Reyes Goenaga, presidenta de la Audiencia Provincial de Bizkaia: “Me preocupa que se cuestione nuestra labor”

No quería ser jueza, de hecho, quería estudiar Historia, pero en casa le convencieron de empezar Derecho y le gustó. Puede que porque siempre se ha visto a sí misma como a un árbitro, decidiendo y no tomando parte, por ello considera que no sería una buena abogada. Reyes Goenaga tomó posesión en 2019 del cargo de Presidenta de la Audiencia Provincial de Bizkaia, con un discurso en el que se centró en la atención que se les ofrece desde la Justicia a las víctimas de violencia de género.

Cinco años más tarde recibe a elDiario.es/Euskadi en su despacho del Palacio de Justicia para reflexionar sobre sus años de trabajo, la perspectiva de género en el ámbito judicial, la atención a víctimas de violencia machista y sobre cómo afectan los retrasos en la Justicia. “En estos cinco años de mandato, que ya casi se han producido, he insistido mucho en el acompañamiento de la víctima desde el principio del proceso”, confiesa.

¿Cuál es la función de la presidenta de la Audiencia Provincial de Bizkaia?

Para eso hay que explicar cómo es la estructura básica de nuestro funcionamiento: están los jueces, los juzgados de instancia que deciden y, luego nosotros, en la Audiencia conocemos de las apelaciones. En el ámbito penal, además, conocemos de los delitos por encima de cinco años en juicio oral. Entonces, digamos que la función de la presidenta de la Audiencia Provincial de Bizkaia es doble: la función de órgano de apelación y de órgano de enjuiciamiento de delitos graves. Además, aquí se celebran también los juicios por jurado. ¿Entonces, qué hace una presidenta? Pues organizar a los tribunales -aquí hay seis tribunales, tres civiles y tres penales- y formar parte de la sala de gobierno y decidir, junto con los compañeros de la sala de gobierno y el presidente del Tribunal Superior, las cuestiones orgánicas que se producen en cualquier tribunal de la provincia y de toda la Comunidad Autónoma. Una de las labores que tengo, dos veces al año, es presidir la Comisión de Violencia sobre la Mujer y en esa comisión están representados los organismos que están implicados en este problema, tenemos reuniones y una labor de coordinación que al cabo de estos cinco años ha dado muchos frutos.

¿Quién participa en las reuniones de la Comisión de Violencia sobre la Mujer?

Jueces, fiscales, las Policías, Diputación, Osakidetza, Emakunde, las áreas de Igualdad de los ayuntamientos, el Servicio de Asistencia a la Víctima y la Subdelegación del Gobierno en materia de violencia de género. Últimamente hemos llamado también al Departamento de Educación del Gobierno vasco para que participe. Se hace una labor de coordinación que vale mucho la pena.

Vemos una cantidad muy importante de delitos de naturaleza sexual y las víctimas se sienten muy desprotegidas

Cuando llegó al cargo planteó que uno de sus retos era mejorar la atención a las víctimas. “Las víctimas esperan de nosotros protección, amparo, justicia y muchas veces lo que se encuentran es confusión, distancia y a veces más dolor, que suman al ya vivido”, dijo. ¿Ha sido testigo alguna de esas situaciones?

De muchas situaciones. Nosotros vemos una cantidad muy importante de delitos de naturaleza sexual y las víctimas se sienten muy desprotegidas. Los nervios le afectan mucho y aunque nosotros tratamos de cuidarlas, de que no tengan un enfrentamiento con el agresor y de que además estén en un sitio protegidas, distanciadas y acompañadas por alguien, para las víctimas siempre es muy difícil y nosotros somos muy conscientes. Esas situaciones sigue pasando.

¿De qué manera está consiguiendo mejorar esa atención?

En estos cinco años de mandato, que ya casi se han producido, he insistido mucho en el acompañamiento de la víctima desde el principio del proceso. Yo creo que fuimos pioneros en el programa de acompañamiento Zurekin dentro del servicio de asistencia a la víctima que organizó el Departamento de Justicia como un plan piloto aquí en Bizkaia, y resultó un éxito absoluto. Luego, por circunstancias variadas, pues ha habido algún momento donde ese acompañamiento no ha podido cubrir toda nuestra demanda y yo sinceramente espero que eso se relance o se le de mayor importancia.

¿Qué tipo de barreras se encuentran para que ese acompañamiento no sea tan efectivo?

Efectivo es, el tema es que haya suficiente personal para realizar los acompañamientos. Es bueno que el sistema facilite a alguien que acompañe a las víctimas en todo el proceso si ellas lo necesitan porque nadie puede venir a acompañarlas o porque no quieren que nadie de su entorno las acompañe. El sistema les facilita a alguien que les acompañe durante todo el proceso y les explique lo que se van a encontrar para que esa ansiedad que lógicamente sienten sea menor.

¿Considera que la formación de abogados y jueces en materia de violencia de género es suficiente?

Siempre se puede mejorar, pero yo creo que los jueces que se dedican a la violencia de género están suficientemente formados. Desde luego, desde hace mucho tiempo el Consejo dedica recursos y tiempo a la formación de jueces y magistrados en materia de violencia de género. Los colegios de abogados también hacen muchísimo esfuerzo y tienen turnos específicos. La formación e información es buena. Nosotros además, estamos reciclándonos continuamente, asistiendo a cursos, especialmente en la sección especializada en Violencia sobre la Mujer, donde están implicados en formarse y desarrollar un buen trabajo.

Mentiría si dijera que no me voy a casa con una sensación de preocupación o de desazón por lo que he visto

Por sus manos han pasado los casos más duros con delitos de mayor gravedad. ¿Cómo se sobrelleva?

A veces con dificultad, porque vemos vemos cosas muy, muy graves. Pero bueno, también es verdad que desde que empezamos nuestra labor como jueces vamos viendo cosas serias y graves y aprendemos a sobrellevarlo. Mentiría si dijera que no me voy a casa con una sensación de preocupación o de desazón por lo que he visto, lo que he oído o sobre lo que tengo que decidir.

¿Cuál ha sido la mayor injusticia que ha vivido como presidenta de la Audiencia Provincial de Bizkaia?

La injusticia es la que sufren las víctimas. Nosotros eso lo vemos continuamente. Probablemente quien vea un juicio puede pensar que nosotros no tenemos sentimientos porque no los dejamos aflorar, lo que no quiere decir que no sintamos lo que vemos o que no apreciemos el sufrimiento.

¿De qué manera viven las mujeres en Justicia el llamado “techo de cristal”?

En nuestra carrera no se puede negar que eso existe. Hay una anomalía. En el País Vasco, en las promociones de menor edad, hasta los 30 años hay un 87% de mujeres según los últimos datos y ya en todos los tramos de edad esto va cambiando. Entre los de 30 a 40, hay un 70%, de ahí va bajando hasta que en el tramo de edad de 60 a 70 hay un 49% de mujeres. Quiere decir que no solo en el País Vasco, en toda España las mujeres o llegamos o superamos ampliamente el 50% y, sin embargo, en los órganos de representación estamos en torno al 20% de mujeres. Eso es una anomalía y no puede decir nadie que es que no hay suficientes mujeres o que no ha pasado suficiente tiempo. Yo estoy a punto de jubilarme dentro de unos años, como muchas compañeras mías que ya lo han hecho y no hemos visto esa representación que debería haber en los órganos de nombramiento discrecional.

¿Y eso por qué ocurre?

Yo creo que son dos razones: la primera, que las mujeres se presentan con menos frecuencia que los hombres y, la segunda, que nos eligen menos. Estos dos factores son factores prácticamente objetivos. Yo sinceramente espero que los próximos nombramientos discrecionales se tenga en cuenta como ya se ha establecido, la regla del 60-40. Sobre todo que se tengan en cuenta los méritos objetivos. La verdad es que este sistema de elección permite que pasen estas cosas y algunas otras no se valoren adecuadamente con un baremo en el que que se conozcan los diferentes méritos que se presentan.

Usted, junto al juez decano de Bilbao, Aner Uriarte y la Presidenta de la Audiencia Provincial de Álava, Mercedes Guerrero, participó el año pasado una protesta por la “independencia judicial” debido a la ley de Amnistía y a lo que llamaron 'lafware' judicial. Sin embargo, el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Iñaki Subijana, se desmarcó de las protestas. ¿Cómo vivió aquello?

Yo personalmente sí salí en aquellas protestas. A mí lo que me preocupa es que de alguna manera se cuestione la legitimidad del Poder Judicial desde cualquier punto de vista. Eso fue lo que me movió a protestar. No estoy a favor de que se deslegitime Poder Judicial ni de que se cuestione nuestra labor.

La principal causa de retraso en nuestro país en el ámbito judicial, se debe a la falta de personal, la falta de jueces

Algunas organizaciones critican a la Justicia vasca por algunas sentencias contrarias a la petición del euskera en puestos de trabajo y la tildan de “euskarafobia”. ¿Cómo valora esta situación?

No comparto esa valoración. En cuanto al euskera lo que puedo decir es que existe un plan piloto que se acaba de aprobar para la realización de juicios en euskera con jueces voluntarios. Creo que al final van a ser siete los que inicien el proceso. Es un plan interesante y espero que dé buenos frutos, aunque hay que tener en cuenta que en todos los procesos hay muchas partes, hay muchas personas implicadas y para que un juicio sea íntegramente en euskera hace falta muchas condiciones. Pero puede hacerse siempre que el juez hable en euskera y que todo se traduzca a este idioma cooficial.

¿Por qué hay tantos retrasos en la Justicia? Casi todos los casos de corrupción se rebajan por dilaciones indebidas.

Yo creo que la principal causa de retraso en nuestro país en el ámbito judicial, se debe a la falta de personal, la falta de jueces. Estamos muy por debajo de la media de los países europeos. Ese es el principal motivo. También hay otros como que hay algunas leyes de enjuiciamiento que tienen que actualizarse para que sean más ágiles, para que la respuesta pueda ser más rápida. Se necesita más inversión en Justicia porque esa falta de inversión es la que hace que no haya tanto personal.