Carlos Fernando Chamorro, director de Confidencial: “El último espacio de libertad que queda en Nicaragua es el del periodismo en el exilio”

elDiario.es

18 de diciembre de 2025 12:07 h

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“El exilio es una condición extrema y obligada que vivimos los periodistas nicaragüenses”. En estos términos ha valorado su situación Carlos Fernando Chamorro (Managua, 1956), director de Confidencial de Nicaragua, entrevistado por Ignacio Escolar en el VII encuentro de periodismo iberoamericano. “Nunca en mi vida pensé que tendría que exiliarme y he tenido que hacerlo dos veces”, ha añadido.

El periodista, hijo de la expresidenta nicaragüense Violeta Barrios –recientemente fallecida- y Joaquín Chamorro Cardenal, periodista director de La Prensa asesinado en 1978 durante la dictadura de Somoza, dirige actualmente desde Madrid el medio independiente Confidencial, que se ha convertido en un medio de referencia en Nicaragua y Centroamérica. Actualmente, tanto Chamorro como su esposa cuentan con la nacionalidad española tras haber sido declarados traidores y despojados de su nacionalidad nicaragüense. “Nosotros somos desnacionalizados por decreto, pero hay muchísimos más que son desnacionalizados de facto porque no tienen la oportunidad de viajar ni de volver a entrar al país”, ha destacado el periodista durante la charla. 

“El primer exilio fue tras el primero de enero de 2019, después que mi redacción fue ensalada por la policía y después confiscada”, ha recordado Chamorro, como parte de una ola de represión en el país tras las protestas cívicas que tuvieron lugar en abril de 2018. “Se impuso un estado policial de facto que suspendió todas las libertades de reunión, de asociación, libertades electorales y yo tuve que irme a Costa Rica por puntos ciegos para proteger mi integridad personal”, ha contado. Tras 11 meses pudo regresar a Nicaragua, donde se encontraban la mayoría de sus periodistas.

“Abrimos una nueva redacción, empezamos a trabajar, pero en 2021 otra vez mi segunda redacción fue asaltada por la policía y yo salí otra vez por puntos ciegos a Costa Rica. La diferencia de este segundo exilio ya no es una emergencia solamente para mi persona, sino de toda la redacción de Confidencial y también las redacciones de otros medios independientes tuvieron que reubicarse en Costa Rica, en España o en Estados Unidos, porque se impuso una absoluta criminalización del ejercicio del periodismo de la libertad de prensa y también de la libertad de expresión”, ha explicado.

Preguntado por Escolar, Charmorro ha explicado que el buen funcionamiento económico de la dictadura de Ortega en sus primeros momentos, ligado a la inversión privada de grandes empresarios del país colapsó en 2018 cuando esa alianza se rompe y estallan las protestas. “Hasta entonces fuimos atacados, fuimos perseguidos, pero podíamos hacer periodismo. A partir de entonces, eso que era una dictadura institucional se convirtió en una dictadura represiva, criminal, familiar, totalitaria”, ha destacado. Actualmente el régimen nicaragüense es una presidencia del matrimonio Daniel Ortega y Rosario Murillo.

“En Nicaragua colapsó el estado de derecho”, ha enfatizado Chamorro en respuesta a la pregunta de Escolar sobre el papel del poder judicial. “Yo fui a la policía a denunciar que la misma policía había saltado mi redacción. Por supuesto que no investigaron nada y presenté tres recursos de amparo ante la Corte Suprema de Justicia que nunca fueron fallados”, ha lamentado el nicaragüense, ya que ahora son órganos subordinados a la copresidencia.

“El último espacio de libertad que queda en Nicaragua es el del periodismo en el exilio”, ha afirmado el periodista. “Porque gracias a las redes sociales y gracias a internet todavía, y digo todavía, nosotros podemos seguir produciendo contenidos que se distribuyen a través de internet y redes sociales y se pueden leer y ver en Nicaragua”, ha celebrado. Uno de los principales desafíos a los que se enfrentan es la persecución de sus lectores: “Pueden leer nuestros contenidos pero si los comparten es delito y esa persona puede ir presa”.

Debido a la desinformación, Carlos Fernando Chamorro ha explicado que la verificación requiere “invertir nosotros no el doble chequeo que hacemos los periodistas, sino el triple, cuádruple, quíntuple, porque mucha de la información circula en las redes sociales es falsa”. La financiación es otra de las grandes dificultades, ya que Confidencial perdió todos los anunciantes al ser censurado e ilegalizado. “El régimen monitorea una tarjeta de crédito, monitorea una transacción”, ha explicado el periodista, lo que hace difícil obtener apoyo de los lectores.

A pesar de las dificultades, la charla destacó el rol fundamental del periodismo, aunque se haga en condiciones difíciles y desde el exilio o no produzca cambios inmediatos. “Estamos sembrando elementos que yo creo que van a ser importantes para los procesos de justicia internacional que van a ocurrir en Nicaragua”, ha concluído Chamorro con una nota de esperanza sobre la resistencia periodística. “La buena noticia es que sí se puede seguir haciendo periodismo de calidad aun en estas condiciones de exilio”.