Las estructuras laberínticas y el dolor de la II Guerra Mundial de Maria Helena Vieira da Silva llegan al Guggenheim

Los cuadros de Maria Helena Vieira da Silva (Lisboa, 1908- París, 1992) son estructuras laberínticas, ritmos cromáticos y perspectivas fragmentadas que muestran un mundo en perpetua transformación. Un cambio que puede llegar a pasar del dolor y la tensión que reflejan la tragedia humana que supuso la Segunda Guerra Mundial, que la obligo a exiliarse del París que le fascinó hasta Brasil, a pintar en un mismo periodo de su vida artística, la alegría y el entusiasmo del Carnaval de Rio de Janeiro. Todo ello se podrá disfrutar a partir de este jueves en el Museo Guggenheim de Bilbao con la exposición 'Maria Helena Vieira da Silva: Anatomía del espacio', disponible hasta el 22 de febrero de 2026. Una muestra que, a lo largo de ocho secciones temáticas, analiza con 67 obras los momentos clave de la carrera de la artista desde la década de 1930 hasta finales de la de 1980, prestando especial atención a su interés por el espacio arquitectónico, donde desdibujó las fronteras entre paisajes urbanos reales e imaginarios y fue más allá de las referencias formales a la cultura visual portuguesa y a movimientos de vanguardia como el cubismo y el futurismo.

“Esta exposición nos proporciona la oportunidad de conocer el lenguaje tan característico y propio de Maria Helena Vieira da Silva al mismo tiempo que prestamos una atención a su especial interés por los espacios arquitectónicos”, ha detallado la directora del Museo Guggenheim de Bilbao, Miren Arzalluz, acompañada de la comisaria de la muestra, Flavia Frigeri. En la presentación, previa a la visita de la muestra, Arzalluz ha destacado la capacidad de la artista para abordar una “exploración en profundidad” de la evolución del lenguaje visual. “Desdibujó las fronteras entre paisajes urbanos reales e imaginarios y fue más allá de las referencias formales a la cultura visual portuguesa y a los movimientos de vanguardia como el cubismo y el futurismo que la inspiraron”, ha apuntado la directora de la pinacoteca.

Nacida en Lisboa, Vieira da Silva se formó en la capital lusa y posteriormente en París, donde la idea del espacio se convirtió en tema central de su obra, en la que fusiona tradición y modernidad. Desde sus primeras composiciones, se refleja su interés por la arquitectura y el movimiento, eliminando la distinción entre figura y fondo y revelando una concepción sumamente personal del espacio. Influida por sus estudios de escultura y anatomía humana, así como por maestros del pasado como Cézanne y Bonnard, la pintura del Renacimiento o movimientos vanguardistas del siglo XX como el cubismo y el futurismo, Vieira da Silva desarrolló “un lenguaje pictórico único, en el que la fisicidad del espacio se funde con las implicaciones del tiempo y la memoria”, ha detallado la comisaria Flavia Frigeri.

La artista que no quedó “eclipsada” por su marido

Frigeri ha explicado que la selección ha sido ordenada de forma cronológica y cubre seis décadas de trayectoria, entre las décadas de 1930 y 1980, aunque con especial atención a las creaciones de sus tres primeras décadas artísticas donde “halló su lenguaje personal”. “Vieria da Silva, al contrario que otras mujeres artistas casadas con creadores, no quedó eclipsada por la figura de su marido, el pintor Arpad Sznes, sino que, en su caso, fue al revés”. “Pese a ser una artista abstracta, de forma que sus pinturas funcionan como si fuesen anatonomías del espacio” la creadora fue una individualista dedicada por completo a su práctica artística que nunca formó parte de ningún grupo y que trabajaba encerrada en su estudio sin apenas socializar“, ha explicado la comisaria de la muestra.

El recorrido se compone de ocho secciones que engloban la carrera de la artista. La primera, bajo el título de 'Maria Helena y Arpad', explora la relación de Vieira da Silva con su marido, Szenes, a través de una serie de retratos recíprocos que muestran una conexión tanto personal como artística profundamente simbiótica. En 1928, Vieira da Silva se trasladó de Lisboa a París para cursar estudios de arte en la Académie de la Grande Chaumière, donde conoció al pintor húngaro Arpad Szenes. “Sus miradas se cruzaron a su llegada a la escuela de arte, pero no se conocieron como es debido hasta dos años más tarde, y se casaron poco después. Szenes respetaba la total devoción de Vieira da Silva por la pintura y la celebró en los numerosos retratos que hizo de ella trabajando, como el Portrait de MarieHélène (Retrato de Maria Helena, 1940) . Esta obra se expone junto al autorretrato de Vieira da Silva y los retratos de Szenes que ella realizó a lo largo de los años”, se detalla en la exposición.

El segundo bloque profundiza en el tema del estudio-taller, lugar de trabajo de la artista, pero también escenario de sus reflexiones sobre el espacio arquitectónico, como se aprecia en las pinturas de los años treinta expuestas en esta sección, donde las esqueléticas estructuras del entorno adquieren una dimensión casi anatómica.bEl recorrido prosigue con 'Jaque mate: bailarines, ajedrecistas y jugadores de cartas', que reúne una serie de obras dedicadas al tema de los bailarines y los jugadores de ajedrez, donde el ajedrez se convierte en una metáfora de la existencia y Vieira da Silva crea un lenguaje abstracto en el que las formas figurativas se ocultan y se revelan a un tiempo.

La cuarta estancia esta centrada en un periodo creativo marcado anímicamente por la Segunda Guerra Mundial desde su exilio en Brasil y donde la artista creó una serie de obras impregnadas de un dolor y una tensión que reflejan la tragedia humana que se sucedía por aquel entonces. A excepción de Les Noyés (Los ahogados), pintado en 1938, que anuncia la llegada de una época oscura, y de Carnaval de Rio (Carnaval de Río, 1944), imbuido de la alegría y el entusiasmo de la fiesta local, todas las demás pinturas incluidas en esta sección representan la tragedia que supone la Segunda Guerra Mundial. La respuesta de Vieira da Silva a las noticias procedentes de Europa transmite también su propio sufrimiento, vivido a cierta distancia, pero físicamente tangible. En este sentido, preguntada por la situación de la artista en el exilio y su posterior regreso a Francia, Frigeri ha detallado que la pasión de Vieira da Silva por París fue lo qu ele hizo regresar, más allá de las circunstancias políticas de la época.

Así, la quinta sección se centra en su regreso a París desde el exilio y la sexta 'Ciudades: reales e imaginarias' analiza cómo convirtió la ciudad en objeto de estudio visual a través de paisajes urbanos, reales e imaginarios, que son el tema de un extenso conjunto de obras en las que la representación fiel de los lugares queda supeditada a la captación de su atmósfera. 'Exteriores e interiores' se centra en el periodo de finales de los años cuarenta hasta bien entrados los cincuenta, en los que Vieira da Silva se dedicó a retratar interiores y exteriores desde una investigación sobre la organización del espacio que continúa en trabajos en los que ambos ámbitos espaciales, exteriores e interiores se funden y transforman sin cesar.

La última sección, 'Tonos de blanco', muestra obras de diversas fases de la carrera de la artista que ponen de manifiesto el especial papel que desempeña el color blanco en sus investigaciones pictóricas. Unidas por el blanco, estas obras retratan diversos momentos del viaje artístico de Vieira da Silva a través de la abstracción.

La artista tiene vínculos tanto con Peggy Guggenheim —fue una de las treinta y una artistas incluidas en la exposición 31 mujeres, celebrada en su museo-galería de Nueva York, Art of This Century, en 1943— como con Solomon R. Guggenheim a través de Hilla Rebay, la primera directora del Museum of NonObjective Painting, precursor del Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, que fue uno de sus primeros apoyos mediante la compra, en 1937, de Composition (Composición, 1936), que aún forma parte de los fondos del museo estadounidense.

elDiario.es/Euskadi

¡Síguenos en redes sociales!

¿Nos sigues en redes sociales? elDiario.es/Euskadi está en BlueskyX e Instagram. Y te enviamos alertas informativas por Telegram y WhatsApp. Cada semana, te enviamos un boletín a tu correo electrónico. ¡Apúntate! Recuerda que puedes ser socio o socia de elDiario.es clicando en este enlace. Y, para más información, puedes llamar o escribirnos al 625 88 87 80.