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La celulosa se erige como material esencial para la fabricación de productos sanitarios e higiénicos frente al plástico

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Desde el principio del confinamiento hemos visto con asombro cómo la sociedad se ha abastecido de productos de celulosa como papel higiénico y papel de cocina. Poco a poco, cada vez hemos sido más conscientes de  la importancia de la celulosa para cubrir las necesidades de profesionales y consumidores en los ámbitos higiénico y sanitario. 

Así, la pandemia ha demostrado su versatilidad como material con innumerables aplicaciones que podemos seguir aprovechando durante nuestra adaptación a la llamada ‘nueva normalidad’. Y, además, con una cualidad muy importante para todos los que se han dado cuenta de la necesidad de cuidar el medioambiente: la celulosa es natural, renovable y sostenible.  

El perfecto sustituto de productos plásticos desechables y difícilmente reciclables que constituye una alternativa ecológica para fabricar innumerables productos que han de ser de un solo uso a fin de evitar la propagación de la pandemia de ahora en adelante. 

Papel higiénico, pañuelos desechables, servilletas, bolsas de papel reciclado, papel de cocina, cartones, etc. son mucho más respetuosos con nuestro entorno y nuestros recursos que  plásticos difícilmente desechables como bolsas de supermercado, botellas de agua, recipientes para enviar comida a domicilio o embalajes del comercio por internet que hemos estado utilizando hasta esta pandemia sin percatarnos realmente de hasta qué punto perjudicaban a la madre naturaleza.

Fundamental para la prevención sanitaria

Pero es que además de ser la base de productos de primera necesidad, la celulosa nos resulta muy útil para la prevención ante el Covid-19. En esta crisis sanitaria que estamos sobrellevando como podemos, hemos comprobado que los productos derivados de esta fibra de origen natural resultan fundamentales para el desempeño con seguridad e higiene del trabajo de nuestros sanitarios. Por ejemplo en sus batas, apósitos o sábanas de papel para cambiar las camillas con tan inusual frecuencia. Contar con estas medidas de protección es esencial para salvaguardar su salud y la de los pacientes de todos los centros hospitalarios, estén estos afectados por el coronavirus o por otras enfermedades que requieren hospitalización.

Una importante cualidad de la madera y sus derivados, como la celulosa y el papel, es que los productos que se fabrican con ellos pueden ser de un solo uso y no es necesario desinfectarlo todo, sino que se pueden desechar y reciclar sin que aumenten los residuos que acumulamos en el planeta, como sucede con los derivados del petróleo, como el plástico y demás embalajes. 

Se trata de productos naturales, renovables, de origen local, biodegradables y reutilizables. La alternativa ecológica más accesible y sencilla que tenemos a mano para vivir con consciencia a partir de esta crisis del COVID-19. 

Algo teníamos que sacar de positivo

Todos tenemos ya claro que necesitamos celulosa, procedentes de madera certificada, de origen local y renovable, que es la base del papel y de una extensa variedad de productos biodegradables que no queremos que dependan de las petroquímicas que expolian los suelos y mares de todo el globo terráqueo. 

En esta transición que demandamos todos hacia un mundo libre de plásticos y no dependiente del petróleo, necesitamos empresas comprometidas con el desarrollo sostenible y el cuidado y mejora del medio ambiente. Que puedan demostrar su excelente comportamiento ambiental adaptado a las nuevas demandas ciudadanas con certificados como el Sistema Integrado de Gestión conforme a las normas ISO 9001 y 14001, su adhesión al reglamento EMAS y  distinciones como el sello “Nordic Swan”, el sello ecológico oficial de los gobiernos escandinavos y la ecoetiqueta europea EU Ecolabel. Todo ello lo acredita Ence, una empresa firmemente comprometida con la sostenibilidad, cuyas biofábricas de celulosa destinan todos sus esfuerzos y tecnología a generar nuevos productos a base de materias primas renovables que nos permiten sustituir al plástico en nuestra cotidianidad.  

La vía de salida de esta crisis sanitaria y económica debe ser verde. Y la celulosa de compañías como Ence forma parte de la solución a esta complicada situación.

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