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“La legislatura parecía que iba a ser complicada, pero ha predominado el diálogo entre los partidos”

Blanca Martín Delgado, presidenta de la Asamblea de Extremadura en esta IX legislatura autonómica

José L. Aroca

El pasado jueves, a las 13.05, Blanca Martín Delgado (PSOE) levantaba la sesión de lo que ha sido el último pleno en la Asamblea de Extremadura en la IX legislatura, 2015-2019.

Ella ya había sido diputada pero no fue en la lista del siguiente período, y en 2015 tras volver a ser incluida, y celebradas las elecciones autonómicas que ganaron los socialistas, “me llamaron Miguel Ángel [Morales, secretario provincial de Cáceres] y Guillermo [Fernández Vara]” y aceptó la presidencia de la Cámara, por la que ya han pasado también diputados de Izquierda Unida y Partido Popular.

Ahora mira a estos cuatro años.

-¿Resumen?

Apuntaba a ser una legislatura muy complicada y no ha sido tanto, ha predominado el diálogo entre los partidos políticos. Esta Asamblea no tiene nada que ver con la que conocí en su día, pensé que iba a ser más tensa incluso dentro de la Mesa pero no ha sido así

-Se han pactado los cuatro presupuestos, aprobadas 38 leyes, la cuarta parte de ellas por unanimidad

Ha habido mucha mano izquierda, tanto por el Gobierno como por todas las fuerzas de la Asamblea

-¿Avances en eso que siempre se pretende desde el Parlamento regional, que se conozca y diferenciarlo de la Junta?

Se ha avanzado mucho en eso por el trabajo que han hecho los cuatro grupos parlamentarios, pero es que además ha sido una legislatura en todos los Parlamentos regionales bastante convulsa, con bastante comisiones de investigación, aquí cinco, veintitantas en Valencia; en nuestro caso una producción legislativa de 9.000 enmiendas, 500 propuestas debatidas, y por esa fragmentación política sin mayorías absolutas los Parlamentos han tenido una presencia que antes no tenían; el Congreso de los Diputados también, ha sido como decía Zapatero el centro de la vida política del país, no ha habido un miércoles que me haya perdido la sesión de control al Gobierno y el papel de la presidenta Congreso, Ana Pastor, merece un monumento por cómo lo ha hecho

-Pero ella ha dicho recientemente que el gobierno de su compañero Pedro Sánchez va dopado a las elecciones con los decretos ley

Desde la presidencia de un Parlamento siempre intentas mantenerte al margen de la disyuntiva de los partidos, pero entiendo que en cierto momento llevas callado demasiado tiempo y te apetece decir algo y lo dices. Ana Pastor es un animal político que este país debería de tener en cuenta

-¿Qué cosas se ha dejado por hacer dentro de sus objetivos?

Me habría gustado mucho hacer la reforma del reglamento; en la parte de la tecnología, del funcionamiento de la casa, en las iniciativas legislativas para dar agilidad y capacidad a los grupos minoritarios de poder impulsar cuestiones que ahora no pueden porque necesitan o 3/5 o dos grupos parlamentarios de acuerdo, algo que de cara a lo que viene, que habrá más grupos minoritarios, habría sido una avance. No entendí cómo no l9o logramos, priorizó más la parte partidista que la parlamentaria, por parte de todos, incluso en mi grupo había cosas que no entendía.

-Entre sus propósitos estaba la igualdad como uno de los temas centrales

Lo llevábamos todos pero luego no se ha llevado a cabo. El 7 de marzo pasado dije que a veces la mujer nos callamos por educación, y en política nos callamos mucho, porque machistas hay en todas partes y había que dar un golpe sobre la mesa y decir ya está bien, pero aún así es de las pocas legislaturas que en las listas regionales y nacionales no vamos a ser por primera vez las mujeres las sacrificadas en la renovación; antes, “se renuevan listas”, y desaparecían las diputadas, y ahora no, ya va cambiando.

-En ese discurso del 7 de marzo dijo que si el error que usted cometió en una votación lo hubiera tenido un hombre, no habría tenido tanta repercusiónel error que usted cometió en una votación

Estoy convencida de que si hubiera sido un hombre no se habría tratado igual. Al principio pasó desapercibido, el fin de semana hubo algún revuelo y luego tuvo una resonancia por todas partes… Recuerdo hacer la maleta para un viaje oficial a Italia, veía la tele, y cuando me vi y un “pásalo”, aluciné en colores. Fue un error, un error que tiene una motivación que yo algún día contaré, que todavía no lo voy a contar, un error que lo tiene cualquiera.

Cuando llegué a Italia con mis compañeros presidentas y presidentes de otros parlamentos regionales, entre ellas la catalana Forcadell, en una reunión que tuvimos, iba hecha polvo, y me animaban: “No tiene importancia, pues anda que el de Castilla La Mancha…”. Y es que él contaba que un día “me fui a fumar un cigarro y no dejé a nadie en la Mesa”. Ahí me dieron bien por el hecho de ser mujer. Hubo muchas cuestiones en esa historia. Me sentí mal, fatal, lo pasé fatal porque no entendía que eso tuviera tanta repercusión; me he confundido, puede ser una cabezonería, y seguí.

Pero también veces se equivocan en la votación los portavoces y tengo que corregir la votación porque tienen un voto delegado y cambia el sentido…

Fue un error gordo, sí, lo reconozco, no tenía la cabeza en ese momento donde la tenía que tener, estaba en otra cuestión y fue lo que me influyó ese día.

-¿Repetiría esta presidencia de la Asamblea?

Ha sido una experiencia para mi vida, pero también he sacrificado otras cosas personales, y eso la familia lo nota. Yo siempre he sido muy de debate y visceral, y ahora he tenido la oportunidad tener la casa en calma y de llevarme bien con todos, incluso mi vicepresidente segundo, que salía de ser presidente: yo tengo una relación muy cordial con Fernando Manzano y él conmigo, y es el secretario general del Partido Popular.

Han sido cuatro años de mucha intensidad política, esto no es lo que era antes, en mi etapa anterior, de diputada y Federico Suárez presidente, la presidencia era muy relajada.

-¿Qué dificultad ahora?

La complicación es porque hay mucha actividad parlamentaria, por otro lado a mí me gusta leérmelo todo, no firmo nada que yo no lea, y eso exige echar muchas horas

-¿Proyectos políticos?

Los mismos que hace cuatro años antes de que me llamaran para esto. La ambición política que tuve por la juventud… me tomo las cosas ahora de otra manera. Y la política además te enseña a esperar. No sé qué pasará en la próxima legislatura pero echo de menos salir a la tribuna, debatir, me gusta prepararme las intervenciones, igual que los discursos ahora oficiales, que aunque tenga mi gabinete, todo lleva mi sello.

-¿En la próxima legislatura habrá un partido más?

Me gusta leer encuestas y todo apunta a que lo habrá, todas te dan que Vox entra; parece que sí pero a lo mejor nos llevamos la sorpresa que no.

-En algún momento se le ocurrió ser candidata a la alcaldía de Plasencia?

No se me pasó nunca por la cabeza. Mi padre sufre mucho con la política, nunca quiso que entrara en esto y sé que lo pasaría mal, es una persona muy conocida en Plasencia, sufriría mucho y ese sufrimiento no se lo quiero. Primero no tengo experiencia en política municipal, y Plasencia es muy grande pero a la vez un cogollo, he vivido muy directamente lo que le pasó a mi compañera Elia Blanco y cuando alguien da un paso adelante en política municipal siento admiración por ellos y en Plasencia más, por eso admiro a mi compañero Raúl [Iglesias, candidato socialista ahora]. No digo que algún día no se me pase por la cabeza pero de momento no; soy placentina, quiero mucho a la ciudad, pero creo que todavía no es mi momento de ser candidata a la alcaldía de Plasencia.

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