

“Según las estimaciones del Banco de España, estas medidas habrían contribuido a reducir la tasa de la inflación general en octubre, el último mes para el que se dispone de información desagregada, en algo más de 2 puntos porcentuales, siendo el descuento en el precio de los carburantes y el tope al incremento del coste de la materia prima en la tarifa TUR del gas las dos medidas que habrían tenido el impacto mitigador más elevado –casi 1,5 enteros-”, detalló.

“En cambio, el efecto de las medidas que afectan al precio de la electricidad fue muy modesto en octubre. Esto se debe, por un lado, a que el efecto de la excepción ibérica fue reducido, debido a la caída del precio del gas, y, por otro, a que la rebaja del Impuesto Especial sobre la Electricidad (IEE) y la disminución de los cargos de la factura eléctrica han dejado de tener un impacto negativo en la inflación, ya que estas rebajas comenzaron a aplicarse a mediados de septiembre del pasado año”, continuó Hernández de Cos.

Alivio para las rentas más bajas

“Además, para el 40% de rentas más bajas (es decir, los cuatro primeros deciles de renta) se ha compensado otros 3,5 enteros”, añadió el segundo de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño. “Estamos hablando de medidas como la subida del Ingreso Mínimo Vital (IMV), el incremento de las pensiones no contributivas, las rebajas del transporte público o las medidas generales para la reducción en un 80% de los impuestos sobre la electricidad”, enumeró. 

“Son medidas que han tenido un efecto importante para los trabajadores y las familias de rentas más bajas. Y vamos a seguir en esa línea”, concluyó Gonzalo García.

Este mismo martes, el economista Eduardo Garzón admitió que la reducción de la inflación en noviembre es una noticia “positiva” porque es el “cuarto mes consecutivo en el que la inflación baja en España (además, en noviembre incluso han bajado ligeramente los precios [-0,1% respecto a octubre]).

“Esta tendencia contrasta fuertemente con la del resto de Europa, donde en octubre la inflación continuaba aumentando y a niveles superiores, lo que se explica sobre todo por las políticas aplicadas por el gobierno de coalición español (excepción Ibérica, descuentos en transporte público, descuentos en carburantes, reducción IVA luz, etc.) y por la mayor utilización de renovables en el mix eléctrico”, considera Eduardo Garzón.

“En el mes de diciembre todavía puede haber un repunte de la inflación por el tema de las navidades y por el consumo. Pero es evidente que se está controlando y que las medidas de contención de la inflación están teniendo resultados positivos”, insiste José Manuel Corrales, profesor de la Universidad Europea.

Eduardo Garzón incide en que un límite a los precios de los alimentos sería “una de las medidas más efectivas para combatir la inflación, porque hoy día el precio de los alimentos es lo que explica fundamentalmente que el IPC no descienda más”. 

“Y junto con ese tope, otro tope en los carburantes y otro mucho mejor en el mercado eléctrico (al estilo de Francia) serían muy convenientes. Sólo con topes en los precios podremos combatir una inflación originada por la pandemia y la guerra que se canaliza a través de la oferta y concretamente de la energía”, reflexiona el economista y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.

Cuarto mes de bajada

La bajada de la inflación en España en noviembre por cuarto mes consecutivo viene a confirmar que el dato del 10,8% de julio es, de momento, el pico de esta crisis de precios y energética. Una crisis originada en la energía y en la explosión de demanda por la salida de la pandemia. Y, después, agudizada por la invasión rusa de Ucrania, y que finalmente se ha trasladado a todos los bienes y servicios.

“España se sitúa como uno de los países con una disminución más rápida e intensa de las subidas de precios de la Unión Europea”, destacan desde el Ministerio de Asuntos Económicos.

“La bajada de la inflación pone de manifiesto el impacto positivo de las medidas puestas en marcha para amortiguar el alza de los precios”, celebran las mismas fuentes. Entre estas medidas destaca el tope al gas. Aunque la caída de este combustible, de la gasolina y el diésel y, por tanto, de la factura de la electricidad también es consecuencia de la menor demanda por el frenazo de la actividad económica y de que en este noviembre no ha hecho el frío habitual.

De hecho, el INE explica que en la reducción de la inflación también ha influido “el hecho de que los precios de vestido y calzado de la nueva temporada de invierno hayan subido menos en noviembre de este año de lo que lo hicieron en el mismo mes de 2021”.

Y, por último, por el efecto base. Gas y carburantes ya protagonizaron una importante subida en noviembre de 2021. Es decir, en el comportamiento de este año no solo hay que contar los planes de choque, la menor demanda o las temperaturas más cálidas sino también que se partía ya de precios elevados.

En esta fase de la crisis de inflación por la invasión rusa de Ucrania ahora preocupa la escalada de los alimentos. Comprar en el supermercado se ha convertido en un ejercicio asfixiante y se refleja en que el IPC subyacente, que excluye en su cálculo la energía y los productos frescos por su mayor volatilidad, se sitúa este mes en el 6,3%.

Este índice da una visión más estructural de las subidas de precios. Y en estos niveles tan altos indica un contagio total en la cesta de bienes y servicios, y supone persistencia de la inflación de cara a 2023, incluso aunque caigan carburantes o gas.

Y dado que los salarios están subiendo muy por debajo de esta inflación subyacente, la pérdida de poder adquisitivo de las familias es histórica. Sí recuperarán la capacidad de compra los pensiones, que conseguirán una revaloración del 8,5%, la media anual de las subidas de precios hasta noviembre según lo establecido en la última reforma.

Primera desaceleración en año y medio en la zona euro

La inflación interanual en la zona euro ha llegado en noviembre al 10%, según los datos preliminares de Eurostat, la oficina estadística de la UE. El dato es más de tres puntos superior a la española, y es la primera vez en año y medio que experimenta una desaceleración. El dato registrado en España se quedó en el 6,8%, según el dato adelantado del INE publicado este martes. El dato armonizado de Eurostat es del 6,6%, aún más bajo, el más bajo de los 19

Así, mientras la tasa española armonizada fue del 6,6%, la de Francia se situó en un 7,1%, seguida de Malta (7,2%), Luxemburgo (7,3%), Chipre (8,3%) e Irlanda, Grecia y Finlandia (los tres con 9%). Sin embargo, si se mira el IPC no armonizado, el Insee francés ha anunciado este miércoles una inflación del 6,2%, que sería más baja que el 6,8% del INE español.

Por encima de los dos dígitos siguen Portugal (10,3%), Bélgica (10,5%), Eslovenia (10,8%), Austria (11,1%), Países Bajos (11,2%), Alemania (11,3%), Italia (12,5%) y Eslovaquia (15,1%).

En el extremo permanecen los países bálticos, que siguen siendo los más golpeados por el incremento de los precios Letonia, con un 21,7%; y Lituania y Estonia, con un 21,4 %.

El dato de noviembre llega tras el récord del 10,6% de octubre. Y después de registrar un 5,1% en enero; del 5,9% en febrero; del 7,4% en marzo y abril; del 8,1% en mayo; del 8,6% en junio; 8,9% en julio; 9,1% en agosto y 9,9% en septiembre.

Si se analizan los principales componentes de la inflación de la zona del euro, la energía registra la tasa interanual más alta en noviembre (34,9%, frente al 41,5% de octubre), seguida de alimentos, alcohol y tabaco (13,6%, frente al 13,1% de octubre), bienes industriales no energéticos (6,1%, igual que en octubre) y servicios (4,2%, frente al 4,3% de octubre).

Los datos de Eurostat conocidos este miércoles pueden influir en la estrategia del BCE de intentar contener una inflación que es cinco veces su objetivo del 2% por la vía de los tipos de interés, aunque estos no intervengan en los mercados energéticos, y estén ahogando la demanda, lo que implica riesgo de una recesión larga y profunda.

El pasado lunes, Christine Lagarde afirmaba: “Los tipos de interés son y seguirán siendo la principal herramienta contra la inflación. Un tipo más elevado reduce la presión de demanda, haciendo más caro obtener dinero e influyendo en ciudadanos y empresas a la hora de gastar, guardar, invertir. Los ajustes tardarán un tiempo. Los tipos tendrán influencia sobre la futura inflación, ejerciendo de guardián ante efectos de segunda ronda que dañarían la capacidad productiva. Unos mercados laborales sólidos, con un mínimo en desempleo, apoyará salarios más altos, que están remontando, y seguiremos valorando las implicaciones para la perspectiva de inflación a medio plazo”.

“La inflación llegó al 10,6% en octubre, su récord”, dijo Lagarde: “Yo no sé si me atrevería a decir que el pico fue octubre, hay demasiada incertidumbre sobre un elemento basado en elevados costes energéticos que se plasman a nivel minorista. Me sorprendería que haya llegado al máximo. Pero la inflación descenderá, también por nuestra política monetaria y los cuellos de botella que se van a desvanecer, si bien de momento no vemos los elementos que nos permitan extraer conclusiones de que estamos en el máximo y vaya a descender”.