Guardiola depende de un Vox crecido para gobernar en Extremadura y el PSOE se desploma

Iñigo Aduriz

Mérida —
21 de diciembre de 2025 21:14 h

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María Guardiola no ha conseguido su objetivo de alcanzar una mayoría absoluta en Extremadura para dejar de depender de Vox, tal y como buscaba con el adelanto de las elecciones a este domingo. Con el 99% del voto escrutado, el PP ha ganado los comicios autonómicos con 29 diputados, tan solo uno más de los 28 que logró en 2023. En todo caso, el de este 21D es el mejor resultado obtenido por los populares extremeños en la historia, aunque la extrema derecha será quien decida si puede gobernar y, en el caso de investir a Guardiola como presidenta, determinará todas las políticas que se pongan en marcha en la nueva legislatura.

El PSOE es segunda fuerza pero obtiene el peor resultado de la autonomía extremeña al perder 10 escaños y quedándose con solo 18. En los comicios de hace dos años los socialistas fueron la primera fuerza en votos y empataron con el PP a 28 escaños, muy lejos de los obtenidos esta noche. El candidato Miguel Ángel Gallardo, imputado en el caso de la presunta colocación del hermano de Pedro Sánchez, ha hundido a los socialistas en el que fue su feudo durante 33 años.

Tras el varapalo, el dirigente socialista ha descartado dimitir. “El resultado es malo”, ha dicho, aunque también ha criticado a Guardiola por no lograr su objetivo. El PSOE extremeño celebrará este lunes una ejecutiva para “analizar” los resultados, pero el dirigente socialista no se va. “Lo que menos me preocupa es mi futuro”, ha dicho, dejando así la puerta abierta a una salida en los próximos días.

Vox es la fuerza política que más crece este 21D y logra doblar el resultado de 2023. Si entonces obtuvo 5 escaños ahora logra 11, seis más. El crecimiento de la extrema derecha es muy destacable en las zonas rurales de la región en las que solía ganar el PSOE, después de una campaña en la que ha utilizado sus habituales proclamas contra la igualdad y atacando al resto de partidos.

Unidas por Extremadura también crece y pasa de los cuatro diputados que obtuvo hace dos años a siete, después de lograr un impulso en la recta final de la campaña con la ayuda de su candidata, Irene de Miguel, que ha ganado enteros a lo largo de las últimas dos semanas y que ha podido recabar parte del voto progresista perdido por el PSOE.

En su comparecencia de esta noche, De Miguel ha celebrado poder ejercer “con más fuerza” su labor en la nueva Asamblea. “Somos una luz de esperanza para la izquierda transformadora de todo nuestro país”, ha remarcado. También ha considerado que la “gran perdedora” de este 21D ha sido Guardiola y le ha pedido la dimisión. “Dudo mucho de que la señora Guardiola vaya alcanzar un gobierno y las extremeñas y los extremeños se merecen más”, ha añadido.

Este domingo estaban llamados a votar 890.985 personas en Extremadura, que por primera vez ha adelantado los comicios desde la restauración de la democracia después de que la Junta de Guardiola no lograra aprobar los Presupuestos por el rechazo de Vox a respaldarlos. En estos comicios resultan elegidos, como en anteriores ocasiones, 36 diputados por la provincia de Badajoz, la más poblada, y 29 por la provincia de Cáceres para la Asamblea de Extremadura.

Una de las incógnitas de la jornada era la participación, dado que los comicios se han celebrado, además, en plenas Navidades. Y en todas las cifras ofrecidas a lo largo del día la afluencia de extremeños a las urnas ha bajado notablemente. Finalmente, han votado un 62% de los extremeños, 7,74 puntos por debajo de los que lo hicieron en 2023.

Extremadura es una de las comunidades más envejecidas de España y una de las que tiene mayor peso de la población trabajadora en sectores como la agricultura o la ganadería. De hecho, una de las claves de la jornada es la brecha entre el campo y la ciudad. La participación se ha hundido en general, pero la caída ha sido especialmente notable en los pueblos pequeños y las áreas rurales.

Los principales asuntos que han preocupado a los partidos durante la campaña han sido las infraestructuras, con una reclamación generalizada de mejoras en el transporte ferroviario y las conexiones de la región.

También ha estado encima de la mesa la mejora de los servicios públicos o los derechos sociales. La izquierda ha alertado del riesgo de perderlos con un crecimiento de Vox como el que finalmente se ha confirmado. La extrema derecha ha conseguido además con éxito introducir en el debate extremeño el asunto de la inmigración con sus habituales proclamas xenófobas, y eso que la región es la que menos población migrante tiene en toda España.