El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha anunciado este jueves un recorte el pronóstico de crecimiento de la eurozona al 2% en 2018 y al 1,9% en 2019, ambos una décima menos que la previsión anterior, debido a la debilidad de la demanda externa.
Las palabras de la máxima autoridad monetaria de la Unión Europea llegan tras el anuncio del BCE de que no subirá los tipos de interés y que mantendrá estos niveles “al menos hasta el verano de 2019”. El superregulador también confirmó que reducirá a partir de octubre las compras de deuda a la mitad y que dejará de adquirir bonos en enero del próximo año.
El principal riesgo para las economías es el aumento del proteccionismo comercial, según Draghi, que también apuntó a su efecto como un potenciador de las vulnerabilidades de las economías emergentes y un impulsor de la volatilidad en los mercados financieros.
Debido a la amenaza proteccionista, el presidente del BCE ha defendido la necesidad de mantener los estímulos monetarios. Aunque ha destacado que se mantiene la ralentización de la economía, también ha señalado que el consumo privado está sustentando el aumento del empleo y la subida de salarios entre los países que comparten el euro
Preguntado por el efecto sobre la banca de este periodo largo con tipos cero, Draghi ha puntualizado que la prioridad del BCE es la estabilidad de los precios y no salvaguardar el negocio de las entidades financieras.