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Radiografía de la pobreza en España: en cabeza en la UE y con los hogares con niños como principales afectados

pobreza españa

Laura Olías / Ana Ordaz

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La pobreza estaba ahí, pero era invisible para muchos. En cuestión de días, debido a la pandemia del coronavirus, se han multiplicado en las calles las largas colas de ciudadanos que necesitan ayuda para comer. Estas filas son nuevas, pero no el problema que las origina. En España, una de cada cinco personas vive bajo el umbral de la pobreza y una de cada cuatro está en riesgo de exclusión social.

Millones de personas llegan a duras penas a fin de mes y algunas ni eso. La cuarta economía de la eurozona destaca entre sus socios europeos por sus elevadas cifras de población pobre. “He visitado lugares que sospecho que muchos españoles no reconocerían como parte de su país”, advirtió hace escasos meses el relator de la ONU Philip Alston. El Gobierno va a aprobar esta semana una de las medidas más ambiciosas contra la pobreza que se han puesto en marcha en España a nivel estatal: implementará un ingreso mínimo nacional, unos recursos mínimos que el Estado considera necesarios para vivir. 

La derecha, y especialmente la extrema derecha, se ha volcado contra la medida, que tachan de “paguita”, pero el nivel de pobreza de España y la escasa capacidad del país para reducirla en comparación con nuestros socios europeos evidencian que la cobertura social a las personas con más dificultades económicas es una asignatura pendiente. “La pobreza es una opción política”, aseveraba el relator de la ONU a propósito de los países ricos. 

La Comisión Europea recordaba justo esta semana que España es el país europeo con las prestaciones por hijo más bajas de la UE y advertía de que esta crisis por el coronavirus podría aumentar la pobreza en el país, especialmente entre las familias con niños, cuya protección social es muy limitada. No ocurre lo mismo con las personas de avanzada edad, gracias al colchón que supone el sistema público de pensiones, más generoso en muchos casos que el de otros países comunitarios.

Para evitar el incremento de la pobreza, Bruselas ha recomendado a España mejorar la cobertura de las rentas mínimas y las ayudas a las familias, algo a lo que contribuirá el Ingreso Mínimo Vital, más generoso para los hogares con menores a cargo y con las familias monoparentales.

A propósito del próximo lanzamiento de esta renta mínima estatal, repasamos algunos datos destacados de la situación de pobreza en el país antes de su puesta en marcha. 

1) Sextos en pobreza entre los 28 países de la UE 

España es el sexto país de los 28 que conforman la Unión Europea con una mayor tasa de pobreza, con una de cada cinco personas en esta situación, el 21,5% del total, según los últimos datos disponibles, de  la Encuesta de Condiciones de Vida del INE de 2018.

Hay diversas formas de medir la pobreza. La más extendida es la tasa de pobreza relativa, que la mide en relación a la renta de la sociedad en su conjunto. Las personas están en riesgo de pobreza al vivir con unos ingresos inferiores al 60% de renta mediana. En España, supone tener una renta inferior a los 739 euros al mes en un hogar formado por una sola persona o 1.552 euros mensuales en un hogar formado por dos adultos y dos niños. 



¿Qué ocurre en países de nuestro entorno? La pobreza relativa alcanza al 17,3% de los ciudadanos de Portugal, al 13,4% de los de Francia y al 20,3% de los Italia, por ejemplo. Las tasas más bajas se encuentran en República Checa (9,6%), Finlandia (12%) y Eslovaquia (12,2%). Las más elevadas, en Rumanía (23,5%), Letonia (23,3%) y Lituania (22,9%).

Otro de los indicadores habituales para medir la pobreza más aguda es la tasa de pobreza severa, que incluye a aquellas personas con ingresos inferiores al 40% de la mediana. En España, supone vivir con menos de 493 euros al mes en un hogar con una sola persona.

De nuevo, España se sitúa como el sexto país con una mayor tasa de pobreza severa en la UE, con un 9,2% de su población en esta situación, el mismo dato que en Bulgaria. En Portugal la cifra es del 6%, mientras que en Francia solo alcanza al 2,5% de su población. Italia en este caso supera a España, con un 9,4% de sus ciudadanos en riesgo de pobreza severa. 

2) Más pobreza que antes de la crisis

Otra manera de medir la pobreza en la UE es el indicador AROPE, que también observa el nivel de exclusión social. Además de la tasa de pobreza relativa monetaria, que solo tiene en cuenta los ingresos, el indicador AROPE incorpora dos variables más: la baja intensidad del empleo y la carencia material severa, que mide factores como no poder permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año, una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días y mantener la vivienda con una temperatura adecuada y no poder afrontar gastos imprevistos, entre otros.


Niveles de carencia material en 2018

Este mapa muestra el % de la población en distintos indicadores de carencia material en cada comunidad autónoma. Haz clic en el filtro del mapa para seleccionar los resultados de los distintos indicadores

Fuente: INE


España figura como el séptimo país de los 28 comunitarios con mayor tasa de pobreza y exclusión social, del 26,1%. Más de una de cada cuatro personas. La media de la UE es del 21,8%.

El país aún afronta un reto superado por la gran mayoría de nuestros vecinos europeos: recuperar al menos los niveles de pobreza de hace una década, antes de la crisis económica que estalló con la quiebra del gigante financiero Lehman Brothers.



Tras Italia, España se sitúa como el segundo estado con un mayor aumento de personas en esta situación respecto a 2008. 



3) En las primeras posiciones en pobreza infantil y de trabajadores

Como destacaba la Comisión Europea a España esta semana, el país tiene datos especialmente alarmantes de pobreza entre los menores de edad y en los hogares con niños. Sobre todo, en las familias monoparentales, aquellas compuestas por un solo adulto con niños a su cargo. La gran mayoría están encabezadas por mujeres, por lo que también se las suele denominar “familias monomarentales”. 

La tasa de pobreza infantil de España es la segunda mayor de toda la UE, con un 26,8% de los menores de 18 años en riesgo de pobreza relativa. Solo nos adelanta Rumanía, con un 32%. Si atendemos a la tasa AROPE, uno de cada tres niños en España se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social, el 29,5%. En este caso, nos adelantan otros estados además de Rumanía, lo que nos coloca como el quinto país con una mayor proporción de menores en pobreza y exclusión de la Unión Europea.



Como se mencionaba, las familias monoparentales son otro colectivo especialmente afectado por la escasez de recursos. Cerca de la mitad del total, el 43%, viven en riesgo de pobreza monetaria. España es el segundo país con un peor registro, solo por detrás de Malta (48,6%).



La incidencia de la pobreza entre los trabajadores también sitúa a España en los primeros puestos de la UE, con un 13% del total de personas ocupadas que viven en riesgo de pobreza monetaria. En concreto, el país es el tercero de los 28 comunitarios con un dato más alto, por detrás de Rumanía (15%) y Luxemburgo (13,5%). ¿Qué ocurre en otros países más próximos a España? En Portugal la tasa de trabajadores pobres es del 9,7%; en Francia, del 7,1%; y en Italia, del 12,3%.



Respecto a estos focos de pobreza, el ingreso mínimo vital destinará más recursos a las familias con niños a cargo y a aquellas monoparentales. En relación al empleo, que a la vista está que no siempre permite evitar la pobreza, la renta mínima estatal no decaerá automáticamente cuando el beneficiario encuentre trabajo, sino que podrá complementar durante un tiempo los ingresos salariales que perciba. Esto ya sucede en algunas rentas autonómicas de referencia, como la vasca.

4) Las transferencias sociales existentes no reducen casi la pobreza 

La derecha y voces como la patronal de empresarios CEOE cuestionan que sea el momento de implementar un gasto social como el ingreso mínimo vital. Recuerdan que ya hay desplegadas rentas mínimas a nivel autonómico. Además, existen también ayudas a las familias con niños de muy escasos recursos, la llamada prestación por hijo a cargo de la Seguridad Social.

Sin embargo, los datos de la agencia estadística Eurostat evidencian que las ayudas existentes en España no son muy efectivas para reducir la pobreza y nos colocan entre los países de la UE con una menor capacidad para aminorarla mediante las transferencias sociales (excluidas las pensiones). En concreto, el Estado es menos efectivo entre los menores.



¿Por qué las ayudas que tenemos casi no reducen la pobreza? Existen varios motivos. Como explicaba a este medio el sociólogo y ex alto comisionado para la lucha contra la pobreza infantil, Pau Marí-Klose, las ayudas por hijo a cargo apenas son efectivas por su escasísima cuantía –28,41 euros mensuales o 49 euros en los casos de pobreza severa (y eso tras el gran aumento que aprobó el Ejecutivo de Sánchez en 2019)– y su limitada cobertura. Es decir, son ayudas muy poco cuantiosas y que alcanzan a un reducido número de personas en riesgo de pobreza.

La limitadísima extensión de las rentas mínimas también es un problema en la inmensa mayoría de las Comunidades Autónomas, lo que deja a más del 90% de las personas en riesgo de pobreza en España sin acceso a estas ayudas para la inserción social, según los datos de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales.



Solo las rentas mínimas de Euskadi y Navarra llegan a más de la mitad de las personas pobres: al 71,2% y al 66,7%, respectivamente. En la Comunidad de Madrid, donde su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, niega la necesidad de la ayuda estatal, la renta mínima autonómica solo cubre al 10,5% de la población que viven por debajo del umbral de la pobreza.

Otra de las razones detrás de la escasa reducción de la pobreza del sistema del bienestar español apunta a que las ayudas sociales no son redistributivas, no concentran sus esfuerzos en los que menos tienen. Es decir, las transferencias del Estado en su conjunto benefician más a la población con más recursos que a las más necesitadas, como muestran estos datos de 2018 de la OCDE.

5) La pobreza no es igual en Euskadi que en Extremadura 

Los datos promedios de pobreza en España invisibilizan grandes diferencias entre las Comunidades Autónomas. La situación es muy distinta en Euskadi que en Extremadura. Son los territorios con menor y mayor tasa de pobreza: afecta al 8,9% de la población vasca, mientras que la cifra asciende al 37,6% de las personas extremeñas. Como se observa en el mapa, al igual que en muchas otras materias, existe una clara diferencia entre la situación de pobreza en el Norte y el Sur del país. 



No obstante, el último informe sobre exclusión social de la Fundación Foessa, investigación de referencia en la materia, destacó la percepción de un nuevo eje Sur-Mediterráneo: “El eje Sur se extiende hacia el Mediterráneo incorporando a Cataluña e Islas Baleares a las comunidades donde la exclusión social es más elevada”. Castilla-La Mancha en cambio, “una comunidad autónoma tradicionalmente alineada en el eje Sur, se ubica ahora más cerca de una situación intermedia”, apuntaban los investigadores, que analizarán esta materia en un estudio independiente.

Como sucede entre Comunidades Autónomas, tampoco los datos de pobreza son iguales entre provincias, ni entre las áreas urbanas y las rurales. A veces, ni entre manzanas a un paseo de distancia dentro de una gran ciudad.

Los datos oficiales de pobreza y exclusión que ofrece la Encuesta de Condiciones de Vida no permiten apreciar estas diferencias, pero el INE publicó a finales del año pasado una estadística experimental con datos inéditos sobre renta y su distribución (eso sí, de 2016), que en llegaba a un desglose incluso a nivel censal, por manzanas en las grandes ciudades como Madrid.

La información con tanto detalle permite ubicar a la población con menos recursos. Por ejemplo, casi todas las manzanas ubicadas en el barrio de 'las 3.000 Viviendas', en la ciudad de Sevilla, están entre el 1% más pobre de España y de Andalucía. Aquí, se puede consultar el mapa con los datos de renta por fuente de ingresos, calle a calle.

6) El 80% de la población en pobreza es española

La pobreza no es lo que muchos piensan. No es solo la más absoluta miseria, sino que alcanza a unos 10 millones de personas en España. Diez millones. La Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) desgranó en un estudio cómo es la población que vive bajo el umbral de la pobreza en el país. “Hay un desconocimiento enorme de cómo son los pobres y eso deja mucho camino abierto a especulaciones que tienen detrás muchos intereses”, advertía a eldiario.es el autor del estudio, Juan Carlos Llano.

La inmensa mayoría de las personas en riesgo de pobreza son españolas, un 80,5%, y un tercio de los adultos enfrenta esta situación pese a trabajar.



Además, más de uno de cada tres (el 36,3%) mayores de 15 años en riesgo de pobreza en España tiene estudios medios y altos: en concreto, un 22,9% cuenta con Bachiller y un 13,4% con educación superior.

7) Los pobres son más pobres: empeoramos en la brecha de pobreza

La EAPN destacó también en su último análisis del estado de la pobreza en España “el claro empeoramiento de las condiciones de vida de las personas más pobres” en la última década, “expresado principalmente en el aumento de la brecha de pobreza y de la tasa de pobreza severa, aunque ambas se hayan reducido este último año”.

La brecha de pobreza se puede definir como la cantidad de dinero que necesita una persona pobre para dejar de serlo, es decir, la diferencia entre sus ingresos y el umbral de pobreza.

En el último ejercicio disponible (2018) se redujo esta distancia al 28,5%, cifra que está aún tres puntos porcentuales por encima de la del año 2008. “En términos absolutos, si de media, a una persona pobre le faltaban 2.148 euros para dejar de serlo, en 2018 le faltan 2.529 euros”, subraya el estudio de la EAPN.

La organización señala además que la población con condiciones económicas más extremas, con ingresos inferiores al 30% de la renta mediana, es ahora superior al de hace una década: en 2018 alcanzaba a unas 2,6 millones de personas, “740.000 personas más que en el año 2008”.

En estos momentos, muchas voces alertan que la crisis por el coronavirus puede afectar con más intensidad a los que menos tienen. El Ayuntamiento de Madrid ha publicado un estudio al respecto, que muestra con claridad cómo los hogares con menor renta son los que se han visto más afectados por la reducción de ingresos en estos días.

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