Cáceres también dice 'no' a toda violencia contra las mujeres. En la marcha que se desarrollará el próximo martes, está prevista la participación de colectivos sociales, vecinales y culturales, y contará con intervenciones públicas y acciones simbólicas contra la violencia de género y vicaria.
El cartel difundido por la plataforma muestra un puño en alto, una antorcha y fragmentos de rostros de mujeres, en referencia a las víctimas. La convocatoria recuerda que el 25N es una fecha de denuncia global y que Cáceres, como cada año, se suma con un acto central que busca visibilizar la violencia que se ejerce contra mujeres, niñas y niños. La organización del evento cuenta con la colaboración del Conservatorio Profesional de Danza y forma parte de las acciones que la Plataforma de Mujeres por la Igualdad, la PMPI, mantiene durante todo el año.
Y es que la Plataforma ha convertido la Plaza Mayor de Cáceres en un corazón de memoria contra la violencia machista. Cada vez que un asesinato sacude España, mujeres y hombres se reúnen en el punto neurálgico de la ciudad monumental para pronunciar los nombres de las víctimas y evitar que el silencio se imponga. En este espacio de piedra cargado de significado, la ciudadanía convocada por la Plataforma de Mujeres por la Igualdad se congrega sin excepción tras cada crimen de violencia de género o vicaria. Allí se repite un ritual de resistencia: minutos de silencio, lectura de manifiestos, velas encendidas e incluso batukadas, según la ocasión, para transformar el dolor en un duelo colectivo. Son gestos que van más allá del símbolo: constituyen una declaración pública de que ninguna víctima será reducida a una cifra. Y es que gritando consignas en una manifestación o en un minuto de silencio, Cáceres se rebela contra la violencia machista.
La PMPI ha convertido así la Plaza Mayor en un lugar de duelo y denuncia. Para muchas personas, es el punto donde se hace visible que los asesinatos machistas no pueden diluirse en estadísticas. “Cada vez que se produce un asesinato machista nos manifestamos en esta plaza… no queremos que ningún nombre se olvide”, han afirmado en reiteradas ocasiones. En mayo de 2025, tras el asesinato de María, de 38 años, en Aldeanueva del Camino —un crimen que dejó huérfano a su hijo de 14 años—, la plataforma volvió a concentrarse. Se guardó un minuto de silencio y se leyó un comunicado reclamando medidas urgentes y efectivas contra la violencia de género y la violencia vicaria. Fue un acto contenido y emotivo en el que la ciudadanía expresó su exigencia de protección real para las víctimas. Así ocurre tras cada asesinato: porque cada nombre pronunciado tiene un valor simbólico profundo y, aunque la asistencia del resto de la sociedad no siempre sea multitudinaria, el mensaje permanece constante y firme.
Estas convocatorias se sostienen sobre cifras que reflejan la dimensión del problema. En lo que va de 2025, 38 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas según la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. A estas víctimas se suman los casos de violencia vicaria que afectan a mujeres y menores. Desde 2003, el número de mujeres asesinadas supera el millar y, desde 2013, decenas de menores han sido también víctimas mortales por violencia contra sus madres.
La Plataforma mantiene actividad durante todo el año, más allá de los minutos de silencio. Organiza tertulias, debates, manifestaciones y actos de denuncia. El 8 de marzo de 2025 encabezó la manifestación del Día Internacional de las Mujeres bajo el lema 'Los derechos no se tocan', que partió de la Plaza de América y culminó en la Plaza Mayor acompañada por una batukada y una actuación de danza. En noviembre, con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres, convocan actos que incluyen lecturas de manifiestos y la emocionante instalación de sillas vacías que simbolizan a las víctimas.
La PMPI se define como un movimiento feminista que lucha por la igualdad real y rechaza toda forma de violencia contra las mujeres y sus hijos e hijas. Denuncian la educación sexista, la falta de espacios igualitarios en la vida pública y laboral, la cultura que naturaliza la desigualdad y el sistema patriarcal como estructura que sostiene estas violencias. Detrás de cada acto hay trayectorias personales y voces concretas: mujeres que han perdido amigas, madres que marchan por sus hijas, ciudadanas que reclaman políticas efectivas y activistas que recuerdan que esta es una reinvidicación diaria más allá del 8M y el 25N.
Allí estarán en la próxima fatídica cita: Encarna Chacón, Maria José Pulido, Elisa Blázquez, José Luis Lázaro, Beatriz Cercas, Rosa Julián, David Holguín, Casi González, Jorge Villar, Fátima Torres, Belén Fernández, Concha González, Andrés Licerán, Marce Solís, Alberto Serna, Ñete Bohigas, Ana Garrido, Ricardo Carrasco, Pilar Alonso, Vicky Martín, Ricardo Salaya, Lola Manzano …
La Plaza Mayor se convierte así, gracias a la PMPI, en un espacio permanente de memoria. Mientras continúe la violencia machista, ese lugar será más que un enclave turístico: será un faro de denuncia y un refugio simbólico donde la ciudadanía reafirma que no habrá olvido y que cada vida merece ser recordada. Y es que gritando o en silencio, Cáceres nunca se calla ante la violencia machista.