Las 21 personas juzgadas por realizar concentraciones antiabortistas frente a la clínica Askabide de Vitoria en 2022 -que gestiona derivaciones de Osakidetza- han negado haber “coaccionado, interactuado e intimidado” a las pacientes del centro médico. Es la conclusión de la segunda sesión del juicio contra doce mujeres y nueve hombres que se enfrentan, en un proceso inédito en Euskadi, España y Europa, a penas de prisión.
Los acusados, en ejercicio de sus derechos, solamente han contestado a sus defensores. Según informa Europa Press (elDiario.es/Euskadi no tiene acceso a la sala de vistas), todos ellos han rechazado haber coaccionado, interactuado o intimidado a las pacientes y sanitarios del centro médico y han defendido que “sólo se reunían para rezar por la vida” en concentraciones “pacíficas y tranquilas”, portando carteles “afables, de ayuda y sensibles”, con el objetivo de “ayudar a muchas mujeres que se ven forzadas a abortar” y a las que “se les tiene que dar otra oportunidad”.
Así, uno a uno han insistido en el carácter pacífico de sus concentraciones, en que no interactuaban con nadie al margen de su grupo, en que “no increparon, insultaron, siguieron con la mirada o hicieron gestos a las mujeres que pasaban por delante”, y han secundado que era imposible saber si estas se dirigían a la clínica o eran simples peatones. Los procesados han admitido que se organizaban por “turnos” y en grupos pequeños para secundar las concentraciones organizadas por la asociación '40 días por la vida', aunque han negado formar parte de este colectivo.
Según han comentado, las movilizaciones eran “pacíficas” para “rezar el rosario en silencio o en voz baja”, con carteles con el lema “No estas sola. Estamos aquí para ayudarte”. Los rezos se realizaban en “voz baja” y “pegados a la pared, mirando al suelo” para oírse los unos con los otros, sin utilizar altavoces ni megáfonos. De entre ellos, varios se desplazaron desde Pamplona para secundar las concentraciones. Los acusados han defendido que “solamente se dedicaban a rezar”, ya que “el rezo actúa como una lámpara en la oscuridad de las tinieblas” y han señalado que “rezar en un lugar público no es delito”, sino “legítimo, lícito y para bien”.
El fiscal ha elevado a definitiva su petición de cinco meses de cárcel para cada uno de ellos por un delito de coacciones que podrían sustituirse por cien días de trabajos para la comunidad por obstaculizar el ejercicio del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo y la actividad de los trabajadores de la clínica. La clínica Askabide, personada como acusación particular, se ha sumado a la petición del fiscal de cinco meses de prisión con su posible sustitución por 75 días de trabajos para la comunidad. Solicita además 20.000 euros de indemnización; 10.000 para el centro médico y otros 10.000 euros para su administrador único.
Por su parte, la defensa solicita la libre absolución, por entender que las concentraciones no afectaron a las usuarias y trabajadores de la clínica, sino que se limitaron a rezar y exhibir pancartas, en uso de su “libertad de expresión”. El juicio continuará este próximo jueves con la presentación de los informes finales de las partes y el derecho a la última palabra de los acusados antes de quedar visto para sentencia.
elDiario.es/Euskadi
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